La UE acuerda simplificar el permiso único de trabajo y residencia para facilitar la entrada legal y atraer talento

Los negociadores del Parlamento Europeo y del Consejo han alcanzado este miércoles un acuerdo para simplificar el permiso único de trabajo y residencia para ciudadanos de terceros países, con el objetivo de favorecer la entrada legal de migrantes y atraer talento a la Unión Europea.

La reforma de una normativa que data de hace una década se planteó para agilizar los trámites pero también para introducir otras mejoras como que el extracomunitario pueda acumular los periodos consecutivos en distintos Estados miembro --incluidos los años de estudiante-- para completar los cinco años que exige la UE para otorgar un permiso de residencia de larga duración.

De este modo, se evitará que, como ocurre actualmente, cuando un migrante se desplace de un país a otro de la Unión Europea pierda con ese traslado el tiempo trabajado acumulado en su primer destino.

Otra de las claves del acuerdo es que el titular del permiso único no se quede sin él de inmediato en caso de perder el empleo, sino que cuente con un periodo de dos meses adicionales de estancia para buscar otra ocupación. La persona con un permiso único podrá también cambiar de empleador manteniendo el mismo documento, con una simple notificación previa a las autoridades competentes.

Por otra parte, según ha indicado la Eurocámara en un comunicado, los eurodiputados lograron fijar un límite de 90 días para tomar una decisión sobre las solicitudes de permiso único, frente a los cuatro meses actuales, y si el trabajador requiere visado el tiempo hasta su entrega no se computará para ese límite.

Las decisiones sobre archivos especialmente complejos podrían obtener una extensión de 30 días. Las autoridades nacionales deberían determinar las consecuencias del incumplimiento de los plazos y del procedimiento de reparación judicial.

De acuerdo a los datos de la Comisión Europea, cada año llegan de manera legal a territorio comunitario entre 2 y tres millones de ciudadanos extracomunitarios, frente a los aproximadamente 300.000 que entraron de manera irregular en la UE el pasado año.