La historia de la humanidad ha cambiado con hallazgos que han desenterrado civilizaciones enteras y que han ayudado a estudiar, conservar y aprender del pasado para legárselo a las siguientes generaciones. Algunos hallazgos fueron ridiculizados, olvidados o incluso destruidos, antes de ser reconocidos como piezas clave de la historia. Un ejemplo palmario es la cueva de Altamira, cuyo descubridor falleció sin que la comunidad científica hubiera reconocido la autenticidad de las pinturas.
Como la experiencia nos ha demostrado que es mas fácil recordar un hecho arqueológico o histórico si el recuerdo resulta placentero, el periodista Vicente G. Olaya nos propone un entretenido recorrido desde Altamira a la Isla de Pascua, desde Pompeya a Petra, "la ciudad de los muertos" con "Pequeña historia de los grandes descubrimientos arqueológicos". Porque detrás de cada hallazgo arqueológico se esconde siempre una aventura fascinante.