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“Hay mucha gente que trabaja y ya no llega a fin de mes, antes no pasaba”

En el Día Internacional de la erradicación de la pobreza, los Bancos de Alimentos alertan de las crecientes dificultades de la clase media para salir adelante
“Hay mucha gente que trabaja y ya no llega a fin de mes, antes no pasaba”
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03:06

Creado por la Organización de Naciones Unidas en 1993, hoy se conmemora el Día Internacional de la erradicación de la pobreza y la exclusión social, y las cifras y la situación derivadas de la pandemia y la guerra de Ucrania son altamente preocupantes. Tan es así que la clase media que dispone de trabajo comienza a hallarse en serio riesgo de no depender de sí misma para poder llegar a final de mes.

Así lo han asegurado a Onda Vasca los presidentes de los Bancos de Alimentos de Bizkaia y Gipuzkoa, quienes, gracias a la sensibilidad y la solidaridad de la población, aguardan con optimismo la llegada de la segunda y última recogida de este año, que se desarrollará de manera física los días 25 y 26 de noviembre, si bien se prolongará hasta el 6 de diciembre a través de los habituales bonos y donativos.

La inflación merma los recursos

A día de hoy son 25.000 personas las necesitadas en territorio vizcaíno -llegaron a ser 31.000 en pleno brote del COVID-19- y 20.000 en el guipuzcoano, y en las instituciones sin ánimo de lucro que tratan de resolver la necesidad básica del ser humano de estar alimentado se confía en que "la gente es solidaria, pero se está notando la inflación, que está perjudicando porque la recogida en mayo salió muy bien pero en bonos y donativos tenemos un 20% menos" debido al menor poder adquisitivo, reconoce Luis Crovetto, presidente del Banco de Alimentos de Bizkaia.

"Nos ha salvado algo el último envite de la Unión Europea con su ayuda y el Ingreso Mínimo Vital y la RGI también contribuyen, pero hay gente que trabaja y no llega a final de mes. Hace unos años era algo impensable", resalta Crovetto como claro síntoma de que gran parte de la clase media también se está viendo afectada y tocan a la puerta solicitando ayuda para mantener el sustento familiar.

En Gipuzkoa la alarma también ha saltado, como asegura la presidenta de su Banco de Alimentos, Belén Méndez de Vigo. "Hay de todo, desde lo que no tienen nada en la calle y sin papeles, gente que no tiene trabajo, la que trabaja muy precariamente y no le llega el sueldo, y quien se le acaba el paro y los ahorros, y tiene que recurrir a esto, algo que no podía haber imaginado nunca".

Es un estigma para la sociedad, no para la persona

Desde este organismo, Méndez de Vigo espera que sea algo "provisional, tampoco es que hayamos ido a pedir para siempre. Pasan un mal momento y piden ayuda. No pasa nada".

Su homólogo vizcaíno apuntala que puede ocurrirle a "cualquiera de nosotros, que se puede encontrar en la calle con hipoteca e hijos. Y es un estigma para la sociedad, no para la persona. No es culpable. Si tu empresa ha quebrado y te ha echado, ¿qué culpa tienes tú?".

Se incide especialmente no solo en la falta de alimento, también en los pocos recursos para poder elaborar la comida en los hogares. "Hay gente que no se lo puede permitir, y entregamos legumbres en tarros, pero supone muchísimo dinero y cunde mucho menos", apostilla Belén Méndez de Vigo.

Infancia solidaria

La implicación de la sociedad para que a nadie le falte de comer deja ejemplos solidarios muy llamativos, como la iniciativa de un niño guipuzcoano de 8 años que "se ocupa de hacer colectas a través de un vídeo casero nos trajo el año pasado 400 kilos y hoy ha traído 1.320 kilos. Una maravilla".

También se dio el caso el año pasado de una niña vizcaína que hizo la primera comunión y pidió que no le hicieran regalos, sino recibir dinero para donarlo al Banco de Alimentos, desde el cual se deja claro que "Todo está controlado y auditado, desde el primer kilo que entra hasta el último que sale".

Menor despilfarro

Desde los Bancos de Alimentos también se quiere destacar que la lucha contra el despilfarro de comida está surtiendo efecto: "Se está reduciendo. Hay concienciación en los supermercados, que facilitan productos con caducidad cercana o paquetes rotos, y además rebajan precios antes de tirar. Y en Gipuzkoa evitamos que 900.000 kilos anuales de comida vayan al vertedero", comenta Méndez de Vigo, mientras son 800.000 el dato de Bizkaia.

Por último, existe la honda preocupación ante la subida de costes que denuncian sectores como la agricultura o la ganadería que acaben desencadenando una escasez de alimentos básicos, como la leche o el aceite.

 

 

 

 

 

17/10/2022