“Solo se puede entender la educación desde el trabajo con los centros y la escucha a las familias”

Se nota que la consejera de Educación, Begoña Pedrosa, juega en casa en el colegio público de Areatza. Mientras se aproxima a la puerta de entrada, coincidiendo con la hora de salida de los niños y niñas, son numerosas las madres que la saludan. Después, también departe largamente con las trabajadoras del centro. “Yo estudié aquí, y también mi hijo”, afirma. Esta relación se remonta a cuando el inmueble era un asilo y acudía a colaborar. Con los años, el propietario del patrimonio dispuso que se le diera un fin educativo y así nació el colegio. La capilla, por ejemplo, alberga ahora un aula de psicomotricidad, y el contraste entre el antiguo uso religioso que se aprecia en el diseño -es un bien protegido- y las colchonetas para que los alumnos y alumnas den rienda suelta a su energía es muy llamativo. También sirve de marco para la sesión fotográfica de Pedrosa en su primera entrevista como consejera con este medio. El amplio crisol de temas a tratar remite a las vidrieras que un día ocuparon los amplios ventanales del lugar.

Ha llevado a cabo una ronda de contactos con agentes de la comunidad educativa. ¿Qué valoración hace de los mismos?

En educación hay que hablar con las familias, los centros, las direcciones, hay que tener muy presentes a los sindicatos, las patronales… La manera más efectiva de diseñar las políticas educativas es escuchando las necesidades de todas las partes implicadas. No siempre vamos a estar de acuerdo pero es importante escuchar a las familias y trabajar codo con codo con las direcciones de los centros porque son los que tienen que llevar a cabo muchas de las propuestas de la administración. Es una forma de trabajar desde la corresponsabilidad y la Ley Educativa también habla de la importancia de que participe toda la comunidad. No se puede entender la educación si no se hace de esa manera.

El profesorado es parte importante de esa comunidad. Han anunciado una OPE de 1.200 plazas para reducir la interinidad.

Tenemos que ponernos de acuerdo con los sindicatos sobre cuáles son los perfiles que vamos a sacar en esa oferta pública pero es importante que haya estabilidad en los centros educativos porque eso también trae la calidad. Hemos hecho una apuesta importante y nunca hemos tenido una tasa de interinidad tan baja. Pero nos marcamos un hito y es tener una tasa del 5% al final de esta legislatura. Que en un claustro haya un porcentaje muy amplio de profesorado estable es muy positivo porque se puede hacer una planificación a medio plazo y eso redunda en la calidad educativa.

Todo ello con el paraguas de la Ley Educativa aprobada en la pasada legislatura. ¿Marca la hoja de ruta?

Nos da un marco porque habla de unos principios y unos valores pero es una herramienta al fin y al cabo. Lo que nos viene a decir es que en los próximos años hay que hacer un desarrollo normativo para que se cumpla ese modelo educativo que queremos tener en Euskadi. Entonces es un momento de mucha ilusión y de seguir trabajando con la comunidad educativa.

Se insiste mucho en trabajar para evitar la segregación de los alumnos. ¿Es uno de los riesgos más palpables ahora mismo?

Más que segregación del alumnado de lo que hablamos es de centros segregados. Hablando con la comunidad educativa surgió hacer un diagnóstico que confirmó la hipótesis de que tenemos zonas y centros educativos en los que había que intervenir porque había una alta concentración de alumnado vulnerable. Tenemos el mandato de hacer un pacto para abordar este tema pero ya hemos ido tomando una serie de medidas como activar la reserva de plazas en los centros educativos para que haya más diversidad y no tanta concentración de esa vulnerabilidad. Vamos haciendo camino pero es importante trabajar de forma consensuada desde toda la sociedad. Al final hablamos de qué modelo de sociedad queremos en el futuro, tenemos muchísimo movimiento a lo largo del año en lo que llamamos matrícula viva.

También han advertido de que mantendrán una actitud vigilante para evitar cuotas de los centros a las familias, y garantizar así la gratuidad del servicio educativo.

La Ley Educativa habla de que el servicio educativo tiene que ser gratuito pero es cierto que en los centros concertados está mucho más presente el tema de las cuotas. La ley dice que hay que activar mecanismos de seguimiento a esas cuotas para que cualquier familia pueda acceder a cualquier proyecto educativo, que sea de calidad y que no tenga que pagar por el mismo. Luego hay otro tipo de servicios como el autobús o los comedores, que tienen su cuota correspondiente pero tenemos un sistema de becas.

¿Cómo se van a preparar para la nueva selectividad, la Prueba de Acceso a la Universidad?

La UPV es la que se encarga de llevar a cabo esta prueba pero hay un equipo de profesionales del sistema educativo como docentes, equipos de asesoramiento en currículum o la propia inspección educativa de Euskadi, que colaboran en su diseño. El cambio importante, que no es un cambio en realidad, nos lleva al modelo anterior porque volvemos a tener un único examen en cada asignatura, en lugar de que el alumnado tenga la posibilidad de elegir entre varias pruebas. Es un cambio que debemos hacer de manera progresiva y colaborando con la UPV.

