En los orígenes de la ciudad porteña de Buenos Aires, el barrio de Boca es emblemático por su historia ligada a la inmigración italiana, especialmente en el siglo XIX, cuando llegaron para trabajar en los astilleros y en otras industrias. La arquitectura y la cultura de este barrio reflejan fuertemente esta herencia.
El traslado de la ciudad a la zona de Palermo, debido a la peste amarilla, fue un momento crucial en su desarrollo urbano. Este movimiento no solo alteró la geografía de la ciudad, sino que también permitió una nueva planificación urbana y arquitectónica. Como referencia queda el mármol italiano y la evocación de épocas pasadas, que reflejan el esplendor y la opulencia que caracterizaban a ciertas áreas de Buenos Aires en su apogeo, reflejado en muchos de los edificios históricos y palacios en la ciudad construidos con materiales importados y que exhiben una arquitectura que recuerda a la de las grandes ciudades europeas.
Pero más allá de las historias y anécdotas, la capital ofrece una gran oferta gastronómica entre bistrós, heladerías, bares y restaurantes que satisfacen el paladar con vinos de gran excelencia, parrilla, verduras, influencias italianas y el omnipresente dulce de leche, que se puede degustar sólo o en los clásicos alfajores: una galleta de mantequilla que se rellena con él.
Entre carnes asadas, visitas al mercado de Boca, bistrós como Las Pizarras, asadores como Madre Rojas, algún cocktail en Tres Monos y continuas catas de chimichurri –una salsa a base de ajo, perejil, agua, pimentón, orégano, vinagre, sal y aceite–, recorremo el barrio porteño más extenso.
Ja!, la vinoteca de Joaquín Alberdi.
Vinos Joaquín Alberdi
Ja!, ubicado en la zona de Palermo, es un establecimiento dirigido por Joaquín Alberdi, anteriormente chef y ahora dedicado al mundo del vino. Con una impresionante selección con alrededor de seiscientas etiquetas de autor, el establecimiento ofrece un asesoramiento personalizado para ayudar a los clientes a elegir la referencia adecuada a sus gustos.
La gama de vinos abarca desde la provincia de Salta hasta la Patagonia, incluyendo regiones como San Juan y Mar del Plata, pero haciendo especial hincapié en los vinos de Mendoza, reconocidos mundialmente y ofreciendo una amplia variedad de botellas de esta región.
Además de la amplia selección, Joaquín Alberdi también organiza presentaciones y eventos relacionados con el vino, brindando a los clientes la oportunidad de aprender más sobre las diferentes variedades y productores.
Para acompañar la experiencia de cata, el establecimiento también ofrece una selección de quesos, proporcionando el complemento perfecto para realzar los sabores de los vinos seleccionados.
La barra de El Preferido de Palermo.
El Preferido de Palermo
Con un estilo tipo bistró francés, con mesas pequeñas y una terraza que da a las calles del barrio de Palermo, es un referente de la ciudad. Su propuesta es amplia, con referencias de platos vascos, catalanes, italianos y argentinos: carpaccio, gildas, escalivada, milanesas en distintos estilos como bife de chorizo, a la napolitana o de pollo, pescados como chernia a carbón o chupín –un guiso tradicional–...
Su Vitello Tonnato, es para patentar la receta, un redondo asado acompañado con la clásica emulsión de atún.
Los embutidos, por su parte, son una de las bases de El Preferido de Palermo, con Guido Tasi al frente del I + D, donde crea su universo de sabores y mezclas particulares.
El aprovechamiento de todas las partes del animal es parte de la filosofía que manejan en el restaurante, trabajando las tres líneas de inspiración con influencias de la tradición charcutera de los países de ambos lados del Mar Atlántico, dando lugar a cecina de tapa de cuadril o picaña, pancetas, sobreasada, embutidos madurados, chorizo chacarero, salame tipo calabresa y chorizo seco, mezcla de cerdo y de novillo entre otros. Su proceso de secado es desde mes y medio a tres meses para estar listos para el consumo.
El plato Vitello Tonnato, una delicia en El Preferido de Palermo.
La carne que se emplea es el cerdo Duroc y novillo Angus o Hereford, que se distribuyen para embutidos y para la parrilla, donde se destinan las piezas más nobles. El potro, una carne no muy popular, también se asa en sus brasas. El hinojo, el tomate y los pimientos entran en la ecuación de los distintos embutidos como las salchichas que luego pasan por el asador.
