Política

Azpiazu negocia recaudar las tasas a banca y energéticas o activar una compensación

Aborda dos soluciones técnicas con la ministra Montero: cambiar la figura jurídica de las tasas y poder concertarlas, o compensar a Euskadi
El consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, el segundo por la izquierda, flanqueado por los diputados generales de Gipuzkoa, Bizkaia y Araba y por el vicelehendakari Erkoreka.

Los responsables de Hacienda de los gobiernos vasco y español buscan una solución a contrarreloj. El Gobierno español quiere que las nuevas tasas a la banca y las empresas energéticas entren en vigor el 1 de enero, y la tramitación parlamentaria sigue adelante, pero por ahora no se ha encontrado una solución técnica para que esas tasas respeten la foralidad, y para que las haciendas de la comunidad autónoma vasca y la navarra puedan recaudarlas y contar con esos recursos económicos. Un día después de que el PNV diera un voto de confianza a la negociación al apoyar la admisión a trámite de la propuesta, fuentes de la consejería de Pedro Azpiazu consultadas por este periódico explicaron ayer miércoles que hay dos soluciones técnicas sobre la mesa.

La primera de esas líneas de negociación sondea las opciones que existen para cambiar la forma jurídica de las tasas. Esta vía va al origen del problema: si estas tasas se hubieran presentado como impuestos tal y como se había anunciado, y no se hubieran presentado como prestaciones patrimoniales públicas no tributarias, se hubieran podido concertar con normalidad como cualquier otro impuesto con las haciendas forales para que las recauden. Es decir, se hubieran activado los procedimientos habituales dentro del Concierto Económico y el Convenio navarro. Se trata de estudiar las opciones de cambiar ahora la denominación de esa figura para que sea un impuesto en el trámite de enmiendas a la proposición de ley del PSOE y Unidas Podemos que se tramita en el Congreso.

Si no se cambiara, sería extremadamente complicado o imposible concertar las tasas, porque no se puede concertar una prestación patrimonial. Esto es algo que se reconoce ya de manera abierta en varios ámbitos, aunque en otros se mantiene viva la idea de la concertación.

En el caso de que no se lograra introducir este cambio jurídico ni concertar los impuestos, se negociaría una compensación para Euskadi. En este terreno, hay que tener en cuenta que la compensación sería para dos años, es decir, de manera muy transitoria durante el escaso periodo de vigencia de estos gravámenes. Las tasas se aplicarán a los beneficios de 2022 y 2023. Y, al ser tan escaso el plazo de vigencia, también obliga a moverse con rapidez y buscar una fórmula inmediatamente porque podría darse el caso de que, para cuando se encontrara un mecanismo, el impuesto ya no estuviera vigente.

Fuentes de la consejería de Azpiazu aseguran que están dialogando con el Ministerio de María Jesús Montero, pero rechazan adelantar las cifras. Además, no quieren reducir este debate a una cuestión de millones. La clave para el departamento es que se respete la foralidad, y que no se siente un precedente en que el Gobierno español active un impuesto disfrazándolo con otro nombre y Euskadi no pueda recaudarlo. Los precedentes pueden marcar el camino y repetirse. Es una línea que no se quiere cruzar. No se van a ceder posiciones en ese terreno. Esa es la premisa inicial aunque, por la propia naturaleza de esta discusión, se acabe hablando de cifras.

“Va a ser un acuerdo económico porque es un tema de recaudación y se hablará de dinero, pero al final del camino. El dinero no es la clave. Lo importante es que se respete la foralidad”, recalcan. ¿Podría suceder que el dinero se descontara del Cupo que paga Euskadi al Estado por las competencias no transferidas, es decir, por los servicios que presta el Estado en suelo vasco? En principio, la solución no sería tan sencilla y, además, podría resultar un tanto estrambótico que se utilice la vía del Cupo cuando está concebida para pagar los servicios que ejerce el Estado y sus inversiones (como las infraestructuras y el Ejército). En este caso, por el contrario, se habla de recaudar unos recursos que son vascos, de empresas como Iberdrola, Petronor como filial de Repsol, BBVA y también Kutxabank, una entidad que estaba en duda pero que también entra en el cómputo por el volumen de comisiones cobrado en los últimos tiempos.

Retoques

El PNV condiciona su voto en el trámite final a que se respete la foralidad. El portavoz jeltzale en el Congreso, Aitor Esteban, reiteró ayer miércoles que cree que existe “voluntad” en el Gobierno español, y que quizás haya que realizar “retoques” a la propuesta del PSOE y Unidas Podemos, según dijo a Euskadi Irratia. Aseguró que “hubiera sido mejor que la propuesta hubiera dicho algo sobre concertación y sobre nuestras haciendas”, y que la ausencia de menciones “complica la concertación”. Aun así, cree que se han dado pasos adelante y que, si hay voluntad, se puede encarrilar. Pero añadió que habrá que estar atentos también a cómo puede afectar la regulación europea.

Cuando se le recordó que el Estado prevé recaudar 7.000 millones en dos años y se le preguntó cuántos podría recaudar Euskadi, se limitó a decir que en ello están. Cuando se le volvió a preguntar con quién están hablado de esa cifra, contestó que lo hacen con el Gobierno español. Fuentes del Gobierno vasco explican que una posible solución es cambiar la figura jurídica de la tasa para que se concierte, o una compensación. Esteban ponía sobre la mesa el sinsentido que supondría que se quitara dinero a los vascos evitando la concertación.

Las claves

Banca

4,8%. La tasa que proponen el PSOE y Unidas Podemos apuesta por gravar con un 4,8% las comisiones e intereses netos de los bancos. Este límite hace que entren en el cómputo BBVA y Kutxabank también, que en un primer momento parecía estar en el alambre.

Energéticas

1,2%. La tasa gravará con un 1,2% las ventas de las energéticas. Afectaría a Iberdrola y a Petronor como filial de Repsol.

7.000

millones en el Estado. El Gobierno español calcula que recaudará 7.000 millones entre 2022 y 2023, aunque podría influir la regulación europea en este mismo ámbito. No se conoce la estimación vasca, y en este terreno la discreción es máxima porque esa cifra podría entrar en juego en el momento final del diálogo, si hay que activar una compensación. Otra de las tareas pendientes con el Gobierno vasco es la fijación de las tasas de referencia de deuda y déficit, que estarán antes del Consejo Vasco de Finanzas.

16/09/2022