Política

El Gobierno vasco redobla el control de sus móviles tras el 'caso Pegasus'

Iñigo Urkullu, en una imagen de archivo.
Iñigo Urkullu, en una imagen de archivo.

El escándalo del espionaje a más de sesenta soberanistas en el Estado ha dado un vuelco con el anuncio de que también el presidente español, Pedro Sánchez, ha sufrido una intrusión en su teléfono móvil. Con independencia de si Sánchez pretendía zafarse de la presión presentándose también como víctima o desviar la atención en plena crisis con sus socios de ERC, la noticia ha confirmado incluso a los ojos de los más escépticos que las quejas de los soberanistas catalanes, de EH Bildu e incluso las sospechas del PNV eran fundadas y no pura sobreactuación. Y la polémica ha provocado que las distintas administraciones refuercen sus controles, como sucederá con la Generalitat, que revisará 500 móviles, o con el Gobierno vasco.

En el caso vasco, el área de telecomunicaciones depende de la consejería de Gobernanza de Olatz Garamendi. Fuentes de su departamento confirman a este periódico que el Gobierno de Urkullu "va a mantener, y en su caso profundizar, los controles habituales para tratar de detectar posibles intervenciones externas en las comunicaciones de sus cargos".

Esas mismas fuentes aclaran que ya se realizan controles constantes de sus sistemas y servidores informáticos para garantizar el carácter confidencial de las comunicaciones de los cargos de la administración, pero ahora se está analizando con lupa. Se hace a través del EJIE, el órgano gestor tecnológico del Gobierno que facilita la digitalización de los servicios públicos. En concreto, se están utilizando "los mejores sistemas" del mercado, los más recientes y sofisticados para localizar el programa espía Pegasus. Se están rastreando los teléfonos de los miembros del Gobierno vasco y de algunos cargos más al azar.

¿Eso significa que se vaya a encontrar el programa? "Hay sistemas de espionaje indetectables. Los teléfonos móviles de las consejeras y los consejeros del Ejecutivo tienen incorporado un sistema de protección de última generación, pero hay que considerar que un sistema de espionaje como Pegasus es difícilmente detectable", explican.

"EL LADRÓN, POR DELANTE DE LA POLICÍA"

Es habitual, y no una novedad, escuchar a los responsables de seguridad del Ejecutivo vasco avisando de que la ciberdelincuencia evoluciona a una velocidad de vértigo y trata de sortear los avances policiales. "El ladrón siempre intenta ir por delante de la policía", explican desde el departamento de Garamendi. Y a todo ello se le suma que es un programa de espionaje. "No es tan sencillo como entrar en una habitación y descubrirlo. Hace falta entrar en esa habitación con las gafas necesarias, con sus claves y llaves", dicen.

La sensación que transmite el Gobierno vasco es que no quiere generar grandes expectativas ni proyectar que este control es algo excepcional o nuevo. El EJIE tiene sus propios sistemas rutinarios, y el programa Pegasus no es nuevo, tal y como se recalca desde el Ejecutivo. Se conocía desde hace un año. Hace unas semanas se confirmó el espionaje a los soberanistas catalanes, y la novedad es el caso de Sánchez y Robles.

EL GOBIERNO VASCO, ¿OBJETIVO?

 A partir de ahí, la duda que queda es si alguien ha podido marcar al Gobierno vasco como objetivo para espiarlo. Al margen de las materias relacionadas con la paz o los presos, el lehendakari participó en la mediación entre el expresident Puigdemont y Mariano Rajoy para tratar de evitar la declaración unilateral de independencia catalana y la suspensión del autogobierno en 2017, lo que podría haberle convertido en un espiado por vía indirecta, como informó este periódico, porque el móvil de Puigdemont sí se pinchó.

A nivel de partido, en el caso del PNV, no se ha producido un pronunciamiento de la Ejecutiva porque no hay pruebas, aunque el portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, declaró que tiene casi la certeza de que pincharon sus comunicaciones en momentos críticos como la moción de censura que tumbó a Rajoy. El lehendakari se negó este lunes a pronunciarse sobre el espionaje con un comentario que dio pábulo a todo tipo de explicaciones: "No, me están grabando". Fuentes de su entorno matizaron que era un comentario jocoso.

2022-05-03T05:22:06+02:00
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