Dicen que la esperanza es lo último que se pierde y la Real Sociedad, aunque sabía que sus opciones eran mínimas, se agarraba a las matemáticas para poder seguir en la pelea por una competición europea la próximo temporada. Sin embargo, el empate del Rayo Vallecano ante el Betis ayer echó por tierra cualquier resquicio a la ilusión.
Para ser honestos, a estas alturas y tras la pésima segunda vuelta del equipo de Imanol Alguacil, nadie confiaba en la posibilidad de, al menos, participar en la Conference League tras la derrota ante el Celta de Vigo del pasado martes. Era cuestión de tiempo que la Real confirmara su decepcionante temporada. Si no hubiera sido ayer hubiera sido este fin de semana, ya que partía con demasiada desventaja y necesitaba demasiados fallos de los cuatro equipo que le preceden en la clasificación.
De esta forma y tras cinco años de presencia europea consecutiva, cuatro en la Europa League y uno en la Champions League, la Real no disputará partidos entre semana la próxima campaña, salvo los de Copa y aquellas jornadas de Liga que se incluyan fuera de los fines de semana.
Ahora quedan dos partidos, Girona en casa y Real Madrid fuera, en los que no hay nada en juego en cuanto a objetivos reales se refiere. Sí los hay en lo anímico, por lo que supone la despedida este domingo en Anoeta de Imanol y su imposición de la insignia de oro y brillantes del club en los prolegómenos del duelo ante el Girona. Se trata de terminar de la mejor forma posible una campaña que no ha respondido ni de lejos a lo que se esperaba de esta plantilla.