El Preferido de Palermo, pasa a ser un trampolín para los profesionales que rulan luego a Don Julio Parrilla.
Si lo visitan, no dejen de probar la extensa selección de helados, un verdadero placer para el paladar, además de ser mantecosos y sabrosos, siendo una representación del mundo dulce.
Parrilla Don Julio
Parrilla Don Julio es un emblema gastronómico en el corazón de Buenos Aires que se encarga de mantener la historia gastronómica argentina viva. Es el resultado del esfuerzo y la pasión de Pablo Rivero, y se entrelaza con la tradición ganadera de su familia.
Desde sus inicios en 1999, cuando apenas contaba con poco más de 20 años, Pablo, junto a sus abuelos y padres, convirtió un local en una esquina de Palermo en un templo para los amantes de la carne.
Parrilleros en Don Julio.
Lugar de culto y uno de los referentes mundiales para los carnívoros, Don Julio no solo radica en su exquisita selección de cortes, que van desde los clásicos hasta las achuras más auténticas, sino también en su compromiso con la calidad y sostenibilidad. Su universo cuenta además con huertas propias que abastecen al restaurante.
Se pueden encontrar una gran variedad de cortes de una parrilla argentina: ojo de bife, bife de cuadril, Tbone, vacío, entraña…También disponen el mundo de las achuras o casquería como chinchulines o tripas (intestino delgado), que se le suman embutidos, como chorizos o morcillas.
Molleja asada, un capricho en Don Julio Parrilla.
La molleja (una de las piezas de casquería más valoradas en el país andino) asada durante tres horas a un fuego muy suave encima de la parrilla, aporta una mantecosidad inusual. Cada bocado deja una impresión duradera en la memoria. Un deleite difícil de superar por su suavidad, la técnica empleada y sin el blanqueamiento que se realiza por estos lares. Sin duda alguna, esta textura melosa, que no llega a ser un seso de cordero, ni una kokotxa, ni un foie, se trata de otra textura, que queda en el recuerdo para el resto de mi vida.
Aquí, cada bocado es una celebración de la carne de novillo, cuidadosamente seleccionada de razas británicas de primera calidad, como Angus o Hereford.
El novillo trata de ser la carne de calidad de raza precoz británica, concretamente el macho castrado de una edad ideal de tres años. Ese es el tiempo óptimo de engorde y desarrollo completo en Don Julio.
Tartar de tomate.
El mundo vegetal es a su vez muy importante en su oferta. Con un enfoque en la estacionalidad, el 35% de su propuesta se compone de delicias de la huerta, ofreciendo un menú que refleja los productos frescos de cada temporada. Desde las cucurbitáceas hasta los boniatos, cada estación aporta sus vegetales como pimientos calahorras asados en las parrillas del asador y a destacar su sabrosísimo tartar de tomate de la huerta.
Los vinos son otra seña de identidad de Don Julio, con cosechas antiguas y jóvenes caldos, hasta bodegas desaparecidas con nuevos enólogos. Cuenta con una impresionante selección de 15.000 referencias y 1.300 etiquetas distintas.
El restaurante, poseedor de una estrella Michelin y otra verde, ofrece una experiencia enológica única dirigida por sus expertos sommeliers que hacen que cada copa sea un viaje sensorial.
El local de la Pizzeria Güerrin, una de las más populares de Buenos Aires.
Pizzería Güerrin
Este mastodóntico espacio, ubicado en la Avenida Corrientes, en pleno corazón del centro porteño, es conocido por sus pizzas de estilo argentino, con una masa gruesa y esponjosa y con una amplia variedad de ingredientes para elegir.
Los precios son ajustados y por sus paredes hay historia de la ciudad.
La pizzería se fundó en 1932 por el inmigrante italiano Arturo Malvezzi, y se ha convertido en un emblema de la gastronomía porteña. Está considerada una de las pizzerías más tradicionales y populares de la ciudad.
Además de su reconocida elaboración, Güerrin ofrece una amplia variedad de platos típicos de la cocina italiana, como empanadas, pastas y calzones. Su ambiente acogedor y su servicio amable hacen que sea un lugar muy popular tanto para los porteños como para los turistas que visitan la ciudad.
En su recorrido, ha sido testigo de importantes eventos históricos y culturales a lo largo de los años y mencionada en numerosas obras literarias, películas y canciones que destacan su importancia en la vida cotidiana de Buenos Aires.
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