Un millón de euskaldunes en el País Vasco

Acertaba Bernardo Atxaga hace unos días cuando trataba de explicar, a miles de kilómetros de su hogar, la relevancia que envuelve a todas las lenguas maternas. Lo venía a equiparar con defender la vida; la propia, pero también esa otra que se comparte con familiares, con amistades, en el trabajo, en una tienda o cuando se juega… Distintos escenarios para una foto fija: el avance del euskera en Bizkaia –y en particular en el Bilbao metropolitano– y en el conjunto de la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) donde casi un millón de personas han marcado la casilla de Euskaldun y otros 400.000 confiesan tener un nivel de comprensión bueno o regular, pero con dificultades para expresarse.

El caso de la capital y de su área de influencia es particularmente llamativo ya que confirma el arraigo del euskera entre las generaciones jóvenes. Poco a poco ha ido ganando espacios y ha saltado de los parques infantiles a las calles de poteo, a las paradas de transporte público y a los comercios. Su uso en las calles de Bilbao aumentó ligeramente entre 2016 y 2021 al pasar del 2,5 al 3,5%, según el estudio quinquenal del Kluster Soziolinguistika presentados en verano. Otro informe, con una perspectiva temporal más amplia, apunta que el crecimiento de población euskaldun ha crecido en 7,66 puntos porcentuales entre los años 2011 y 2021 “alcanzándose la cifra de 103.631 euskaldunes, el 30,6% del total”.

Estos datos publicados por el Eustat-Instituto Vasco de Estadística aúpan a Bilbao como la capital de la CAV con un mejor comportamiento en materia de normalización lingüística. Por distritos, Abando, Begoña e Ibaiondo son en los que más euskera se habla y se escucha, seguidos de Deusto, Uribarri, Basurto-Zorrotza y Otxarkoaga-Txurdinaga, y Rekalde es el distrito en el que menos euskera se escucha por la calle. Y también en esta estadística, las mujeres son quienes más tiran del carro. El compromiso por mantener viva la lengua materna es también responsabilidad de las instituciones y en este caso, el Ayuntamiento de Bilbao trata de poner al alcance de la ciudadanía iniciativas de distinta naturaleza para impulsar el uso del euskera.

Hace unos días, precisamente, arrancaba una nueva edición de Mintzapraktika, un espacio de encuentro y conversación para personas que quieren poner en práctica el euskera, y que este año contará con 382 participantes, distribuidos en 71 grupos. Los grupos se han establecido en función de la edad, aficiones e intereses de los participantes, que se reunirán una vez por semana, hasta el próximo mes de junio, junto a una persona coordinadora para desarrollar cursillos, excursiones, conciertos, teatro, recitales, foros o charlas, entre otros. Desde su inicio, hace una década, esta iniciativa ha contado con más de 3.000 participantes.

Hostelería, comercios...

Y también este año los cursos de euskera para comerciantes se han abierto, por primera vez, a los profesionales de la hostelería bilbaina con el objetivo de propiciar la normalización del euskera en la villa, facilitando a los comerciantes y hosteleros su aprendizaje y uso. El programa Biribilko nació en 2009 y desde entonces se han registrado más de 1.900 matriculaciones por parte de personas que trabajan en comercios de la capital. Margen de maniobra hay para poder reposicionar al euskera en la vida diaria de niños, jóvenes y adultos, y en los distintos hábitats de cada uno de estos grupos de edad, incluidos los digitales.

“La acción social euskaldun ha realizado un ingente trabajo de revitalización lingüística, pero ahora para seguir actuando con eficacia esta acción social debe adaptarse al nuevo contexto y establecer prioridades”, enfatizaba Elixabete Larrinaga, doctora en Ciencias Políticas y de la Administración, en un seminario organizado por la Fundación Sabino Arana y Euskaltzaindia para identificar los retos del euskera y de la comunidad vascoparlante de 2030. Más aún en un escenario que pronto celebrará un hito histórico: el millón de personas que entienden y hablan bien euskera.

El último recuento del Eustat habla de 936.812 personas que se declaran euskaldunes y de otros 412.996 con la etiqueta de cuasi-euskaldunes; es decir, con un nivel de comprensión bueno o regular, pero con dificultades para expresarse. En términos generales [CAV], entre 2011 y 2021 –periodo analizado por el Instituto Vasco de Estadística– la proporción de ciudadanos que se consideran euskaldunes ha pasado del 37,2 al 43,3% –lo que supone un aumento del 6,1 %–, mientras que la presencia de cuasi-euskaldunes baja un 6,45% en ese mismo periodo. Si la comparación se hace entre 2001 y 2021 el porcentaje de euskaldunes crece un 11%.

Tres de cada cinco

En esas cuentas generales, el porcentaje de población euskaldun en Bizkaia es del 37,9%, con un incremento en esa década del 6,7%. Si en el análisis se incluye a esas personas que se autodenominan cuasi-euskaldunes, casi tres de cada cinco vizcainos quedarían integrados en esta categoría. Y es que a lo largo de estos diez años el nivel de conocimiento y uso del euskera ha crecido en la práctica totalidad de las comarcas de Bizkaia. Curiosamente, la única zona donde ha bajado, aunque sea ligeramente (-0,9), ha sido en la demarcación de Markina-Ondarroa, aunque este comportamiento sociolingüístico está estrechamente relacionado con la pauta demográfica.

En el otro lado de la balanza, donde la recuperación del euskera ha sido más evidente, se sitúan las comarcas de Enkarterri (+8,8), el Bilbao metropolitano (+7,6) y Arratia-Nerbioi (+4,9). Así las cosas, Bizkaia y el euskera continúan su buena relación y dos comarcas del Territorio Histórico están ya entre las cinco con mayor población euskaldun en el conjunto de la CAV. Se trata del Bilbao metropolitano donde viven 268.000 euskaldunes –que además encabeza ese listado– y de Durangaldea con 51.263 euskaldunes.