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La explosión de ómicron obliga a Euskadi a restringir horarios y aforos en la hostelería

Alerta sanitaria
Varias personas pasean con mascarilla tras ser obligatoria su uso en exteriores. Foto: Oskar González
Varias personas pasean con mascarilla tras ser obligatoria su uso en exteriores. Foto: Oskar González

Si las cenas de Nochebuena sufrieron grandes ajustes por las bajas en la mesa de personas confinadas, positivos en coronavirus de última hora y, en el peor de los casos, hospitalizaciones a causa de esta patología, todo apunta a que este panorama volverá a repetirse en los próximos días.

El mes diciembre se va cerrando marcado del fuerte embate de la sexta ola a Euskadi. Una ola impulsada por llegada del frío, la relajación de las medidas por buena parte de la población y el auge de casos de ómicron, variante que se propaga con mayor velocidad aunque tiende a provocar síntomas más leves que sus predecesoras.

No obstante, con los contagios diarios disparados a causa de esta nueva variante, se detectaron hasta 4.265 nuevos contagios el pasado domingo en las 17.050 pruebas diagnósticas realizadas, el virus sigue apretando a los hospitales vascos.

El avance de la vacunación no está impidiendo que sigan siendo más de un centenar las personas que se encuentran ingresadas en estado grave por coronavirus. Es más, las Unidades de Cuidados Intensivos atienden ya a 110 pacientes con covid-19, nueve personas más que el pasado 22 de diciembre, según los últimos datos facilitados por el Departamento vasco de Salud.

A estos pacientes se suman otras 381 personas ingresadas con coronavirus en planta, casi cien pacientes más en apenas cuatro días. Teniendo en cuenta estos datos, son muchas las voces que apuntan que sin la llegada de la vacuna, el escenario en los hospitales vascos hubiese sido espeluznante. Y es que la mayoría de quienes precisan hospitalización son personas no vacunadas o con alguna patología previa.

Más allá de los hospitales, son muchos quienes se encuentran plantándole cara al virus en casa. Prueba de ello es que la positividad se asienta en el 25%, un porcentaje muy alejado de la barrera del 5% fijado por la OMS para establecer una transmisión comunitaria del virus. Así las cosas, una de cada cuatro personas que se somete a una prueba diagnóstica termina arrojando un resultado positivo.

A estas alturas de mes y con la Nochevieja a la vuelta de la esquina, Euskadi sigue pulverizando todos los récords de contagios diarios y también en términos de incidencia. Según se recoge en el documento de Osakidetza, por primera vez en toda la pandemia se ha superado la barrera de los 2.000 casos por cada 100.000 habitantes en catorce días. Concretamente, este parámetro se eleva hasta los 2.076 puntos, 580 casos más respecto al pasado miércoles.

Adiós a los cotillones

Los datos son tozudos y las medidas inevitables. De hecho, esta misma tarde se producirá la última reunión del año del Consejo Asesor del Plan de Protección Civil de Euskadi. A partir de las 16.30 tendrá lugar la reunión del LABI donde se fijarán nuevas restricciones de cara a Nochevieja y Año Nuevo. Se espera que las nuevas medidas entren en vigor el miércoles, tras su publicación en el Boletín Oficial del País Vasco.

En principio, estas nuevas medidas no se remitirán antes al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, como en ocasiones precedentes, ya que el Ejecutivo vasco considera que cuentan con el aval jurídico que les otorga la ley vasca antipandemia.

Aunque el lehendakari no avanzó ayer cuáles serán las restricciones que se pondrán sobre la mesa, fuentes de Lehendakaritza confirmaron que serán similares a las que propuso Urkullu en la Conferencia de Presidentes de la pasada semana.

Urkullu planteó entonces a Sánchez, además de la obligatoriedad del uso de mascarilla en exteriores, establecer hasta final de enero el horario máximo de cierre para todas las actividades comerciales, sociales y culturales a las 01.00 horas y fijar una limitación de aforos del 60% en todo tipo de establecimientos y recintos interiores.

Fin al consumo en barra

Además, se volvería a prohibir el consumo de pie en la hostelería y se fija en un máximo de diez las personas por mesa. Asimismo, para las jornadas del 31 de diciembre y 1, 5 y 6 de enero, bares y restaurantes deberán cerrar a las 21.00 horas. Quedarían excluidos de esta última medida, aquellos locales que los días 31 y 5 de enero sirvan cenas y que tendrían margen hasta las 23.30, cuando deberían desalojarse los comedores.

Con todo el LABI puede terminar añadiendo o modificando alguna de estas medidas, ya que el lehendakari ha estado en contacto estos últimos días con comunidades vecinas –Nafarroa, La Rioja, Cantabria, Castilla- León, así como Aragón– para consensuar un marco normativo.

En definitiva, se trata de establecer medidas similares que ayuden a contener al virus especialmente en estas fechas señaladas. Las segundas navidades con la pandemia, por desgracia, como invitada indeseada a la mesa de decenas de miles de hogares vascos.

2021-12-29T06:39:02+01:00
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