Los últimos informes Pisa no son halagüeños en lo que a los alumnos vascos se refiere. ¿Qué conclusiones extrae al respecto?

Nosotros hacemos mucha reflexión de cualquier prueba que hagamos en los centros educativos. Estos tienen pruebas externas pero también sus propios procesos de evaluación internos. Respecto a Pisa, es cierto que Euskadi tuvo un descenso en varias competencias pero al igual que muchos otros países, es también lo que la pandemia nos ha dejado y de lo que poco a poco hay que ir recuperándose. Eso no quiere decir que no tengamos un margen de mejora y estamos trabajando en programas para mejorar la competencia lectora, que es donde habíamos bajado en Pisa, y también la competencia matemática. Son fotos que nos tienen que llevar a la reflexión pero no con una preocupación excesiva porque tenemos muchísimas pruebas que nos dan pistas de cómo tenemos que poner en práctica esas mejoras.

Otros informes arrojan de forma cíclica datos preocupantes sobre el índice de machismo en los jóvenes de Euskadi.

Tendríamos que ver a qué investigaciones se está refiriendo pero lo que sí le puedo asegurar es que en Euskadi trabajamos la educación afectivo-sexual, el buen trato, tenemos un plan que se implementa en todos los centros educativos y una estrategia clara de cómo tiene que ser la convivencia escolar. Un centro educativo es un reflejo de lo que ocurre en la sociedad y cuando salimos la vida sigue y los niños y las niñas necesitan buenos modelos y tienen que conocer cuáles son los principios que deben regir esa convivencia. En los centros se hacen muchísimas acciones. 

¿Como cuáles?

Tenemos un proyecto en la escuela pública, Bizikasi, donde trabajamos la convivencia escolar. Les hacemos ver cómo tiene que ser el trato entre iguales, el respeto mutuo, que detecten ellos esos espacios donde quizás hay abusos de poder. El profesorado recibe una formación cada año que se adecúa a las necesidades y a las demandas que ellos nos plantean. El curso pasado hicimos un monográfico sobre cómo se tiene que abordar el ámbito de la pornografía en los centros educativos. O cómo se tiene que convivir en un mundo virtual, lo que llamamos la ciberconvivencia.

Respecto a la formación dual de los alumnos de FP, en el centro académico y la empresa, ¿cómo ha sido la respuesta de las empresas? ¿Y cómo se va a preparar a los tutores en dichas empresas?

Llevamos muchos años trabajando en la alternancia, en que parte de la formación se haga en la propia empresa, tanto en FP como en la universidad. Hay que trabajarlo mucho con las empresas porque, como bien dice, tenemos el tutor del centro educativo pero también debe haber una mentoría por parte de las empresas. En Euskadi el mundo empresarial sabe que tiene un impacto muy positivo que puedan desarrollar esas competencias en la empresa y hay mucha colaboración.

¿En qué estado están las infraestructuras? Anuncian una inversión de 800 millones de euros. 

Es otro elemento que se puso encima de la mesa en el debate a lo largo del Pacto Educativo, hacer una apuesta por nuevas infraestructuras y modernizar las que tenemos en los centros públicos. Este mismo curso hay unos cuantos nuevos centros que vamos a inaugurar con muchísima ilusión, los procesos son largos pero queremos que la comunidad educativa sea partícipe. Al mismo tiempo, esos cambios deben ir acorde a los procesos pedagógicos, hoy en día sabemos mucho más de cómo tienen que ser los espacios y cómo median en el aprendizaje. 

Los comedores escolares son uno de esos espacios destacados. ¿Qué prevén hacer con los mismos?

Los comedores son una extensión de la escuela, del aula, de los pasillos… El proyecto educativo también tiene que extenderse a los mismos y nuestra idea es poder ir a un modelo de comedor que tenga todo el ámbito de la convivencia muy presente. Para eso hay una serie de cambios que poco a poco iremos poniendo encima de la mesa.

El curso pasado comenzó marcado por un conflicto con el transporte escolar. ¿Cómo está la situación, y a futuro?

Hay que sacar una licitación en la que se tendrán en cuenta muchos elementos que hemos ido trabajando. Lo más importante es hacerlo con tranquilidad, que podamos llegar a acuerdos y que se hagan todas las adjudicaciones a tiempo para tener autobús escolar a principio de curso sin ninguna problemática. En ese sentido soy muy positiva.

¿Cuál es el peso de la escuela pública en este esquema?

Estamos poniendo la escuela pública en el centro. Es ilusionante, vamos a tener el primer plan estratégico de la escuela pública vasca que podemos ir desarrollando para que los centros puedan trabajar en red con una misión compartida y poniendo el foco sobre todo en la calidad educativa y la mejora.