Ibrox Park, o Ibrox Stadium, porque es un santuario que aúna las dos acepciones, es en la actualidad un estadio moderno con capacidad para casi 51.000 espectadores. Es un referente, con todas las comodidades, y también dotado de las mayores medidas de seguridad. Construido en 1899, ante la gravedad de los hechos, se decidió reconstruir el estadio de Ibrox, que vivió una obra que duró siete años y que fue llevada a cabo por el arquitecto David Will inspirada en los campos alemanes, que contaban con sistemas de salidas más modernos que los del fútbol británico.
En una faraónica reforma, fueron eliminados los bancos corridos, donde la afición seguía en muchas ocasiones los partidos de pie, para instalar asientos individuales. Además, se ampliaron las escaleras, se instalaron más puertas de entrada y salida y se diseñaron rutas de evacuación más eficientes.
Tres años después de su inauguración, en 1902, durante la disputa de un encuentro entre las selecciones de Escocia e Inglaterra correspondiente al British Home Championship, colapsó una sección de 30 metros de largo de la tribuna oeste debido al peso de la multitud que abarrotaba el estadio, lo que provocó que más de medio millar de personas cayeran al suelo desde una altura de 12 metros.
La consecuencia fue la muerte de 25 personas y 517 heridas. Aunque el suceso se dio mediado el primer tiempo y el juego fue detenido, la organización decidió continuar con el partido para evitar que el pánico se apoderada del resto de asistentes. Construido en madera tratada conocida como terracing, más barata y frágil que la normal, se vino abajo después de que la estructura no aguantara tanto peso.
El otro percance de gravedad data de siete décadas después, el 2 de enero de 1971, cuando 66 personas, muchas de ellas menores de edad, perdieron la vida en una tragedia que dejó además más de 200 heridos. En esta ocasión fue en la Escalera 13, una de las principales vías de acceso y salida del estadio. Muchos aficionados gers estaban abandonando el campo tras un gol del Celtic, en el encarnizado derbi de la ciudad llegó a última hora el tanto del empate, lo que hizo que muchos de los que estaban saliendo, quisieran volver a entrar para celebrarlo. Una caída fue el detonante del desastre.
En 1981 se eliminó la estructura de tazón que poseía, y en 1997 se dio cuenta hasta del último detalle tanto a nivel de modernidad como de protección del visitante, conservando su imagen hasta nuestros días.
Acompañados por miembros del club local, Jon Uriarte y José Ángel Iribar han sido los encargados de inmortalizar la emotiva escena en nombre de la entidad rojiblanca y en señal de hermanamiento. En inglés, castellano y euskera, el presidente ha aludido que es un honor estar presente en esta cita y en semejante emplazamiento, a la vez que ha evocado la anterior y única visita de los leones, allá por 1969, cuando el Txopo defendió el marco y deseando que el resultado de mañana sea bien distinto al 4-1 encajado entonces.