Iraola marca su camino en el Rayo Vallecano

EL Rayo Vallecano, convertido por méritos propios en el equipo revelación de la Primera División al figurar en séptima posición tras ascender en junio del año pasado, cuenta también con el entrenador de moda en la categoría. En ella debuta esta temporada, a pesar de parecer un veterano con mil y un recursos, el guipuzcoano Andoni Iraola (Usurbil, 22-VI-1982), leyenda del Athletic y timonel de un lanzado conjunto madrileño al que ha devuelto a la élite y que, con la permanencia como principal objetivo, sueña incluso con Europa. Pocos equipos en LaLiga, no en vano, practican un fútbol más vistoso, vertical y productivo que el rival al que se medirán mañana los bilbainos en Vallecas, estadio del que el Rayo ha hecho un fortín con mayúsculas mientras proyecta al mundo entero la figura de un joven entrenador que cotiza al alza.

Tanto es así que, con las elecciones a la presidencia del Athletic previstas una vez finalizado el curso, el nombre de Iraola suena con fuerza como baza electoral al finalizar contrato el de Usurbil el próximo 30 de junio, si bien está por ver si la junta directiva liderada por Aitor Elizegi, que no optará a la reelección, renueva antes a Marcelino García Toral, cuyo contrato en Bilbao caduca en la misma fecha. Antes o después, no obstante, Iraola apunta a hacerse cargo del banquillo local de San Mamés, donde el cuarto jugador con más partidos en la historia del Athletic ya dejó su sello en el choque liguero que enfrentó a bilbainos y madrileños el pasado 21 de septiembre. 1-2 se impusieron los vallecanos, con goles de Álvaro García y Radamel Falcao, verdugos de los leones sobre el césped.

En la banda, el exjugador rojiblanco superó a Marcelino en un atractivo y morboso duelo de técnicos que cayó del lado visitante para constatar que el Rayo iba en serio. Los de Iraola aprovecharon su visita a la capital vizcaina para trasladar a domicilio su buen hacer como locales, al cual han dado continuidad hasta el día de hoy. En medio de todo tipo de halagos, los madrileños afrontaron su último compromiso de liga en Vallecas como el mejor equipo en casa de las cinco grandes ligas europeas. Los números hablaban y, pese a las tablas firmadas ante el Betis en la última cita liguera que ha albergado el feudo vallecano, siguen hablando por sí solos, pues el Rayo suma ocho victorias y dos empates como local para un total de 26 puntos de 30 posibles con veinte goles a favor y solo cuatro en contra.

Los resultados 

Invictos delante de una entregada y feliz afición, los de Iraola solo se han dejado puntos ante Celta (0-0) y Betis (1-1), mientras que han superado a Granada (4-0), Getafe (3-0), Cádiz (3-1), Elche (2-1), Barcelona (1-0), Mallorca (3-1), Espanyol (1-0) y Alavés (2-0). Esos son los brillantes números que presentan como locales los pupilos de Iraola, quien no para de crecer como técnico desde que colgara las botas en el New York City en 2016 y tomara las riendas un año después del juvenil del Amtiguoko, donde se formó como jugador antes de recalar en Lezama en 1999. En el AEK Larnaca chipriota, en 2018, vivió su primera experiencia profesional como entrenador y ganó su primer título al cantar bingo en la Supercopa. Antes, nada más aterrizar en el club, logró clasificar a su equipo para la fase de grupos de la Europa League.

Atento estuvo entonces el Mirandés, en LaLiga SmartBank, para coger el teléfono y ofrecer al usurbildarra un banquillo por el que también conoció el éxito en la campaña 2019-20. Además de conseguir sin grandes apuros el objetivo de la permanencia, Iraola logró meter a los burgaleses en las semifinales de Copa por segunda vez en su historia tras eliminar a clubes de Primera División como Celta (2-1), Sevilla (3-1) y Villareal (4-2). Solo la Real Sociedad, campeón a la postre al vencer al Athletic en la final, pudo con un homérico Mirandés que cautivó a propios y extraños y que permitió a Iraola fichar por el Rayo en agosto de 2020. No partían los madrileños como unos de los favoritos al ascenso, pero el de Usurbil volvió a triunfar desde la banda para devolver al club a una categoría en la que también está brillando con luz propia como entrenador. Iraola, no en vano, marca su camino, impoluto, mientras suena de fondo la melodía de una futura llamada del Athletic que, pronto o tarde, apunta a hacerse efectiva para intentar traer de vuelta al guipuzcoano a San Mamés.