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El cambio de año aparece marcado por la patata caliente del incumplimiento de los compromisos adquiridos por el Gobierno español para el traspaso de las competencias pendientes a Euskadi. El aplazamiento de la Comisión Mixta de Transferencias que estaba previsto celebrar el pasado lunes para certificar cinco de esos traspasos, debido a las resistencias internas que este proceso ha encontrado en Madrid, ha tensado la relación con el Gobierno vasco y así lo ha puesto de manifiesto el lehendakari Imanol Pradales en su mensaje de fin de año. “Vamos tarde y la paciencia se agota”, ha asegurado.
Tanto es así que el autogobierno, que vivirá en 2026 un año “decisivo” de cara a su mejora, es el argumento que cierra la intervención del jefe del Ejecutivo vasco. La Comisión Mixta tiene una nueva fecha fijada el 16 de enero. Sobre la mesa están los traspasos de salvamento marítimo, el centro de verificación de maquinaria de Barakaldo, el seguro escolar, las prestaciones no contributivas de la Seguridad Social y las prestaciones de desempleo. Y la consejera de Autogobierno, Maria Ubarretxena, situó la piedra en el camino en un secretario de Estado que, lamentó, “manda más que los ministros”.
Pese a que ya se están manteniendo conversaciones entre ambos ejecutivos para que, esta vez sí, el próximo encuentro bilateral llegue a buen puerto, Pradales subraya lo “preocupante” del escenario actual, y admite que “no observamos el avance y la determinación que la situación exige para llegar en buenas condiciones a la reválida bilateral”. El acuerdo de investidura suscrito con Pedro Sánchez implicaba completar las transferencias pendientes antes del fin de 2025. Su incumplimiento no afecta solo a las cinco que hay sobre la mesa, sino que son 21 en total. “Los compromisos firmados con el Gobierno español siguen sin cumplirse”, certifica Pradales. “Ha pasado ya demasiado tiempo, nuestra obligación es cumplir el mandato del pueblo vasco”, añade.
Decidir en Euskadi
El lehendakari rechaza que esta sea una cuestión meramente numérica, de tener más o menos competencias. Explica que se trata de contar con las mejores herramientas posibles para gestionar desde Euskadi, lo que supone además la única forma de asumir en primera persona ante los ciudadanos la responsabilidad por la acción del gobierno. “Queremos cuidar y gobernar nuestra propia casa”, para lo que “necesitamos todas las herramientas para que otros no decidan por nosotros”. “Que las decisiones que afectan a Euskadi se tomen en Euskadi”, insiste en su mensaje a los vascos y vascas, ya que “solo así podréis censurarnos si traicionamos vuestra confianza”.
En este punto cita al lehendakari Agirre, una presencia recurrente en su discurso, cuyo Gobierno (del que recuerda que el próximo 7 de octubre se cumplirán 90 años) tuvo que marchar al exilio tras el estallido de la Guerra Civil. “Nada está garantizado” y “los vientos de la Historia pueden volver a soplar en contra”, advierte en un ambiente de especial inestabilidad en el Estado español y ante la perspectiva que tenga lugar un adelanto de las elecciones generales en 2026 y de un posible Gobierno de PP y Vox. Un motivo de peso más para acelerar la maquinaria de cara a cumplir el objetivo de completar el Estatuto de Gernika.
Defensa del euskera
La actual ofensiva judicial contra las políticas destinadas a asignar perfiles de euskera en todos los puestos de trabajo en las administraciones de Euskadi también tiene espacio en el mensaje de Pradales, que reivindica que “todas y todos los vascos tenemos derecho a conocer y poder expresarnos libremente en cualquiera de las dos lenguas oficiales”, sobre todo “la que nos es propia”. Pese a los intentos de “dificultar este objetivo”, por ejemplo con la cuestión de inconstitucionalidad que el TSJPV ha elevado ante el TC sobre el artículo 187.5 de la Ley de Empleo Público Vasco, aseguró que “nada ni nadie podrá impedir que la ciudadanía de Euskadi continúe impulsando nuestra lengua porque anida en lo más profundo de nuestros corazones”. Avanza por ello que “vamos a dar un nuevo salto hacia la normalización y revitalización del euskera”.
Entre los logros del presente ejercicio cita el pacto de salud, las medidas adoptadas en materia de vivienda, la puesta en marcha del ordenador cuántico en Euskadi, el regreso de la empresa Talgo, la oficialidad de la selección vasca de pelota o la botadura de la Nao San Juan en Pasaia. Sobre los objetivos de cara a 2026, apunta a seguir impulsando proyectos industriales y tecnológicos que generen más empleo y de mayor calidad, responder a prioridades como la vivienda y la seguridad, continuar dando pasos en la salud y el bienestar integral de los ciudadanos y, en definitiva, que "Euskadi siga creciendo en el mundo". "Tengo plena confianza en nuestro pueblo", concluye, tras lo que expresa sus mejores deseos para el año entrante y felicita el año nuevo.