Parte Zaharrean Bizi acusa a Garmendia de “retener una firma” de sanción a un bar

La asociación Parte Zaharrean Bizi ha acusado públicamente a la concejala de Medio Ambiente, Marisol Garmendia, de tener “retenida” la firma de una resolución, con fecha del 7 de julio, que advertía al local hostelero Etxekalte, de la calle Mari, de que se le retirarían los equipos de música si no aportaba los datos del “volcado” del aparato para conocer la realidad de la situación, que había sido denunciada por la comunidad de vecinos.

Parte Zaharrean Bizi aseguró en un comunicado que el local hostelero, que cambió de manos en julio del pasado año, es el origen de numerosas molestias por ruido. Asimismo, la entidad vecinal dice que, según le han informado los vecinos del inmueble, la Guardia Municipal ha levantado ocho actas en los últimos tiempos “testificando que los valores de ruido medidos superaban los límites autorizados” y que el establecimiento estaba con las puertas abiertas en una ocasión y que, en otra, superaba el horario permitido, que termina a las 6.00 de la madrugada y media hora después en verano.

Hasta el momento, según el relato de la asociación de vecinos, el Ayuntamiento ha reclamado medidas correctoras, lo que “fue rápidamente resuelto por el establecimiento con la presentación de un informe de evaluación acústica”. Además, se le notificó una sanción por falta grave, de 600 euros, en diciembre, y una propuesta de sanción por falta grave de 3.000 euros en abril, “pero que la concejala no firmó hasta julio”.

Finalmente, se produjo el requerimiento para el volcado de datos del equipo de música, con fecha tope del 7 de julio, sin que el local hostelero lo haya hecho. “La concejala lo retiene sin firmar”, asegura la asociación.

Por su parte, los responsables del bar Etxekalde aseguraron que “disponen de limitadores instalados por el Ayuntamiento, por lo que es imposible que el DJ haga subidas de volumen, ya que los limitadores no lo permiten”, como aseguraron los vecinos en sus quejas.

También rechazaron que el ruido que pueda producir la gente en la calle sea achacable al local. “Hay mucho movimiento de paso de gente al ser una calle muy céntrica y se acumula mucha gente como es propio de la Parte Vieja”, añadieron los gestores del bar.