Desde este miércoles, España vivirá una gran ola de calor que hará que en muchos puntos de la geografía se puedan alcanzar más de 45 grados. El episodio de calor se extenderá durante, por lo menos, cinco o seis días. Será complicado conciliar el sueño por las noches, ya que las mínimas podrían ser de 25 grados.
Las temperaturas más elevadas tendrán lugar en el sur peninsular y en los valles del Guadiana, el Tajo y la depresión del Ebro, mientras que la ola de calor pasará de largo por Galicia y el área cantábrica.
¿Qué es una ola de calor?
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) explica que no existe una definición única y precisa de lo que es una ola de calor. Sin embargo, conocemos que se trata de un periodo de temperaturas excepcionalmente altas y afectan a una superficie importante de la geografía de un país. Asimismo, deben superar unos umbrales en el 10% de las estaciones de AEMET.
Un episodio de este tipo se suele producir durante la canícula, que es el periodo anual en el que más calor hace y que discurre entre el 15 de julio y el 15 de agosto.
Muchos lugares alcanzarán más de 40 grados. Foto: Unai Beroiz.
Entre las causas de las olas de calor están el ascenso de una masa de aire muy cálida procedente del norte de África y que está estática durante varios días.
Pero el calor no será el único efecto de este episodio, sino que la calima con la que vendrá acompañada puede ser perjudicial para las personas que sufren de enfermedades respiratorias.
La primera ola del verano
Este año todavía no se habían registrado olas de calor, al no darse las condiciones necesarias para poder calificarla de esta manera, ya que las altas temperaturas no se habían extendido durante mucho tiempo o no habían afectado a una gran parte de la geografía.
Además, la AEMET advierte que la ola de calor aumenta el riesgo de incendios forestales, por lo que pide mucha prudencia.
Cómo actuar ante una ola de calor
El Ministerio de Sanidad ha dado unas pautas a seguir durante estos días en los que las temperaturas van a ser tan elevadas.
- Beber mucha agua continuamente para evitar la deshidratación y no abusar del café o las bebidas azucaradas.
- Permanecer en lugares frescos y remojarse cada cierto tiempo.
- Hacer comidas ligeras que ayuden a recuperar las sales perdidas.
-Evitar salir de casa en las horas centrales del día.
- Si es imprescindible salir de casa, es recomendable estar a la sombra, usar ropa ligera y de color claro.
- Bajar las persianas para evitar que el sol entre directamente en la casa y no usar aparatos que puedan aumentar la temperatura.