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Miren Lauzirika: “Vivimos en una sociedad desigual y el emprendimiento no está exento”

La asociación EmakumeEkin cumple diez años de andadura y lo hace con el reto de seguir luchando por un emprendimiento con perspectiva de género
Miren Lauzirika, presidenta de Emakume Ekin.

¿Qué balance hace de estos diez años de andadura? ¿Se han cumplido los objetivos que se marcaron inicialmente?

Los objetivos al final eran generar una red de mujeres emprendedoras, era acompañarnos y ayudarnos en el emprendimiento, y ese objetivo se ha cumplido con creces. Y se ha cumplido otro objetivo, visibilizar la figura de las mujeres emprendedoras, que se nos vea. Que las sociedad nos vea y que a su vez las instituciones sean conscientes de cuáles son nuestras necesidades. Lo bueno es que, en este camino, la comunidad de las mujeres emprendedoras nos hemos ido dando cuenta de cuáles son los retos que tenemos, tanto internos como externos. Este proceso nos ha permitido poner palabras a esas necesidades y poder expresarlas de una manera más adecuada, en definitiva, poner teoría a eso que es el emprendimiento con perspectiva de género. El trabajo que realizamos en EmakumeEkin y a su vez también al conjunto del movimiento feminista ha hecho que hoy en día tomemos conciencia de que el emprendimiento no está libre de desigualdad, que por mucho que sea un camino elegido por mí y que sea un mapa en blanco que yo diseño y exploro, eso no quiere decir que esté exento de desigualdad, porque vivimos en una sociedad desigual. Y eso afecta al emprendimiento.

¿Cuáles son los retos que tienen hoy en día?

Una de las cuestiones que vemos es el apoyo social. Cuando una mujer dice que va a emprender, cómo es recibido esto por su entorno familiar, de amistades. La necesidad de que se nos tome en serio. De evitar una mirada de condescendencia, o poner en cuestión lo que vas a hacer. A los hombres se les ha educado en el emprendimiento, la aventura, el riesgo, la sociedad les apoya porque los emprendedores que están visibles y son exitosos son hombres. En cambio, esa falta de apoyo social, a las mujeres nos afecta a nuestra autoestima, no se nos toma muchas veces en serio, sobre todo en las etapas iniciales. A su vez también otra de las cuestiones es la falta de referentes, mujeres visibles que además tengan estilos de liderazgo diversos y que tengan unas formas de hacer empresa diversas. Creemos que mujeres y hombres tienen que ser visibilizados en el emprendimiento con modelos de éxito distintos. Ahí el trabajo de EmakumEkin es importante. También podríamos hablar de la falta de apoyo económico u otra cuestión, que vemos que las mujeres van en menor medida a pedir de primeras a los bancos o entidades financieras porque tienden a buscar mayor autosuficiencia y a tirar de ahorros. Y eso es porque muchas veces hay una desconfianza de cómo nos van a tratar.

¿Y los retos internos?

Una cuestión importante es que nunca se nos ha enseñado a emprender. Como mujeres, tampoco se nos ha enseñado a arriesgar y siempre la tendencia ha sido a que lo que hagamos, lo tenemos que hacer perfecto. No se nos permite ser del montón. Esa cuestión del perfeccionismo es algo impuesto por la sociedad. Si cada vez que tengo que decir algo tiene que ser brillante, si cada vez que monto una empresa tiene que ser exitosa, todo eso nos hace que haya una mayor presión. Y luego está la carga desigual de los cuidados. En una igual condición, de hombre y mujer con criaturas, a él, como tiene que desarrollar la empresa hasta el infinito, se le permite renunciar a cierta parte de los cuidados porque tiene que sacar la empresa adelante, cuanto más tiempo disponga más facturará. En cambio, a ella, ante la misma realidad, el mensaje es ‘tú que tienes tiempo, tú que tienes flexibilidad, tú que te puedes organizar, hazte más cargo de los cuidados’. La respuesta del entorno es distinta por una cuestión de educación. Ahí nosotras tenemos que poner límites, porque vemos que el entorno no los pone, no es consciente.

¿Hay sesgo de género también en el emprendimiento? ¿Hay sectores en los que emprenden mayoritariamente las mujeres y al revés?

Se sabe que tanto mujeres como hombres emprenden en una mayor medida en servicios. Lo que sí se ve en el ámbito tecnológico-industrial es que es un sector más masculinizado, y a su vez hay otros ámbitos más feminizados. Como en todos los ámbitos de la sociedad, hace falta que no solo las mujeres entren en ese mundo más masculinizado, sino que los hombres entren en los sectores más feminizados para a su vez prestigiarlos. Prestigiar significa valorar y validar económicamente.

Dice que han tocado las puertas de las instituciones. ¿Cómo ha sido la acogida? ¿Se han puesto las pilas para fomentar el emprendimiento femenino?

Sí que sentimos por parte de las instituciones una mayor escucha en los últimos años y una mayor toma de conciencia, y sí hay políticas que van en esa línea y nosotras las valoramos positivamente. Pero a su vez queda mucho recorrido por hacer. Nosotras hemos planteado tres medidas: Una de ellas tiene que ver con medir la brecha económica que existe en el emprendimiento, porque sospechamos que la brecha es incluso mayor que por cuenta ajena. El segundo tema es que son necesarias medidas correctoras para que el peso de los cuidados se reparta mejor y que no afecte a nuestro futuro. Y, por último, otra de las cosas que comentamos es que hace falta medir a quién se les están dando las ayudas en Euskadi. Que haya un estudio y veamos qué está pasando ahí, porque tenemos una presunción de que a lo mejor algunos de los criterios que se ponen para acceder a las ayudas pueden estar dejando fuera a mujeres, sin que ese sea el objetivo. Nosotras lo que estamos pidiendo es medir, ver cuál es la realidad.

15/05/2023