Una de las noticias de la semana es la renovación del CGPJ aprobada por PSOE y PP, aunque los expertos Juanjo Álvarez y Jesús López-Medel coinciden en que la renovación importante es la que queda pendiente, la de decidir cómo se designan los vocales del órgano de gobierno de los jueces.

El jurista y abogado del Estado asegura que lo que ha habido tras ese pacto es un "cambio de cromos". "El CGPJ es el órgano constitucional que peor ha venido funcionado, con opacidad, nepotismo, amiguismo y un exceso de arbitrariedad. Eso no se aborda", ha afirmado Jesús López-Medel en ONDA VASCA. "No es un acuerdo para lo verdaderamente importante, que es la elección de los vocales", añade el catedrático de Derecho Internacional Privado de la UPV/EHU, Juanjo Álvarez. Sí coinciden en destacar que el desbloqueo en sí mismo es una buena noticia. Sirve, dice Álvarez, para "desbloquear una patología institucional, una anomalía" como era "el bloqueo vergonzante" que ha durado más de cinco años. "Deja a un lado un órgano que ya estaba putrefacto", añade López-Medel, que hoy presenta el libro 'Calidad democrática (Partidos voraces, instituciones contaminadas, 1978-2024)'.

Sobre la despolitización, López-Medel asegura que "no se despolitiza nada" y que hemos asistido "al intervencionismo de dos partidos voraces". "No se han buscado candidatos imparciales, todos son de absoluta confianza de uno o de otro", añade. Álvarez pone el foco en que tanto en el pacto como en la iniciativa legislativa que se prevé para dentro de seis meses "se deja de lado el Parlamento" y que los elegidos, que pertenecen a dos asociaciones concretas de jueces, "van a seguir los dictados de un partido". 

Sí ven como positivo las medidas para evitar las puertas giratorias para que un ministro, por ejemplo, no pueda pasar a dirigir la Fiscalía General del Estado. "Es positivo pero son muy pocos casos", considera el jurista y abogado del Estado, que cree más relevante haber incluido medidas para evitar que se pueda volver a caer en un bloqueo. Y, en este sentido, propone que los vocales fueran cesados automáticamente pasados cinco años. Álvarez por su parte considera que esas medidas son positivas, "de sentido común", y que en general el pacto también tiene como positivo el reconocimiento mutuo que se ha producido entre gobierno y oposición.