Brunch, el desayuno tardío o la comida temprana que no te dejará indiferente

Viajar es siempre un placer y entre sus grandes atractivos está conocer la cultura, las costumbres y la gastronomía de aquellos países que se visita. En un mundo cada vez más globalizado, las tendencias se exportan con facilidad y rapidez y hay una moda gastronómica que ha llegado para quedarse: el brunch.

Como su propio nombre indica, esta costumbre inglesa es la resultante de la fusión de breakfast (desayuno) y lunch (almuerzo), una especie de desayuno tardío o de comida temprana para tomar entre las 10 de la mañana y las 14.00 horas de la tarde.

Es una idea genial para darse un capricho de vez en cuando y hacer algo diferente durante el fin de semana o en un día festivo, además de ser una buena oportunidad para combinar los sabores y los platos más tradicionales del desayuno con otras opciones más propias y abundantes del almuerzo.

Origen inglés

Esta singular costumbre del brunch tiene su origen en el siglo XIX entre las familias de la clase alta inglesa de la época, cuyos señores daban fiesta a sus sirvientes los domingos. Estos, para que no les faltara de nada a sus patronos y pudieran servirse comida prácticamente durante todo el día y siempre que les apeteciera, les dejaban preparado un gran buffet.

En los años 30 del siglo XX, el brunch dio el salto a Estados Unidos, concretamente a Chicago, donde los trenes que iban de camino a Los Ángeles paraban un rato bien entrada la mañana y las celebrities de Hollywood que viajaban en ellos tomaban uno de esos desayunos-comida para aguantar el trayecto que les quedaba.

Ahora, hoteles, restaurantes y cafeterías de grandes y de pequeñas ciudades le han dado una vuelta y han encontrado en el brunch una oportunidad de negocio que no han querido desaprovechar.

Exquisitos alimentos dulces y salados listos para ser consumidos en un buffet gourmet. Freepik

Buena acogida

Y es que en España el brunch ha tenido una muy buena acogida y en ello ha podido influir la llegada de turistas de todo el mundo, lo que ha obligado a muchos hoteles a adaptarse a sus costumbres. Otra clave del éxito puede ser el hecho de que los jóvenes trasnochen aquí más que en otros países, lo que hace que la hora del almuerzo les coincida con el momento en el que se levantan de la cama, siendo ya tarde para desayunar pero pronto para comer.

En cualquier caso, el bruch, además de ser una experiencia culinaria distinta, es todo un planazo para disfrutar sin prisas con la pareja, la familia o amigos, huyendo de los típicos desayunos o comidas. Permite adaptarse a diferentes rutinas y preferencias, así como empezar el día de una forma relajada y divertida.

Gracias a su amplio horario, nos da la oportunidad de disfrutar de una gran variedad de comida y de una agradable compañía en un entorno acogedor y más allá de la brevedad de un café mañanero o de una comida con una sobremesa limitada en el tiempo.

Mesa de restaurante lista para recibir a los comensales. Freepik

Oferta variada

La oferta que presentan los locales también varía entre un brunch tipo buffet o servido en la mesa y es tan grande que va desde las más sofisticadas propuestas gourmet de los hoteles de lujo de las grandes ciudades hasta las alternativas más sencillas y económicas de pequeños bares o cafeterías en localidades más pequeñas.

Existen infinitas formas de brunch y estos pueden ser dulces, saldos o mixtos, así como fríos o calientes o una mezcla de los dos. Los alimentos presentados deben ser sencillos de servir y de comer y aunque es complicado dar una lista de los alimentos que se pueden encontrar en un buffet, en la mayoría de ellos no faltarán tostadas, huevos, aperitivos, ensaladas, fruta, yogur, quesos, embutidos, tapas, pasteles o bollería. En cuanto a las bebidas, la mayoría disponen de café, infusiones, refrescos o zumos, entre otras.

El Hotel Mandarín Oriental Ritz (89 euros) o el Hotel Santo Mauro (80 euros), en Madrid, o el Majestic Hotel de Barcelona (65 euros) son algunos de los lugares más exclusivos de España para disfrutar de un exquisito brunch. El Biltmore Café de Londres, el Salón de Verano del Ritz de París o el Openaire de Los Ángeles son otras buenas opciones fuera de nuestras fronteras.

Si buscas salir de la rutina y probar algo distinto, siéntate una mañana en torno a una mesa con buena comida y mejor compañía y disfrutarás de una experiencia única que seguramente no querrás esperar mucho tiempo a repetir.