“La víspera del Estado de Alarma teníamos un bolo en Iruñea”

Ada Continente, Saray Garzia y Nadia Yagoubi son la esencia de la Compañía X, donde la danza es el único lenguaje que necesitan para transmitir todo lo que sus corazones y sus mentes albergan. Tras haberse hecho un buen hueco en redes sociales y en los lugares a los que van, ahora siguen con su travesía, con la mirada puesta en los proyectos que vendrán.

¿Cómo se conocen una madrileña, una eibartarra y una zaragozana? 

-Nadia Yagoubi: Nos conocimos en Madrid porque estábamos estudiando las tres allí. 

Llevan ya varios años trabajando juntas. ¿Qué sienten que aporta cada una a Compañía X? 

-Nadia: Somos superdiferentes en muchas cosas pero superparecidas en otras. Entonces, yo creo que es complicado especificar qué aporta cada una. Creo que lo que más aportamos para enriquecer el proyecto es lo diferentes que somos en muchas cosas. Como que, lo que no abarca una de alguna manera lo abarca otra. Tenemos formas de ser que se complementan muy bien pero que son muy diferentes. Y eso nos pasa también bailando, y yo creo que ahí está la riqueza del proyecto. 

'Compañia X' durante una de sus actuaciones Jacobo Medrano

¿Quién suele elegir la coreografía? ¿Cómo se complementan en ese sentido? 

-Saray Garzia: Lo hacemos todo juntas, entre las tres. 

Nadia: Las coreografías, las piezas, las decisiones artísticas..., son todas al 33,3% (risas). No hay una directora de movimiento, no hay una directora de producción... Todas las decisiones, sean más artísticas o logísticas, las tomamos entre las tres. 

¿Recuerdan cómo fue su primera vez sobre un escenario?

-Saray: La primera vez fue en Costa Rica. Empezamos el proyecto en Madrid, pero nos fuimos a Costa Rica en enero de 2019, y allí participamos en el festival Revés, y en ese festival al final daban la oportunidad de mostrar procesos creativos o piezas de las personas que iban allí a entrenarse. Esa fue la primera vez que mostramos el trabajo. 

Un año después llegó la pandemia. ¿Cómo les afectó todo esto? Porque el mundo en general, pero especialmente el del arte, se paralizó por completo.

-Nadia: Nosotras justo volvimos en noviembre de 2019, justo tres meses antes del Estado de Alarma. Fue un poco batacazo, porque fue como que para nosotras era un punto de inflexión volver a España. Todo lo que habíamos estado haciendo en Latinoamérica teníamos que empezar a hacerlo en el sitio de donde éramos, y lo estábamos consiguiendo, nos estaban saliendo fechas. De hecho, la víspera del Estado de Alarma teníamos un bolo en Pamplona. Fue cancelación tras cancelación. Algunas cosas tuvimos la suerte de que se pospusieron, pero otras muchas se perdieron. Fue un batacazo bastante grande. 

Ada Continente: A nivel laboral sí que fue bastante duro. Lo que hicimos en la pandemia fue juntarnos para crear una siguiente obra, y pudimos aprovechar ese parón laboral. Internamente no paramos demasiado. 

Desde entonces han pasado cuatro añitos. ¿Cómo perciben la evolución en este tiempo en su compañía? 

-Saray: Hemos aprendido un montón desde que empezamos hasta ahora. Siempre intentando mejorar. 

Nadia: Cada vez tomamos las decisiones más rápido. Cada vez tenemos más contactos, cada vez conocemos más el sector... El sector de la danza es muy misterioso y no se deja conocer tan fácilmente. Creo que nos hemos adentrado bastante en cuatro años, y a nivel material la compañía también ha crecido económicamente. Pero es un camino lento, largo, de fondo, y sin pausa. 

Llevan buenas zapatillas para recorrerlo. 

-Nadia: Las mejores (risas). 

Como dicen, se han hecho un hueco muy bonito en el mundo de la danza, de la cultura. ¿Cómo perciben, precisamente, el hueco reservado a la danza contemporánea en teatros, espectáculos de calle, contrataciones de eventos...? ¿Se está ampliando? 

-Ada: Yo diría que no. Yo diría que va a peor. Es verdad que hay un montón de festivales de calle que se están cayendo, y que están desapareciendo. Luego a la hora de la programación de los teatros, sí que se programa mucho teatro pero poca danza. Es como un porcentaje muy pequeño. Ahí sí que hay una distancia entre el teatro y la danza. 

Saray: El panorama está complicado, sí. 

Nadia: Podría suceder mucha más danza en los Ayuntamientos, en los teatros, en la calle, en festivales... Podría haber muchos más festivales. Vivimos en un país en el que al menos de Navarra para abajo hace buen tiempo. Podrían estar sucediendo cosas en la calle todo el rato, pero no suceden, suceden contados al año. Son muy conocidos y están peleándolo muy duro, pero al fin y al cabo el problema es el mismo, los presupuestos. 

¿Hay alguna anécdota que recuerden de estos cinco años? 

-Nadia: Una vez estábamos en un festival fuera de España y hubo un problema muy serio con la música. De repente, cuando estábamos en el punto más alto, nos pararon la música de golpe. El silencio era largo, no sabíamos qué estaba pasando, y como veíamos que eso no avanzaba, Ada abandonó el escenario. Nos quedamos Saray y yo solas, y después de cinco minutos que se nos hicieron cincuenta todo volvió. Resolvimos como pudimos y se hizo. Esta es la primera que me ha venido, pero en el escenario de estas un millón (risas). 

¿Qué planes tienen ahora para fiestas, en verano? 

-Ada: Hemos estrenado nuestra nueva obra, Iocari, en Bilbao. Hemos estado en Zaragoza, y ahora en julio nos vamos a Creta. Luego, de cara a más adelante tenemos algunas cosas por Zaragoza y cosas que se van cerrando.