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Esteban Ibarra: "Estamos en un momento difícil. Quizá hoy no se aprobaría la Declaración Universal de los Derechos Humanos"

Mañana sábado se celebra el Día Internacional de los Derechos Humanos y el Movimiento contra la Intolerancia pide "empatía" con las víctimas y más compromiso
Esteban Ibarra: "Estamos en un momento difícil. Quizá hoy no se aprobaría la Declaración Universal de los Derechos Humanos"
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Han pasado 74 años desde que se aprobara la Declaración Universal de los Derechos Humanos y desgraciadamente aún seguimos hablando de genocidios, de falta de libertad, intolerancia, odio y violación sistemática de los derechos fundamentales. Cuestiones que incluso se dan en países que firmaron y aceptaron como propia esa Declaración Universal. 

Para las organizaciones que luchan por el respeto de esos derechos humanos, el momento que atravesamos hoy es complicado. Así lo cree Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia. "Estamos en un momento muy difícil y quizá ahora no la aprobaríamos", reconoce.

La fotografía es difícil. Por eso el día de hoy es muy importante.

Y es que "no hay conciencia del problema", afirma por la "polarización mundial tremenda" que existe. "Hay una escasa sensibilidad por la solidaridad, siguen vigentes las penas de muerte, el problema identitario que nos enfrenta en todos los órdenes", explica. 

De hecho muchos no lo saben pero hoy viernes se celebra el día de las personas defensoras de los Derechos Humanos, un día que destaca Esteban Ibarra es para estar junto a las víctimas. "Hay muchas personas que defienden los derechos humanos y son asesinados en diferentes puntos del planeta", recuerda.

"Falta compromiso"

Aboga aún así por superar el miedo, por el compromiso. "Siempre digo en las escuelas que hay que enseñar el artículo 1 de la Declaración Universal. Todos los seres humanos nacemos libres y con derechos. Es lo que resume el espíritu", afirma. 

Un principio que debería imperar en todos los ámbitos y que a menudo se ignora. "Falta compromiso. Hay tiempo para las juergas y para todo pero falta más compromiso, más acción, más fraternidad. No vale con estar informados. Hay que estar formados", insiste.

En su opinión la dimensión real de este problema se consigue fomentando la empatía con las víctimas porque, subraya, es "imposible defender los derechos humanos sin empatía con las víctimas. No somos números sino seres vivientes. La gente debe interiorizarlo", destaca.

'Sólo con la dureza se entiende la importancia de los derechos. No hay que estar de espaldas, ni verlo como si fuera Netflix o una película.

En su opinión hay un cambio también generacional porque "los jóvenes no han tenido que hacer un gran esfuerzo. A otros nos ha tocado hacer un esfuerzo extraordinariamente duro. Sabemos la importancia de los derechos, la libertad, la igualdad", explica.

"No hubiera ido a Catar"

Estamos en un momento en que hemos visto lo que ha pasado en torno al Mundial de Catar y las críticas a la FIFA por celebrar el Mundial en un país en el que no se respetan los derechos humanos. "Soy muy humanista. No hubiera ido a Catar. Porque no hay condiciones humanistas y democráticas para un evento así", afirma contundente. "Homofobia, misoginia, sexismo... es un espejo importante en un país donde estas condiciones no se cumplen", insiste. "No hubiera ido porque incumplen los derechos humanos y Naciones Unidas debería ser mucho más exigente", denuncia.

Luchar contra la intolerancia 

Pero no sólo apela a los organismos internacionales. Todo empieza por nosotros. "La intolerancia es no respetar al prójimo. Una persona debe ayudar a la víctima, denunciar, no ponerse de perfil", señala. 

Apunta a los dos principales hándicap que, en su opinión, tenemos: la indiferencia y el anonimato, es decir, que no se identifique a autores de los hechos. En este sentido es clave la implicación de la sociedad. "Hay problemas para obtener testigos en algunos delitos. La gente no quiere correr riesgos, tiene miedo, hay que superarlo y las instituciones deben establecer caminos de seguridad. No hay que dejar ni un espacio al que vulnera los derechos humanos y quien practica la violencia", remata. 

Empezar por las escuelas

El Movimiento contra la Intolerancia suele impartir cursos, charlas, talleres en las escuelas porque la educación lo es todo. También lo hace Amnistía Internacional. Uno de sus miembros, José Manuel Bujanda ha insistido en la importancia de "formarse e informarse" respecto a los derechos humanos.

En esa formación juega un papel fundamental la sección de Amnistía Internacional de la red de escuelas. "Intentamos que en el currículum del curso la formación sobre derechos humanos sea una cuestión viva en que los alumnos sepan", explica.

De hecho mañana sábado, el director de Amnistía Internacional, Esteban Beltrán va a estar online con cientos de profesores y miles de alumnos de FP de Euskadi a los que va a introducir su visión global sobre derechos humanos en el mundo. "Pregunta lo que nunca te has atrevido a preguntar" es el título de este encuentro con el que se busca llegar a los jóvenes.

Nos importa nuestro ombligo y el de los que tenemos más cerca

Amnistía Internacional ofrece también la red de apelantes en la que sus integrantes, José Manuel Bujanda entre ellos, envía todos los meses cientos de cartas a organismos internacionales poniendo el acento en los deberes que tenemos por delante. 

José Manuel Bujanda, en cualquier caso, manda un mensaje en positivo. "En 1977 la pena de muerte sólo estuvo abolida en 16 países. Hoy son 108. Hay muchos claroscuros pero hay que ser optimistas", resalta. 

"Me quedo con una frase. Es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad", concluye. 

2022-12-09T10:55:05+01:00
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