Política

Bayrou, un primer ministro francés buen conocedor de Euskal Herria

Su larga trayectoria política, coronada con el nombramiento como primer ministro, tiene luces y sombras respecto a temas como el euskera, Iparralde o ETA
Bayrou junto a Andoni Ortuzar en un acto del Partido Demócrata Europeo (PDE).
Bayrou junto a Andoni Ortuzar en un acto del Partido Demócrata Europeo (PDE). / Cedida

El nuevo primer ministro francés, el centrista François Bayrou, es un buen conocedor de Euskadi. Así lo atestigua una biografía política extensa, en la que entremezcla luces y sombras en lo que se refiere a la realidad vasca al norte de los Pirineos. Más allá de si el nombramiento del alcalde de Pau contribuirá a resolver al menos en parte la crisis política en la que está inmersa el Estado francés, es cierto que la llegada de Bayrou al Hôtel de Matignon supone la elección de un político experimentado, que fundó el Movimiento Democrático (MoDem) procedente de los cuadros de la derecha tradicional.

Una trayectoria que en lo que a Euskal Herria se refiere, arroja luces y sombras. Con muy buena relación con el PNV, formación con la que trabajó mucho en el Parlamento Europeo en el Partido Demócrata Europeo (hoy es presidente de la formación que Andoni Ortuzar vicepreside), entre las luces de la andadura política de Bayrou hay que subrayar su papel al frente del Consejo General de los Pirineos Atlánticos (1992-2001), donde se enmarca Iparralde junto al Béarn.

Autorizó emplear la toponimia euskaldun en las señales de tráfico y como ministro de Educación, dio luz verde a las ikastolas de Seaska, amén de que gracias a su impulso es el Estado quien paga a los docentes que enseñan euskera, bretón u occitano.

Entre las sombras, en cambio, está su oposición a que Iparralde tomara cuerpo institucional como Mancomunidad. Fue junto al también centrista Jean-Jacques Lasserre uno de los principales antagonistas de una iniciativa que terminó de convertirse en realidad en 2017 y aún sigue dando pasos para su consolidación.

Final de ETA

Como dirigente de los Pirineos Atlánticos vivió de cerca las consecuencias de la actividad de ETA, que empleó Iparralde como base de operaciones. Conviene no olvidar que Bayrou sufrió las amenazas de la organización armada, lo que no fue óbice para que diera relevancia a la Conferencia de Aiete en 2011, a la que dio su apoyo.

En el caso de los partidos franceses y a diferencia de lo que ocurrió con el PP y el PSOE, dicha asistencia no es significativa, ya que todo el arco político de Iparralde se implicó en Aiete. Por parte de los centristas acudieron Jean-Jacques Lasserre y Jean-René Etchegaray, que formaron parte de una delegación en la que estaba la derecha de la UMP (el partido de Nicolas Sarkozy) y el PSF, amén de los partidos de raíz abertzale como el PNB y EH Bai.

Aquel octubre de 2011, Bayrou estaba en plena carrera presidencial. Su partido, el centrista proeuropeo MoDem, cotizaba al alza y también su figura: las encuestas le situaban con un 9% en cuarto lugar, por detrás del socialista que resultaría ganador en 2012, François Hollande (32% de intención de voto); del entonces presidente, Nicolas Sarkozy (25%), y la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen (16%).

Autorizó emplear la toponimia euskaldun en las señales de tráfico y como ministro de Educación, dio luz verde a las ikastolas de Seaska, amén de que gracias a su impulso es el Estado quien paga a los docentes que enseñan euskera, bretón u occitano.

Entre las sombras, en cambio, está su oposición a que Iparralde tomara cuerpo institucional como Mancomunidad. Fue junto al también centrista Jean-Jacques Lasserre uno de los principales antagonistas de una iniciativa que terminó de convertirse en realidad en 2017 y aún sigue dando pasos para su consolidación.

Sonaba Cazeneuve

La elección del presidente de la República, Emmanuel Macron, ha sido la de Bayrou, una persona de profundas creencias católicas nacido a pocos kilómetros de la basílica de Lourdes, aunque da la casualidad que otro de los grandes favoritos estos días para relevar al cesado Michel Barnier como primer ministro era Bernard Cazeneuve.

El exalcalde de Cherburgo en las filas del Partido Socialista también guardaba su relación con Euskal Herria, ya que en los años del desarme de ETA (entre 2016 y 2017) fue ministro del Interior y después, primer ministro.

Hacía 10 días que ocupaba este cargo cuando una operación de la Guardia Civil española y la Dirección General de Seguridad Interior (DGSI) francesa irrumpió el 16 de diciembre de 2016 en el caserío de Luhuso. Su derivada judicial ha terminado este año, con una condena exenta de pena.

Los dos acusados, Jean-Nöel Txetx Etcheverry y Béatrice Molle-Haran, explicaron en la vista oral que reportaban al propio Cazeneuve sus movimientos que hacían tratar de neutralizar el arsenal de ETA que se encontraba disperso en zulos en los montes.

2024-12-14T13:08:31+01:00
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