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Lakuntza dice que 2022 será un año de conflicto tras su reelección

El secretario general de ELA, Mitxel Lakuntza, (i) durante su intervención

BILBAO – No hay fisuras en la organización y el líder puede mantener el rumbo. Es más, tras obtener un respaldo de más del 90,7% de los delegados, por debajo del 95% de 2019, pero un porcentaje contundente, Mitxel Lankutza encontró ayer el impulso necesario para mantener la estrategia de confrontación de ELA con la patronal y de presión a los partidos vascos para que lleguen en Madrid allí donde alcanza el sindicato mayoritario en la CAV y tercera fuerza en Navarra. Con una cotas de representación de más del 40% en la CAV, y casi el 23% en Navarra, Lakuntza advirtió que 2022 será "un año de conflictos".

Así, animó a sus afiliados y afiliadas a "prepararse" para la confrontación en un curso sindical en el que hay que renovar muchos convenios. Y no se olvidó en su discurso del frente político, de gran actividad para el sindicato, y destacó que una de las decisiones más novedosas adoptadas en el Congreso, y que "quedará para la historia", es la apuesta por acumular fuerzas soberanistas en favor de caminar hacia "una república" vasca.

El secretario general de ELA se pone al frente de una ejecutiva joven, con tres caras nuevas, y, por primera vez, paritaria, compuesta por seis hombres y seis mujeres. Con ellos en el escenario en la recta final del Congreso se oyeron aplausos y gritos de los delegados, que corearon: jo ta ke, irabazi arte y borroka da bide bakarra.

En clave estríctamente sindical, Lakuntza pidió a sus delegados defender "sin complejos" las huelgas y las movilizaciones porque son "ineludibles" para obtener convenios laborales "positivos" y acabar con la precariedad. También subrayó que la confrontación "nunca será una palabra desagradable" para su sindicato porque "politiza y ayuda a tomar conciencia de quiénes somos y a quiénes tenemos enfrente".

Lakuntza defendió el papel político del sindicato en la acción social porque, a veces, "nos lanzan la acusación de que ELA es una organización cada vez más política y menos sindical. Pues no, ELA es cada vez más sindicato precisamente porque tiene opinión política y no hay sindicato creíble que no tenga opinión política". En ese contexto, ELA exige en la única resolución del Congreso a PNV, EH Bildu y Unidas Podemos que utilicen su capacidad para determinar los contenidos de las leyes para defender la derogación de la reforma laboral y expresen también su rechazo a la nueva ley de pensiones en la votación del 2 de diciembre. El sindicato emplaza a los partidos con el mensaje No nos vendáis en Madrid y apela a "su responsabilidad ante la ciudadanía, y en especial, ante la clase trabajadora".

Durante su discurso, Lankuntza apuntó que la opción estratégica de ELA para los próximos años pasa por poner el sindicato "a disposición de las personas que peor están, porque la precariedad no es un fenómeno en retroceso. Solo retrocede cuando la paramos". De modo, añadió Lakuntza, que "hay que llegar y seguir construyendo poder sindical en cada centro de trabajo para conseguir buenos convenios", que "no caen del cielo".

En esa línea se refirió a la negociación colectiva y advirtió de que hay que "prepararse para un 2022 intenso; toca actualizar convenios, y habrá quien pretenda reducir salarios". La sombra de la huelga sobrevoló el congreso, en el que también participó la principal defensora en Navarra y la CAV de un paro general, la secretaria general de LAB. Garbiñe Aranburu tendió la mano a ELA para "ir juntos" en la exigencia de la derogación de las reformas laborales, "cerrar el camino a los recortes y apostar por un marco de relaciones laborales propio".

27/11/2021