Semana complicada para Guardian Glass de Laudio. A un día para el apagado previsto del horno, los movimientos de última hora se suceden. Por un lado, el Gobierno vasco, que este martes se reúne con los directivos de la planta, ha propuesto a los propietarios que se encargue a una asesoría técnica independiente –acordada por ambas partes– una evaluación de la situación y un análisis de las posibles alternativas a la paralización de la actividad. Por otro, la plantilla ha apoyado el inicio de una huelga indefinida a partir del jueves, el primer día permitido por los plazos legales. Y también ELA ha presentado una demanda de medidas cautelares urgentes ante el Tribunal de Justicia del País Vasco (TSJPV) para suspender in extremis la paralización del horno.
A pesar de todos estos movimientos, la decisión de la multinacional estadounidense parece firme. Este lunes, antes de que tuvieran lugar las dos asambleas de trabajadores convocadas, la dirección reiteró al comité de empresa –compuesto por ELA y LAB– que su decisión de cerrar la fábrica es "irrevocable". Durante el encuentro, el delegado de prevención de riesgos laborales en Guardian, Gabriel Ainz, denunció que la empresa no ha elaborado el protocolo de apagado de su horno y advirtió del riesgo de colapso del edificio "si no se apaga el horno de cierta manera". "Los trabajadores tenemos miedo de lo que pueda pasar", señaló. "Osalan (el Instituto vasco de Seguridad Laboral) se lo ha requerido la semana pasada y Guardian todavía no lo ha elaborado. Ese protocolo va a llegar seguramente después de que apaguen el horno", lamentó Ainz.
Una preocupación que compartió el Departamento de Economía y Trabajo, que ha pedido a Guardian que cumpla con la legislación vigente en materia de prevención de riesgos laborales. La semana pasada, después de que la empresa anunciara el cierre de la planta de Laudio aludiendo un problema de seguridad con el horno, tanto la Inspección de Trabajo como Osalan se personaron en las instalaciones para comprobar dicha situación.
Asimismo, el departamento solicitó la documentación necesaria para verificar que la empresa cumple con la seguridad de las personas trabajadoras en todos los procesos de funcionamiento del horno o de su enfriamiento. Pero, por el momento, no han recibido respuesta.
Se acelera el cierre
Guardian Glass anunció la semana pasada y por sorpresa el cierre de su histórica planta de vidrio en Laudio, que da trabajo a 171 personas. Daba un plazo de entre tres y seis meses para echar la persiana. Dos días después anunció el apagado de su horno float para el 3 de febrero y, tras el anuncio de la convocatoria de huelga por parte del comité de empresa para el 2 de febrero, los acontecimientos se precipitaron. Así, la multinacional adelantó el apagado previsto para este miércoles. Lo que ha ocurrido en los últimos días supone un jarro de agua fría tanto para las instituciones –el Gobierno vasco mostró su sorpresa y malestar desde el primer momento– como para los sindicatos, que se sienten desconcertados. "Esto va a ir semana a semana. Mañana (por este martes) pasarán cosas", aseguran fuentes sindicales respecto a la reunión prevista entre el Gobierno vasco y los propietarios de la planta de vidrio.
El objetivo del encuentro es analizar las posibles alternativas al cierre de la planta. La multinacional justifica su decisión por la baja carga de trabajo y por un horno que precisa de una inversión que no considera rentable. Sin embargo, el Ejecutivo vasco señala que "el problema con el muro de carga se puede solucionar con una parada en caliente o cualquier otra solución que pueda garantizar la integridad del horno a futuro".
Los sindicatos temen que el miércoles llegue a materializarse el apagado porque a partir de ese momento la situación será irreversible, es decir, que supone la consumación del cierre de la empresa. Es por ello que han convocado una concentración en las instalaciones para el día del apagado y mostrar así su rechazo a la decisión de la empresa. Lo harán también a través de una huelga indefinida que comenzará el jueves. "Rechazamos la decisión de cerrar la empresa y cómo se está llevando a cabo", apuntan fuentes sindicales, que se quejan de que se apague el horno antes de negociar el expediente de extinción de empleo, previsto para marzo. "¿Qué vamos a negociar entonces?", se preguntan.
En un intento de paralizar el apagado in extremis, ELA ha presentado una demanda de medidas cautelares urgentes ante el Tribunal de Justicia del País Vasco (TSJPV). Y es que el sindicato considera que "no se debe permitir a la multinacional llevar a cabo su intención de dejar sin futuro alguno a la planta". En un comunicado, ELA exigió al Gobierno vasco, tanto al departamento de Industria como al de Trabajo, que impidan que la multinacional americana lleve a efecto la paralización del horno.
El cierre de Guardian Glass supone poner fin a una actividad industrial que comenzó hace cuarenta años con la adquisición de Villosa. Supone, además, un nuevo golpe económico para la comarca de Aiaraldea, para la que la planta de vidrio es una empresa tractora.