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“Envejecer en el barrio con una buena red de apoyo es tan importante como la atención médica”

Estar solo y ser infeliz acelera el envejecimiento más que fumar. Por eso es necesario avanzar hacia nuevos modelos de apoyo a las personas mayores
Paul McGarry, responsable del Greater Manchester Ageing Hub

Su nombre se halla entre los cincuenta investigadores más prestigiosos del mundo en materia de envejecimiento activo, saludable e igualitario. Lo dice Naciones Unidas y su lista Healthy Ageing 50. Este pasado miércoles Paul McGarry compartió sus planteamientos en el marco de una jornada organizada por Bilbao Metropoli 30 dentro de su Reflexión Estratégica 2035 y lanzó varias ideas: la dignificación de las personas mayores frente al edadismo y otras formas de exclusión, la creación de entornos emocionalmente saludables contra la soledad, tecnología y derechos...

¿Tenemos miedo a envejecer?

Sí y no. A todo el mundo le gusta hacerse mayor, pero a nadie le gusta ser mayor. Y eso es un reto para las instituciones porque hablamos de una experiencia universal por la que todos vamos a atravesar. Es un proceso complejo que requiere de nuestra atención, algo que no se está haciendo últimamente en la sociedad moderna.

En la pandemia asistimos al rechazo de personas por ser mayores.

En el caso de Reino Unido yo tenía una expectativa: las personas mayores eran las víctimas principales de la pandemia y eso iba a conducir a una mayor ambición enfocada a esas personas para tratar de mejorar sus vidas. Pero no ha ocurrido así. Estamos viendo que hay otras prioridades. Por eso me gusta venir a estos encuentros y hablar con otras personas y saber sus experiencias con las personas mayores, cómo se les escucha….

Pues aquí la idea central es promover el envejecimiento en el hogar.

En Reino Unido muchas personas mayores murieron durante la pandemia en las instituciones de cuidados y eso generó rechazo. Lo que se está intentando es orientar la política y que las personas mayores puedan vivir en sus casas y en sus barrios. A partir de las investigaciones se sabe que envejecer en los barrios donde se ha vivido y que haya una buena red social de apoyo es casi tan importante como la atención médica para esas personas. Incluso cuando están enfermas. Mejora su calidad de vida.

Una buena noticia entonces.

Parece de sentido común, pero cuando se diseñan los lugares donde vivimos todavía queda mucho por hacer para que sean espacios amigables con las personas mayores. En Manchester está el programa Ageing in place [Envejecer en tu lugar] que apoya a diez barrios con inversiones en salud, atención social, transporte, etc. para las personas mayores.

Envejecer es sumar años, pero también la necesidad de transformar el urbanismo, la movilidad, la cultura, el mercado laboral,... No sé si la clase política está en ello…

No.

Vamos, que esto es como el cambio climático. Que sabemos que viene pero no hacemos nada…

El envejecimiento, hacernos mayores, deberíamos celebrarlo y el cambio climático no.

Pero el reto no está enfocado.

No puedo dar fe de lo que pasa en Euskadi, pero en Reino Unido y en otros países europeos no hay evidencias de que políticos ni instituciones estén sentando las bases para responder al reto. Y deberían hacerlo; por las generaciones futuras.

¿Alguna pista?

Japón es el mejor ejemplo. Están dedicando muchísimo tiempo a analizar qué es lo que van a hacer viendo que no van a tener suficientes trabajadores para proveer servicios y tener tejido productivo. No es algo fácil.

Sigo catastrofista. ¿Podría llegar a ocurrir que colapsáramos, como aquellos grandes imperios, por vivir más años pero no poder dar servicios ni producir?

No tengo esa visión catastrofista. ¿Dónde está el punto de inflexión para que las instituciones den ese cambio en los comportamientos, planes…? No lo sé, pero acabará por ocurrir porque estaremos obligados a pensar cómo será nuestra vida en el futuro. Además, las grandes corporaciones llevan tiempo dando vueltas a esto. Están viendo que una población que envejece supondrá mayor necesidad de bienes y servicios.

Me habla del sector privado...

Son las grandes empresas de todos los sectores las que están haciendo más inversiones. Tengo la sensación de que las empresas van por delante de los políticos en este sentido. Y en Bilbao hay una buena oportunidad de crear bienes y servicios nuevos pensados para una población que envejece.

Pues aquí ya se trabaja en ese campo de la ‘silver economy’.

Hay muchas actividades que se pueden hacer en relación con esto, pero pocas evidencias de que ahora mismo sean exitosas, pero llegarán.

Vaya.

Tenemos que hacer partícipes a los usuarios finales con el fin de crear servicios que sean más adecuados para ellos. Y eso se puede hacer, y se debe hacer, escuchando la voz de las personas mayores. Si les hacemos partícipes desde el principio y no solo al final será más fácil que lo logremos.

Bueno, algo es algo…

Aquí también juegan un papel muy importante las ciudades. Tenemos que crear colaboraciones entre las personas mayores y las ciudades, las empresas… Porque cuanto mejor sean esas colaboraciones mejores serán los bienes y servicios. Y sí, las empresas están interesadas en establecer este tipo de colaboraciones y ver dónde pueden testar sus productos y sus servicios. Este es el camino a seguir.

¿Con tanta tecnología?

La economía plateada es muy técnica. Pero debe entender más cómo es el día a día de las personas. Las empresas sí que están invirtiendo en investigación social. De hecho, las hay que mandan a sus investigadores a vivir con personas mayores para saber cuáles son esas necesidades a futuro, y eso en lugares como Bilbao podría tener ventajas de tipo económico y social que se verían en una o dos décadas.

¿Y cómo hacer que la persona mayor se sienta valiosa, no vulnerable ni apartada?

Lo más importante es apoyar el desarrollo de las organizaciones de estas personas mayores. Desde hace varios años desarrollamos campañas para cambiar precisamente la perspectiva que hay sobre las personas mayores, tratando de dar una imagen positiva a través de relatos realistas. Al final, el edadismo igual que el sexismo y el racismo se van internalizando y resulta muy difícil cambiar, pero cambiarán a medida que vaya madurando la sociedad.

¿Usted también es de los que piensa que como vivimos más y mejor deberíamos trabajar más años?

No creo que tengamos alternativa. Pero también es cierto que hay cada vez más personas con cincuenta y tantos que no pueden trabajar debido a enfermedades físicas o mentales causadas precisamente por el trabajo… En Manchester, el NHS [Osakidetza] trabaja con las empresas y trabajadores para buscar fórmulas y que puedan seguir trabajando y hacerlo mejor.

10/10/2022