A pocos kilómetros de Vitoria, en el municipio de Iruña de Oca, se halla un enclave arqueológico de incalculable valor. Asimismo, se trata de un lugar que invita a los visitantes a viajar a través del tiempo, el cual muestra el legado de la antigua época romana en todo Álava y en la península ibérica.
Hablamos, claro está, de Iruña-Veleia, un sitio único en la geografía vasca y de acceso gratuito para hacer disfrutar de una experiencia cultural a todos aquellos que se interesan en sus secretos.
Ubicación del yacimiento
Situado en el municipio de Iruña de Oca, el yacimiento de Iruña-Veleia es uno de los complejos mejor conservados de la época romana que se pueden encontrar en todo Álava.
Con una extensión que supera las 80 hectáreas, las ruinas muestran vestigios de una antigua ciudad que fue un importante núcleo entre los siglos I y V en la región.
Los restos incluyen murallas, termas, viviendas y otras estructuras públicas que dan a conocer cómo era la vida cotidiana en esta ciudad durante su pleno apogeo.
Un hallazgo único en el norte
Entre todos los descubrimientos registrados en Iruña-Veleia, este yacimiento tiene el honor de poseer el único circo romano del norte de la península que a día de hoy conserva su estructura original.
Este recinto, de unas impresionantes dimensiones (280 metros de largo y 72 de ancho), contaba con una capacidad para acoger hasta 5.000 espectadores. Del mismo modo, servía como escenario de algunos espectáculos de masas romanos, como las carreras de carros.
De acuerdo con los análisis de los investigadores, este descubrimiento ahonda en la importancia estratégica de Iruña-Veleia dentro del Imperio Romano, al situarla como un núcleo clave en las rutas comerciales y sociales de aquella época en Álava.
Horarios accesibles y visitas guiadas
El yacimiento ofrece visitas gratuitas, lo que facilita el acceso a este patrimonio a todo tipo de públicos.
Según el Ayuntamiento de Iruña de Oca, el horario de visitas varía según la temporada: en invierno, está abierto de martes a sábado de 11:00 a 15:00 horas, mientras que los domingos y festivos de 11:00 a 14:00 horas. Durante el verano, se habilitan visitas en horario vespertino.
Además, los visitantes pueden disfrutar de recorridos guiados que exploran tanto en la etapa romana como en el legado medieval de este espacio, haciendo de la experiencia en un completo viaje a través del tiempo.
La Álava romana
La época romana en Álava transcurre entre los siglos I a.C. y V d.C.. Fue un periodo de transformación cultural, económica y social en esta región del norte de la Península Ibérica.
La influencia de Roma llegó a las tierras alavesas tras la conquista romana, cuando esta civilización estableció un sistema de control administrativo, redes comerciales y mejoras infraestructurales.
Integración y romanización
Aunque Álava estaba habitada por tribus autóctonas, como los várdulos, caristios y autrigones, la romanización fue un proceso gradual. Los romanos introdujeron su idioma, religión y costumbres, aunque se mantuvo una fusión con las tradiciones de aquel entonces.
Las vías romanas, como la que conectaba Asturica Augusta (Astorga) con Burdigala (Burdeos), atravesaban Álava, facilitando el comercio y la movilidad militar. Esta infraestructura ayudó a integrar la región en el Imperio y a promover el intercambio cultural.
Economía y sociedad
La economía local se centró en la agricultura, especialmente el cultivo de cereales, vid y olivo, junto con la ganadería. También hubo actividad minera y producción artesanal.
Los núcleos urbanos eran escasos, pero surgieron villas rurales que mostraban cierta romanización en su arquitectura y organización. Estas villas eran centros económicos que producían excedentes destinados al comercio regional.
Religión y Cultura
La introducción del panteón romano coexistió con cultos locales, lo que dio lugar a una religiosidad híbrida. Con el tiempo, el cristianismo comenzó a ganar adeptos en la región, especialmente desde el siglo IV, marcando el inicio de una transición religiosa que culminaría en la Edad Media.
Legado
El fin de la dominación romana en Álava llegó con las invasiones bárbaras en el siglo V, que dieron paso al dominio visigodo. Sin embargo, el legado romano dejó huellas profundas, visibles en el trazado de caminos, técnicas agrícolas, restos arqueológicos y en la estructura socioeconómica que influiría en las épocas posteriores.