Osasuna llega a Cádiz sin descuidar la Liga y preparando la final copera

El primero de los ocho capítulos que a esta Liga le quedan para Osasuna acontece esta tarde (19.30 horas) en la Tacita de Plata, en su Nuevo Mirandilla. El Cádiz es la primera y penúltima prueba de fuego -la segunda es el viernes en el derbi contra la Real- antes de que los rojillos dediquen de pleno sus esfuerzos a la ilusionante cita que el sábado 6 de mayo les aguarda con la final de la Copa del rey ante el Real Madrid.

Conscientes de qué es lo más importante que entre manos se tiene, los expedicionarios presentes a orillas atlánticas con sano aroma a pescaíto y tortillita de camarones no renuncian a lo ahora secundario, ya que lo que van firmando en la competición de la regularidad no desmerece en absoluto al grandioso papel hasta ahora protagonizado en el 'torneo del kao'. La Liga no ha acabado, y además va a servir para que, manteniendo el debido tono competitivo, se siga preparando en las mejores condiciones el deseado asalto a La Cartuja que puede deparar el primer título de relumbrón y la consiguiente gloria para la centenaria historia del club.

Así las cosas, el test es de enjundia, porque el rival se juega la vida en cada una de sus apariciones sobre el verde. El conjunto gaditano es de esos que siempre flirtea sobre el alambre y que nunca le sobra mucho cuando consigue el objetivo de mantenerse en la élite. Por momentos, parecía acompañar al desahuciado Elche, pero su consejo de administración ha sabido mantener la cabeza fría, y el voto de confianza concedido a Sergio González –que espera un Osasuna compensado y nivelado– está dando el fruto apetecido e imperiosamente necesitado.

La portería que tapa Ledesma se ha quedado a cero en la mitad de sus últimos diez partidos, desde que cayera goleado en San Mamés. Uno de ellos la visita a Anoeta, donde el mes pasado rascó uno de los 13 puntos que ha sido capaz de sacar sobre 30 posibles. Renta que le ha permitido levantar el cuello del fango del descenso, del que queda a dos puntos.

Para recibir al finalista copero los amarillos cuentan con las bajas del ex-txuriurdin Joseba Zaldua y otro viejo conocido, en este caso de Ipurua, como Gonzalo Escalante, además de Lozano, Mere y Ocampo. Independientemente de su notable balance defensivo, conviene prestar la debida atención al dueto atacante, con sus peligrosos estiletes Sergi Guardiola y Chris Ramos.

Arrasate: "Somos un grupo muy honesto que quiere más"

Jagoba Arrasate es consciente de que su equipo va a ser altamente exigido. "Llevaba unos números buenísimos en casa hasta los dos últimos rivales, que han sido de entidad -Sevilla y Real Madrid, ambos ganaron 0-2-. Saben manejarse bien, con un entrenador que transmite calma. Les veo bien, haciendo su camino y saliendo del descenso. Espero un partido complicado", recalca.

El entrenador de Berritxu quiere asimismo dejar un grato sabor andaluz antes de regresar la próxima semana, y es que la final sevillana ya se halla a la vuelta de la esquina. "Si virtualmente estamos salvados, ¿estamos contentos? Sí, pero somos un grupo muy honesto que quiere más. Y no vamos a obviar que tenemos una cita histórica, y cuantas mejores sensaciones tengamos, nos acerca a tener más opciones, y este partido es muy importante".

Arrasate cuenta con la baja de Kike García, que se pierde el primer partido del curso tras ver la quinta amarilla frente al Betis, y la de Darko Brasanac, recientemente operado de una rodilla. Regresando a la convocatoria Moi Gómez y Lucas Torró, y con la intención de refrescar a algunos de sus más habituales, un once probable bien puede ser el compuesto por Aitor Fernández; Nacho Vidal, Unai García, David García, Manu Sánchez; Iker Muñoz, Moncayola; Iker Benito, Moi Gómez, Abde; y Budimir.

El arbitraje correrá a cargo de Del Cerro Grande en un escenario en el que Osasuna venció en su anterior visita, en agosto de 2021. Lo hizo por 2-3, con una espectacular segunda parte y tantos obra de Kike García, Roberto Torres y, en el minuto 95, el ahora capitán, David García.