Ahora que vamos despacio vamos a contar mentiras, tralará. Vamos a contar, por ejemplo, que el Gobierno Vasco ha renunciado a 11 millones de los sabrosos fondos europeos para crear 1.500 plazas del primer ciclo de educación infantil.
Pasaremos por alto, eso sí, que desde hace un mes hay una carta comedida, aunque contundente, en la que el consejero Azpiazu, encargado de Lakua de los fondos europeos, le deja claro a la ministra española de educación, Pilar Alegría, que Euskadi no ha renunciado ni remotamente al dinero.
Simplemente le recuerda que, puesto que en los tres territorios hay plazas gratuitas infantiles de sobra, como prueba que todos los años haya por cubrir 4.000, lo lógico es trasladar esa partida a otras necesidades que cumplan con los requisitos exigidos en las bases de la UE.
En la misiva, además de 2 folios, se insta una y otra vez a reconducir la situación. Recapitulando: la verdadera noticia es que el gobierno español ha sisado al vasco un pastizal bajo una argumentación falsa. Pero claro, con ese titular no se hace campaña electoral. Así que Elkarrekin Podemos le da la vuelta a este asunto y, con la ayuda mediática acostumbrada, quizás esta vez involuntaria, consigue colar una especie de veracidad más que dudosa.
Al hacerlo se retratan los morados. En realidad, lo que están denunciando es que el Gobierno Vasco ha decidido no hacer uso abusivo de los fondos europeos para crear unas plazas innecesarias.
Se mire por donde se mire, es la defensa de una práctica fraudulenta. Eso habla del desprecio por el dinero de todos de quienes luego tienen el inmenso desparpajo de erigirse en defensores de lo público.