Tamames promulga un pacto entre PSOE, PP y Vox que cierre filas con la Constitución

“¿Cómo se puede permitir que una comunidad se vaya a llevar el patrimonio de todos los empresarios y trabajadores de España?”. Ramón Tamames ya tiene preparado su discurso de la moción de censura, tanto que incluso ya circula por los medios, pero después de varios días provocando nerviosismo con sus declaraciones en las propias filas de quien le ha propulsado como candidato de Vox a la presidencia, el economista y Santiago Abascal aparecieron ayer en escena para escenificar unidad. Agarrado al bucle de posicionamientos ideológicos de la ultraderecha, aunque luego públicamente se desenganche de unos cuantos, el también historiador soltó su munición contra lo que entiende como privilegios hacia los territorios históricos del Estado, y en concreto cargó contra la transferencia de la Seguridad Social a la CAV por parte del Gobierno de Pedro Sánchez. “Una situación de insolidaridad económica. No se puede permitir y está a punto de consagrarse”, espetó.

En este contexto, Tamames demandó una declaración conjunta de los partidos “nacionales” constitucionalistas para cerrar filas ante la Constitución e incidió en la necesidad de que se adelanten las elecciones generales porque “no podemos perder más tiempo”. “El tiempo pasa y es oro”, señaló, mientras Abascal negaba que los argumentos hechos públicos durante las últimas semanas por el economista hayan molestado a su formación, entre ellos su defensa del sistema autonómico y la cierta simpatía que dice que le genera Sánchez. El líder de Vox precisó que se trata de una muestra de que el expolítico es un candidato independiente. A su vez, el que fuera militante del PCE, de IU y CDS destacó que son más las cuestiones que le unen con el partido de extrema derecha que las que le separan, tales como “la defensa de la Carta Magna, de la monarquía parlamentaria y de la bandera”. De esta forma dieron por asumidas sus discrepancias ideológicas y centraron sus intervenciones en que coinciden “en lo esencial y fundamental”.

El veterano profesor de 89 años, que dijo sentirse “joven”, parafraseó el calificativo que patentó el exsecretario general del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba cuando avisó sobre un “Gobierno Frankenstein” tras los comicios de 2016 y aseveró que hoy en día muchos socialistas están “pesarosos”. “Que la gente sepa lo que vota” y que “no vota un Gobierno Frankenstein pactando con antiguos derivados del terrorismo y con separatistas”, recalcó Tamames, ya que “esto no es socialismo”. Aunque la moción está abocada al fracaso, él cree que “si el voto fuera secreto quizá habría más de 52 diputados que votaran afirmativamente” contra “uno de los peores gobiernos de la historia de España”. “Tempus fugit”, repitió satisfecho por poder regresar al Congreso, donde ya estuvo como diputado siete años y al que ahora vuelve, a su entender, para dejar su legado. Allí intervendrá desde el escaño que tiene asignado en el hemiciclo Abascal, según lo acordó con la presidenta de la Cámara baja, Meritxell Batet, para evitar que tenga que subir y bajar los empinados escalones que llevan a la tribuna de oradores del salón de plenos cada vez que le toque intervenir. El economista tendrá justo debajo a la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, y a su izquierda, separado por las escaleras que dan acceso a los escaños, estará el portavoz del PNV, Aitor Esteban.

Mientras, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, cree que Vox “está empezando a tener dudas sobre lo que ha hecho” y volvió a defender la abstención porque no buscan “dar una victoria en el Congreso al PSOE” sino que aspiran a “derrotarle en las urnas”. Así, apuntó que la formación de Génova intentará “que cambie el Gobierno no porque voten 360 diputados o diputadas” en la Cámara Baja “sino porque voten todos los ciudadanos”. Erró en el número: son 350.