Política

El PNV inicia la 'era Pradales'

La Asamblea Nacional lo ratifica este sábado como candidato a lehendakari con una imagen de solvencia, juventud y olfato social y con el reto de reactivar a la militancia
El candidato del PNV a lehendakari, Imanol Pradales, saluda al lehendakari Iñigo Urkullu
El candidato del PNV a lehendakari, Imanol Pradales, saluda al lehendakari Iñigo Urkullu / Efe

Tras sus apariciones públicas en un foro europeo, en entregas de premios o en un acto por la desanexión de Usansolo, el PNV oficiará este sábado el bautismo de Imanol Pradales como candidato a lehendakari a partir de las 12.00 en Durango, en el recinto Landako Gunea. La Asamblea Nacional anunciará las listas para las elecciones autonómicas de primavera, que todo parece indicar que serán en abril, y pondrá el colofón a un proceso interno que arrancó a finales de noviembre de manera un tanto atropellada con filtraciones a la prensa que no procedían de Sabin Etxea, pero que se ha cerrado sin mayores sobresaltos, con apoyos por unanimidad o mayorías muy amplias.

El PNV confía los remos de la trainera al diputado de Infraestructuras de Bizkaia, nacido en 1975 en Santurtzi pero afincado desde hace años en Portugalete. Por su edad, puede afrontar unos retos y objetivos que tienen como horizonte el año 2035 y que se extenderían durante dos o tres legislaturas. Los jeltzales creen que puede proyectar cualidades clásicas que siempre han buscado en sus candidatos, como la solvencia en la gestión (por el volumen de recursos que ha manejado en la Diputación), pero también peso político (conoce al partido y ha participado en sus procesos de reflexión desde hace casi dos décadas) y olfato para testar las demandas sociales (además de su formación como sociólogo, participó en el proceso Entzunez Eraiki). El EBB confía en él para aportar frescura y lo adereza con unas dosis de capacidad de sacrificio y esfuerzo, rasgos que reuniría por sus orígenes humildes en el seno de una familia que sufrió el embate del desempleo en los 80.

Pradales toma las riendas de la candidatura de un PNV que ha mantenido su liderazgo como primera fuerza en el último ciclo electoral pero que, tras una pandemia y en un clima de conflictividad sindical, ha sufrido el fenómeno de la abstención. Sabin Etxea ha realizado la lectura de que, al menos, esos votantes se han quedado en casa y no han emigrado hacia otras siglas políticas, pero ahora tiene el reto de movilizar al electorado. Lo hará con un candidato nuevo que puede servir de revulsivo y que no tiene ese desgaste aunque, al mismo tiempo, tiene el desafío adicional de ganar la proyección que se ha cultivado Iñigo Urkullu durante tantos años.

Unas listas rejuvenecidas

El PNV presentará este sábado las planchas con 25 nombres y 5 suplentes por cada territorio, y cederá el protagonismo a sus cabezas de lista por Bizkaia, Gipuzkoa y Araba, que tomarán la palabra en el acto además del presidente del EBB, Andoni Ortuzar. También en ese marco se presentarán las listas para las elecciones europeas del 9 de junio.

El PNV acude con unas listas renovadas que en Bizkaia serán encabezadas por Pradales, probablemente con Maitane Ipiñazar (nacida en 1990) como número dos. En cuanto a Pradales, la votación en el territorio se saldó por unanimidad, y ya antes, durante el debate en los batzokis, no se produjo ningún pulso por parte del lehendakari Urkullu, conocido por su escrupulosa disciplina. Quiso dejar claro desde el primer momento que entiende y respeta la decisión y no ha tenido más que elogios para Pradales, su alumno en la ikastola Asti Leku.

Por Gipuzkoa se presenta Bakartxo Tejeria como candidata a repetir como presidenta del Parlamento, y la acompañarán otros nombres como los de Markel Olano y Olatz Peon. En Araba se ha producido la única sorpresa porque el más votado por la militancia no estaba en la lista propuesta por el EBB, Joseba Díez Antxustegi. Nadie lo lee en clave de revuelta o descontento interno. El expartamentario y actual portavoz en Juntas de Araba tiene proyección también en tertulias y como articulista, pero no hizo campaña para promocionarse. En cualquier caso, las listas las ordena la Ejecutiva nacional siguiendo también criterios legales y de paridad. En Araba se presenta el único integrante del Gobierno, la consejera Nerea Melgosa.

Los resultados electorales

El PNV va a tener que combatir en los próximos tiempos las previsibles comparativas que se hagan con los resultados de 2020, pero fue un momento excepcional: era el inicio de la pandemia, con mucho voto refugio hacia el lehendakari Urkullu, no había calado tanto la fatiga por el tensionamiento de los servicios y primaba más el voto hacia lo conocido en un tiempo de incertidumbre. Este escenario provocó que la distancia fuera de diez escaños y 100.000 votos con la coalición abertzale, con el PNV en un nivel del 38,7% en porcentaje de voto, frente al 27,86% de Bildu. En 2016 fue la irrupción de Podemos la que distorsionó el panorama. El PNV aventajó igualmente en diez escaños a la coalición abertzale y logró un 37,36% de respaldos, mientras Bildu bajó hasta el 21,13% por el mordisco del nuevo proyecto.

La tendencia de las municipales y forales y de las generales, así como las encuestas, parece apuntar a que los parámetros se van a encontrar más cerca del momento de euforia en la izquierda abertzale tras su legalización en 2012, un momento donde su voto estaba muy movilizado y donde, además, no tenía a Podemos para hacerle sombra, una formación que en estos momentos se encuentra también lejos de sus mejores marcas. En aquel momento, el PNV logró un 34,16% del voto y 27 escaños, y EH Bildu se quedó a seis representantes de distancia, con 21 y con un 24,67% de voto. Un año antes, en las forales de 2011, Bildu y Aralar sumarían un 28%. En las elecciones forales de mayo del año pasado, el PNV obtuvo un porcentaje de voto muy similar al de 2012, un 34,43%, y EH Bildu logró un 28,73%, lo que calca el cómputo de 2011.

Elkarrekin Podemos-IU se encuentra ahora en un momento de debilidad interna y con menor capacidad de erosionar a Bildu. Por su parte, la coalición abertzale cuenta con la baza de la progresiva normalización de las relaciones con los socialistas, desde Madrid hasta Iruñea, donde Joseba Asiron se ha convertido en alcalde con los votos, entre otros, del PSN.

Bildu rechazó tres leyes nucleares hace dos meses

Otxandiano trata de exprimir ahora esa vía pactista y ha conseguido girar el eje del debate público hacia su propuesta de dejar gobernar a la lista más votada, mientras que sus palabras dando por zanjadas las responsabilidades de ETA parece que pasan inadvertidas a pesar de la queja del PNV y entre los colectivos de víctimas. La precampaña es larga y es probable que a Otxandiano le persiga la hemeroteca. Bildu presenta ahora los pactos para desalojar al más votado como si solo se practicaran en su contra, cuando hace tan solo medio año le arrebató al PNV plazas como Bermeo, Mundaka y Urduliz, y apoyó a plataformas independientes para desalojarlo de Zalla y Gatika. Y, antes de pactar las leyes que está pactando con el Gobierno vasco, hace tan solo dos meses, dio un portazo a otras tres que eran estratégicas, las de Salud, Educación y Empleo.

2024-01-27T15:44:05+01:00
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