La leyenda cuenta que en los frondosos valles de Perú, apoyada en un sombreante árbol, se encontraba una hermosa doncella llamada Rukma. Esta joven era conocida por despachar de su lado, con un carácter despectivo y orgulloso, a todos los muchachos que intentaban conquistarla.
Se hablaba tanto de su soberbia, que traspasó las fronteras y fue entonces cuando el dios del campo, Cuniraya Huiracocha, decidió darle una inesperada lección. Al verla apoyada en el grueso tronco del árbol, decidió cambiar su aspecto y darse forma de pájaro. Voló hasta una de las ramas y dejó caer en los ropajes de Rukma, un fruto del árbol al cual previamente había depositado su simiente. La joven decidió probar la deliciosa fruta de forma redonda y jugosa pulpa y quedó embarazada.
Al pasar un año del inesperado parto del niño, la doncella decidió reunir a los hombres con los que había estado y decidió que fuese su hijo quien llegase andando hasta su verdadero padre.
El dios, quien se había convertido en un mendigo andrajoso, esperó al igual que el resto de hombres a que el niño eligiese. A duras penas, su propio hijo llegó a sus pies y se fundieron en un tierno abrazo. Tras este inesperado momento, Rukma sintió vergüenza de que el mendigo fuese el padre y huyó con su hijo hacia paradero desconocido.
La lúcuma, la fruta milagrosa y protagonista de esta historia, es redonda de dura piel verde y áspera, aunque jugosa, pulpa amarilla. Los incas la describían como propia de los dioses no solo por esta leyenda, sino por la gran cantidad de beneficios para la salud que contiene.
Lúcuma es sinónimo de salud
Proveniente de los valles andinos de Perú, la lúcuma se usa principalmente para postres aunque como podrás imaginarte, no es nada común en nuestro país. Sin embargo, se está expandiendo su comercialización debido a los ‘superpoderes’ que contiene su pulpa.
Se trata de un fruto con nutrientes como el potasio, fibra y gran cantidad de antioxidantes precursores de la vitamina A, responsables de la salud celular y estimulantes del crecimiento de nuevas células. A su vez, aporta vitamina B3, esencial para el crecimiento muscular e importante para las personas que restringen la carne en su dieta. Terminando con las vitaminas, es una gran fuente de vitamina C, por lo que estimula la creación de colágeno.
Destaca al ser un edulcorante natural que recuerda al sabor del caramelo, aunque posee un índice glucémico muy bajo por lo que es ideal para personas con diabetes. También tiene efectos positivos en la estabilización de los niveles glúcidos.
La lúcuma se suma a la ayuda de los problemas digestivos y contribuye a la reparación de las paredes intestinales. La única ocasión en la que no es recomendable la ingesta de esta fruta es en los casos de estreñimiento, ya que seca las secreciones.
Asimismo, como informa el complejo arqueológico El Brujo, la fruta no es lo único impresionante del árbol. La madera del lúcumo era apreciada en la carpintería por ser fina y compacta y se han encontrado, en la Costa Norte de Perú, tallas de objetos de gran tamaño datadas de tiempos prehispánicos.