¿Crees que tienes una dieta saludable?

Seguro que nos preguntan cómo puede aparecer la cirrosis, todos pensamos en el alcohol. Y ciertamente es una causa pero no la única. Y es que una prestigiosa revista científica estadounidense ha alertado de las secuelas que puede tener ingerir comida rápida para nuestro hígado, incluso llegar a la cirrosis. 

Son cuestiones que analiza el nutricionista y dietista Aitor Sánchez en el libro ¿Qué pasa con la nutrición? y en sus publicaciones en redes sociales en @Midietacojea. "Este estudio ayuda a caracterizar que esta comida rápida aumenta el riesgo y acelera el estadio de cirrosis", señala el nutricionista. "Si al hígado graso no se le pone remedio llegamos a la cirrosis e incluso a la insuficiencia hepática que muchas veces asociamos al alcohol", añade. De ahí que pida la concienciación social en torno a los malos hábitos y la alimentación no saludable. 

Reconoce que no es fácil concienciar a la población y sobre todo a la juventud, una etapa en el que no sólo hablamos de alimentación poco saludable sino que además está presente el abuso del alcohol.

"Creo que estamos en la fase de que hay que dejar de insistir a la población general para que sean las administraciones que empiecen a crear ambientes saludables", subraya Aitor Sánchez. Y es que la inflación derivada de la invasión de Ucrania ha encarecido no sólo los alimentos frescos sino también los malsanos. 

Pero, ¿qué debemos meter en la cesta de la compra para tener una buena alimentación? Según Aitor Sánchez tenemos que hacer de la legumbre nuestra proteína de referencia porque previene el hígado graso y la diabetes tipo 2. En este sentido considera que se puede actuar sobre los menús en los comedores escolares, los servicios de catering o las propias campañas institucionales. 

Alimentación infantil

Un ejemplo de ello es lo que se traslada a los niños y niñas. "Tenemos el bombardeo de la publicidad infantil y con comida malsana y la iniciación de sabores super intensos desde pequeños con postres lácteos. Luego le quieres dar un tomate y te dice que de eso nada. No se debe convertir una lucha solo de las familias. Hay que facilitarlo con entornos menos hostiles", recomienda.

Siguiendo esta línea considera que no se debe centrar el mensaje en un "único enemigo" porque tendemos a culpar de todo a los ultra procesados y en el caso, por ejemplo, de la población infantil hay que dar más claves. "La bollería y galletas tienen más impacto en un niño que en un adulto. El problema es que pasa desapercibida esa dieta superflua. Se toman un arroz con tomate o carne con patatas, pasta con carne picada y creen que es bueno porque no está ultra procesado. Nos engaña", remarca.

Las familias saben que con algunos niños no es nada fácil el tema de la comida. "No nos tenemos que complicar mucho. A veces es sólo partir un pepino o un tomate y ponerlo en medio de la mesa. Nadie habla de hacer un pisto de 40 minutos. Mejoraría digestiones, la sensación de estar saciado y no abusar de los otros. En la comida y la cena debe haber una ración de verduras", afirma.

Afirma Aitor Sánchez que respecto a la alimentación de nuestros hijos es mucho lo que podemos hacer. "La más importante es actuar de forma espontánea sobre todo con el ejemplo. Los peques no deben desarrollar aversión. Si lees, el peque lee, si tienes hábitos de higiene ellos también. Mucha fruta, mucha verdura e involucrarles en la alimentación y tener mano izquierda. Paciencia y poco a poco", recomienda. 

¿Qué es Nutri -Score?

Hay mucha información en las etiquetas de los productos alimenticios que a veces no tenemos en cuenta. Por ejemplo las franjas de colores o las letras con diferentes categorías. Se denomina Nutri-Score. Una herramienta interesante pero que, dice Aitor Sánchez, "tiene muchas lagunas".

Esa puntuación que vemos en el etiquetado se consigue respondiendo a algunas preguntas pero el nutricionista advierte. "La industria puede lanzar pequeñas modificaciones para mejorar la puntuación en el examen. Chile tiene uno mejor porque hay advertencias sin maquillaje", señala. Y va más allá porque puede ser contraproducente. "¿Cómo afecta a la compra de berenjenas o alcachofas?", se pregunta. "Nos damos cuenta de que empezamos a echar envasados a la cesta y sin querer desincentiva que compremos más fresco", advierte. 

Dietas alternativas

Con un rápido repaso por Internet nos podemos encontrar con muchas posibilidades para hacer una buena dieta pero no todas son adecuadas para todos. Vamos con una de las populares últimamente: el ayuno intermitente. 

"Es una herramienta más", destaca el dietista. "Si el ayuno funciona se debe a que es una manera de restringir energía a lo largo del día. Si sólo haces comida, merienda y cena es complicado meter toda la energía que necesitamos, como consecuencia pierdes peso pero no da mejores resultados que una dieta saludable", avisa.

Entiende que está teniendo una buena acogida entre los jóvenes pero insiste, "no es mágica".

¿Y la dieta cetogénica? Es una dieta basada en la eliminación de hidratos de carbono presentes en frutas, cereales, patatas. "Está poco adaptado a la realidad. "Si agoto fuentes de hidratos, el cuerpo tirará de grasa y adelgazaré. Es una hipótesis que no se traslada a la realidad. Solo presenta obstáculos. Es muy aventurado", remarca. 

Los que sí aciertan en su opinión, son los vegetarianos y los veganos. Reconoce que quienes optan por este tipo de dietas tienen que tomar suplemento B12 pero puntualiza, no por carencia sino porque no hay este nutriente en suficiente cantidad. "Esos problemas no se dan. Todo lo contrario. Cuando más sea una dieta vegetal mejor resultado de prevención de cáncer, obesidad, y enfermedades cardiovasculares. En lugar de meter miedo, deben explicar cómo llevarla a cabo y que se use como herramienta en algunos casos como la diabetes tipo 2", recomienda.