La Vuelta, por Navarra: sol, familia, ciclismo

Mucho sol y buen ambiente para una carrera espectacular en la etapa 14 de la Vuelta a España. Un día perfecto permitió que cientos de personas se acercaran a Larra-Belagua para acoger a los ciclistas en el tramo final de la etapa. Desde las primeras horas de la mañana empezaron a llegar aficionados que se animaron a enfrentarse a la misma subida que horas después sería recorrida por los ciclistas.

Algunos iban en bici, otros andando. Había padres que llevaban a sus hijos en remolques sobre ruedas. Algunas personas lo hicieron un poco más fácil, con la ayuda de bicicletas eléctricas. Entre todos ellos se encontraba un señor mayor. Subía el puerto a pie, a paso ligero bajo un cielo con sol y sin nubes. A 30 grados. Ese hombre era el padre de Imanol Erviti, el único navarro que compite en esta edición de la Vuelta. "Ayer estuve en el Tourmalet", confesó. Acompaña a su hijo en estas etapas y le espera en la meta. Junto a él, pero un poco más atrás, se encontraban también los hermanos gemelos de Imanol, que también subían a paso ligero. En otra situación se encontraban Pili Espuga y David Pérez.

Llegaron en autocaravana desde La Seu d'Urgell. "Llevamos una semana haciendo los puertos que hacen en la Vuelta. Hemos venido en furgoneta". El día anterior estuvieron en el Tourmalet y, rápidamente, como si de un coche de la organización se tratara, movieron su vehículo hasta Larra-Belagua para disfrutar de una nueva etapa. Hicieron noche en el puerto y durante la mañana recorrieron el circuito en bici y comieron en su furgoneta, esperando a los protagonistas. "Lo llevamos haciendo muchos años. Seguimos la Vuelta y el Tour". Al ser catalanes, tenían la ilusión de que alguien de la tierra ganara la etapa. "Nos hace ilusión ver a Marc Soler", deseaban. Sin embargo, los aficionados más numerosos fueron los de Pamplona. Entre todos ellos estaban Borja Díaz y Miguel Ezcurdia. Llegaron el mismo día al tramo final de la etapa. Dejaron el coche en la base de la montaña y subieron a pie. Su plan para pasar el día era un poco más modesto que el de los catalanes: "Como tenemos aprovisionamiento suficiente, nos quedaremos por aquí".

Llevaban una nevera portátil, dos tumbonas y ganas de pasarlo bien entre amigos. "El plan para la tarde es echar unas cervezas y ver a los ciclistas", declararon. También del norte, Roberto, de Gijón, fue uno de esos valientes que subió en bici a Larra-Belagua. Se encontraba en una de las fuentes del recorrido, refrescándose. Al igual que muchos otros, "estuve en la etapa del Tourmalet". Sin embargo, él no podrá seguir a los ciclistas en las próximas etapas porque "volvemos a Asturias después de la carrera". Un tiempo para envidiar y un ambiente familiar, con cientos de personas de distintos lugares, protagonizaron la etapa de ayer en la Vuelta a España. Todos ayudaron al espectáculo.