Aritz se disfraza de Becker en Osaka (0-1)

El zaguero txuri-urdin se partía de la risa mientras celebraba el tanto con sus compañeros, conscientes todos, vistas sus caras, de lo anti natural que había resultado la jugada. El partido de Osaka lleva así tatuado el nombre propio de Elustondo, pero también el de Javi López por su debut, el de Becker por la falta de acierto ante el gol (ya irá afinando la puntería) y también los de dos porteros Unai Marrero y Aitor Fraga que han firmado intervenciones de mérito cuando les ha tocado: antes del descanso el azpeitiarra, en los minutos finales el de Hernani.

Un buen rival

A la hora de relatar el partido de forma cronológica, lo primero que hay que decir sobre el mismo es que la Real ha tenido enfrente a un buen rival. No se trata ahora de poner al Gamba Osaka a la altura del Milan de Sacchi, pero los japoneses han acreditado ideas claras, un buen funcionamiento colectivo, individualidades de cierto nivel y, muy posiblemente también, dos o tres puntos adicionales de forma física y ritmo competitivo. Como consecuencia de todo ello, los primeros minutos del encuentro, en los que la escuadra de Imanol ha dominado territorialmente y ha controlado la contienda, han ido dando paso, poco a poco, a un duelo de dos direcciones en el que los locales no se han limitado a defenderse. Ni mucho menos.

En clave estrictamente txuri-urdin, la alineación inicial, posiblemente la más titular que puede disponer ahora mismo Alguacil, ha implicado solo tres cambios respecto a la del sábado en Laguardia: el debutante Javi López por Jon Balda, Take Kubo por Mariezkurrena y Sadiq por Carlos Fernández. El estreno del canario en el lateral izquierdo ha supuesto, así, uno de los principales alicientes del choque, respondiendo bien, sin alardes, el ex del Alavés.

El debut de Javi López

Ante un Gamba Osaka que de inicio esperaba en 4-2-3-1 o 4-4-2 y muy estrecho, las recepciones bajas de López han puesto a prueba la salida de balón de este. Puede decirse que el tinerfeño ha superado el examen, pues ha sabido hallar soluciones ante el complicado panorama y tampoco ha encontrado impedimento para jugar hacia atrás, con pierna izquierda o incluso derecha, cuando la acción debía girar a la otra banda desde los centrales. El nuevo txuri-urdin se maneja bien cuando le flotan, recurriendo muchas veces a pisar el esférico para atraer rivales, y a partir de todo ello atesora un potencial ofensivo que ya le conocíamos en mayor medida de su etapa en Mendizorrotza. Ante el Gamba Osaka se ha entendido bien con su socio en el ala zurda, Barrenetxea, y no ha tardado ni cinco minutos en protagonizar una buena internada con peligroso centro final a Sadiq.

Con el debutante ha pasado luego lo mismo que con el equipo: se ha ido diluyendo, porque el adversario ha comenzado a mostrar sus virtudes. Los japoneses han empezado a atreverse más en la presión, soltando primero a su mediapunta a por los centrales y apretando luego a pares los inicios desde Marrero, saltando a partir de su extremo Alano. Cuando se empleaban en 4-4-2, la Real trataba de explotar su teórica superioridad numérica interior para jugar dentro y cambiar de banda a Kubo o a Barrene, pero la sala de máquinas, con Urko perdiendo algún que otro balón peligroso, no ha carburado. Ante la presión alta local, mientras, el cuadro txuri-urdin no ha hallado soluciones, principalmente porque Sadiq tampoco ha aportado lo que de él debe esperarse como faro y destinatario del juego directo.

Ocasiones locales

El caso es que el Gamba Osaka no se ha conformado con cortocircuitar a la Real según lo descrito. También ha dotado de sentido a cada robo, a cada posibilidad de contragolpe y a cada balón largo de su portero a un Jebali que en punta cumplía con todo aquello que Sadiq no hacía. Marrero ha evitado con dos buenas intervenciones el 1-0 del mencionado Jebali, y al filo del descanso le ha sido anulado un gol por fuera de juego al brasileño Alano.

El panorama ha cambiado luego tras la reanudación, porque el castillo de los japoneses, fieles a una negativa impronta de la que sus clubes y su selección siempre han hecho gala, ha comenzado a tambalerarse a nada que el partido les ha planteado alguna incógnita. Se han descompensado a la hora de presionar un inicio realista. Los txuri-urdin han enganchado con Brais, quien ha lanzado al recién ingresado Becker. Y este, mano a mano con el portero, ha disparado fuera. Nunca sabremos si ha sido esta acción la que ha mermado a los locales, o si la propia Real ha iniciado la segunda parte con otros bríos, cosa que también resulta posible. Sí parece claro que a partir de ese minuto 48, los txuri-urdin han podido golear.

El propio Becker, negado ante el gol, ha dispuesto de otras dos muy claras. El portero le ha sacado al potrillo Dadie otras dos dianas cantadas. Y en el área blanquiazul, mientras, solo una contra muy peligrosa salvada in extremis por un cruce de Jonathan Gómez ha resultado digna de mención. Dentro de ese contexto de superioridad txuri-urdin, y justo tras esa acción aislada que ha abortado el defensa estadounidense, ha marcado la Real al convertir un córner en contra en un gol a favor. Lo dicho. Se reía Aritz. Se reían sus compañeros.

Tras el grueso del carrusel de cambios en el bando guipuzcoano, el Gamba Osaka ha apretado en la recta final. Ha dispuesto de dos buenas oportunidades para empatar, desbaratadas ambas por Fraga. Y la cosa ha terminado con victoria realista y buenas noticias en clave txuri-urdin más allá del triunfo. Obligación cumplida (ir hasta Osaka en plena pretemporada). Viaje completado (toca pensar ya en las tres últimas semanas de preparación). Debut consumado (el de Javi López). Y ausencia de contratiempos físicos. Irán volviendo los internacionales. También algún lesionado. Veremos qué pasa en el mercado. Y a la Real 2024-25 empezaremos a poder ponerle cara y ojos.