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Laura Morán, psicóloga y terapeuta familiar: "El ritmo actual te lleva a saltarte cosas super importantes como comunicarse"

Es uno de nuestros males, ir "corriendo" a todo y los adolescentes necesitan saber que pueden preguntar y que van a ser escuchados

La adolescencia no es una etapa fácil de gestionar en las familias. Son muchas las preguntas, las dudas y no siempre sabemos cómo afrontarlas o responderlas. Sin embargo, tenemos a nuestra disposición diferentes herramientas que nos pueden ayudar a que el paso de la niñez a la adolescencia sea lo menos convulso posible. 

Una de esas herramientas es el libro "Iguales pero diferentes" de la psicóloga y terapeuta familiar vizcaína Laura Morán. Una publicación que podemos consultar los adultos, los padres y madres, pero que va dirigida sobre todo a los niños y niñas mayores de 10 años, una edad a la que comienzan a llegar los cambios. 

"La idea era hacer una guía para los chavales. Cuando somos pequeños nuestro mundo gira en torno a los aitas, los profesores pero luego tiramos hacia lo individual y no tenemos muchas estrategias. Es un libro en el que abordamos estrategias útiles para relacionarnos", nos explica Laura.

De hecho, todo lo idílico comienza a dejar de serlo a esa edad en la que nos enfrentamos a las relaciones sociales de una forma diferente, ya sean relaciones de amistad o relaciones sentimentales.

Ponernos en la piel de los demás

Uno de los capítulos del libro está dedicado a la empatía, esa cualidad que a menudo brilla por su ausencia en nuestra sociedad.

Imaginar cómo nos sentiríamos nosotros ayuda a relativizar y dar mejores respuestas al otro.

"Vivimos en una cultura bastante egocéntrica y en el 'sálvase quien pueda'. Si un día alguien me contesta mal pero me explica por qué, podré entender por qué me ha contestado mal", señala. 

Lo mismo pasa con las amistades. De hecho hay un capítulo muy interesante sobre algo que suele pasar al dejar la niñez, y es cambiar o perder amigos.

"Hay que explicar a los chavales que las personas cambiamos y una meta común que nos mantenía unidos puede ir cambiando. Si nuestros gustos cambian, por ejemplo. Hay que prepararles porque forma parte de la relación natural del ser humano y que no piensen que son raros por ello", subraya.

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Con la llegada de la adolescencia suelen llegar también los conflictos familiares y es muy necesario que comuniquen cómo se sienten.

Se trata de validar sus emociones en el sentido de tener un mal día y lo vamos a respetar pero nos lo tienes que decir.

Todos tenemos un mal día en el que no queremos hablar o nos molesta todo. Por eso la comunicación es tan importante. "Es llegar a casa y explicar que estás enfadado y explicar que con este pequeño gesto pueden mejorar el ambiente de casa", explica Laura Morán. 

Es una parte más del proceso. "Volverte autónomo pasa por romper el rol anterior. Por eso en la adolescencia normalmente hacíamos al revés que aita y ama. Si a tus padres les gustaba el azul, a ti el rojo. Llevar la contraria. Debemos entenderlo como un proceso natural", afirma. 

Esto no quita para que haya límites o intentemos entre todos generar buen ambiente. Lo que antes se llamaban buenos modales. "Me lo decía mi padre. No les hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti. Dar las gracias, pedir perdón, son pequeños detalles pero importantes", puntualiza la psicóloga vizcaína. 

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Recetas ante el bullying

El fenómeno del bullying no es nuevo porque siempre ha existido pero ahora hemos avanzado en la identificación del problema y en sus soluciones y es importante que también nuestros adolescentes sepan cómo hacerle frente.

"Ellos tienen el concepto de chivarse. Alguien es un chivato cuando denuncias algo que no tiene trascendencia. Pero cuando lo que sucede le afecta negativamente a alguien les explicamos que es algo que debemos denunciar", subraya. "Se trata de que distingan lo que es chivarse de lo que es apoyar a un amigo o amiga que sufre acoso o maltrato escolar", añade. 

Pero es necesario que entiendan asimismo que el bullying no es solo el maltrato físico sino que también está el acoso psicológico, a través de las redes sociales y que "no deben ser pasivos ante ellos".

"Antes el bullying se acababa en el patio del colegio pero ahora las redes son otro escenario para que este acoso suceda. Es difícil intervenir salvo que los que están lo pongan en conocimiento de profesorado o los padres", remarca. 

Y el tema temido por los padres y madres: el sexo

Uno de los momentos que padres y madres temen es lo relacionado con el sexo. Lo más importante es tener en cuenta que las preguntas y las dudas van con la edad y que no siempre son los mismos.

Pero debemos tener en cuenta que si no hemos generado un clima de confianza en casa difícilmente nos van a preguntar. "Un chaval de 10 años no te va a preguntar ahora si antes no han percibido que van a ser escuchados sin ser reprendidos", advierte. 

Necesitan confianza para preguntar. Que no sientan que están haciendo algo mal porque entonces les dejamos solos al volante y es cuando se estrellan.

Para los padres y madres el consejo más directo es que no se apuren cuando no sepan cómo responder. "El secreto es no llevarse las manos a la cabeza o decirles que son cosas de mayores. Si no, lo van a buscar en google o en las pelis de ciencia ficción que llevan poca ropa", señala. 

Las preguntas o lo que deben saber dependerá de la edad. "En infantil se trata de hablar de las partes del cuerpo y recordarles que nadie tiene derecho a tocarles salvo el médico y que tú tampoco tienes derecho a tocar a los demás", explica.

Después, en primaria hay que incorporar más temas y educarles "en la tolerancia de las orientaciones sexuales, en la diversidad", añade. 

Una vez lleguen a la adolescencia, cuando se acercan a las relaciones sexuales, habrá que hablarles de "protección y de consentimiento", añade.

¿Cuándo? En todas las edades pero cada edad con su contenido.

El libro "Iguales pero diferentes" tiene una guía común para todos sus capítulos y es la necesidad de que haya comunicación. "A veces no fomentamos la comunicación por falta de tiempo. Vamos corriendo al cole, extraescolares, a cenar, las parejas no tienen hueco ni para terapia. Este ritmo te lleva a saltarte cosas que no consideras urgentes pero que son super importantes como comunicarse", lamenta Laura. 

Ellos y nosotros como padres debemos comunicarnos. Pero a modo de conclusión, recuerda a los adolescentes que tienen derechos pero también obligaciones.

"Tienes derecho a ir por la calle pero también te obliga a ir por la acera y sin molestar a los demás. Dar y recibir", resume.

 

 

 

2023-01-09T11:40:49+01:00
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