Actualidad
Actualidad
Onda Vasca con Txema Gutiérrez
Morning show conectado a la calle y omnipresente en la red.
Contacta con el programa
Las Claves de Javier Vizcaíno
Celebro con entusiasmo (vale, quizá un tanto forzado) la aprobación de la ley vasca de Memoria Histórica y Democrática con el apoyo del 90 por ciento de la cámara.
"Ley vasca de memoria, bienvenida"
Celebro con entusiasmo (vale, quizá un tanto forzado) la aprobación de la ley vasca de Memoria Histórica y Democrática con el apoyo del 90 por ciento de la cámara.
Es, sin duda, un hito en la reparación de las incontables injusticias cometidas por el prefranquismo, el franquismo y el posfranquismo que, como vemos cada vez más claramente, llega hasta hoy mismo. Pero, como yo sí tengo acreditados unos trienios en la recuperación de la memoria desde antes de que se convirtiera en moda molona, tampoco me voy a venir demasiado arriba echando las campanas al vuelo.
Para empezar, porque, como siempre defiendo, no tengo claro que todo tenga que ser materia de una ley pomposa. Especialmente, cuando, como es el caso, en la demarcación autonómica llevamos demostrando con hechos contantes y sonantes, más allá del boletín oficial, que hay una apuesta decidida y provista de fondos materiales para buscar la verdad, la reparación (en la medida de lo posible) y la justicia a las víctimas de los golpistas del 36 y sus herederos.
Me habría bastado con profundizar en esa labor. Pero si hay que oficializarlo en una ley, nada tengo que oponer, aunque ayer sonriera amargamente escuchando la mayoría de las intervenciones de los portavoces parlamentarios.
No me pasó por alto el asombroso paralelismo entre las pláticas del tipo de Ciudadanos y la señora de Vox con la del representante de EH Bildu; cada cual reivindica a sus héroes, faltaría más. Una semicorchea por debajo, Eneko Andueza hizo un discurso de insuficiente en Historia olvidando (glups) las decenas de asesinatos del GAL. Es la memoria (selectiva) a la que podemos aspirar.