gasteiz – Antes de la pandemia, de que el mundo cambiara para siempre, Euskaltel se subió a la ola naranja de la Fundación Euskadi en San Mamés, en La Catedral. Ese bautismo que le conectaba con lo que fue le situó en el camino para el retorno a los grandes escenarios. El abrigo de la compañía de telefonía impulsó un proyecto que rescató Mikel Landa en 2017 tras recibir la llamada de Miguel Madariaga, que lanzó un SOS para salvaguardar el legado de la formación vasca. Desde entonces, el equipo se alistó a la resistencia durante dos campañas. Permanecer suponía vencer. Se trataba de sobrevivir. A partir del feliz reencuentro con Euskaltel y con el báculo de Orbea, Etxeondo y DBA Bilbao Port, la formación creció. Tal vez quiso el destino, siempre caprichoso, inasible, que el Euskaltel-Euskadi regresara a la Vuelta entre catedrales en una edición que amanece el sábado en la Catedral de Burgos con un crono individual y cierra los ojos midiéndose otra vez al dictamen de las manecillas en la Catedral de Santiago el 5 de septiembre. Tres catedrales marcan el hito del retorno de la formación naranja.
Jesús Ezkurdia, mánager general de la escuadra, siempre mantuvo que correr la Vuelta "es vital para el equipo. Hay que estar en las mejores carreras". Cuando a mediados de febrero se confirmó la presencia del Euskaltel-Euskadi para la Vuelta, noticia adelantada por DNA, Jorge Azanza, director de la escuadra vasca, situó su mente a mediados de agosto. Viajó en el tiempo seis meses. Para alcanzar el futuro, planificó al detalle un curso que debía desembocar "en el gran objetivo de la temporada para nosotros". Con esa idea trazando el calendario, Azanza, el alfarero del Euskaltel, determinó la alineación con la que el Euskaltel-Euskadi afrontará la carrera más compleja y atractiva desde su regreso al escaparate. Una vez apagadas las luces de los frentes que atendió el Euskaltel-Euskadi antes de la tregua previa a la Vuelta, Azanza seleccionó el equipo que estará en la salida de Burgos. Mikel Bizkarra, Mikel Iturria, Gotzon Martín, Xabier Mikel Azparren, Luis Ángel Maté, Antonio Jesús Soto, Juanjo Lobato y Joan Bou compondrán el equipo que se medirá al reto de la Vuelta.
Luis Angel Maté, el más experimentado y que correrá su décima Vuelta, será el capitán de ruta de un equipo que se embarca en la aventura de la carrera española con la misión de pelear cada pulgada de asfalto a través de las fugas. Con dos triunfos en lo que va de campaña a través de Antonio Jesús Soto y Juanjo Lobato, la formación naranja tratará de encontrar un resquicio para dar con la gloria. Mikel Bizkarra, que ha completado una gran actuación en la Vuelta a Burgos, está llamado a estar delante en las jornadas montañosas. El de Mañaria disputará su tercera Vuelta, las mismas que Iturria, que venció una etapa con final en Urdax en la edición de 2019. El urnietarra es otro dorsal con jerarquía en la formación, donde el futuro lo representan el entusiasmo de Gotzon Martín y el descaro de Xabier Mikel Azparren, debutante este curso en el profesionalismo y que se asoma a la Vuelta sin complejos. Ambos probarán por primera vez la Vuelta. Lobato afrontará su cuarta participación y deberá buscar su hueco en los esprints. Soto, un todoterreno, y Bou, que completan la alineación, también descubrirán la carrera.
de Laiseka a igor antón Entre todos ellos tratarán de sumar un triunfo que supondría conectar con la historia que comenzó Roberto Laiseka. Aún reverbera el primer triunfo de Euskaltel-Euskadi en la Vuelta. Lo consiguió Laiseka en Abantos en 1999. Fue el descorche del champán que acompañó a la escuadra naranja en su periplo por la carrera. Laiseka volvió a saborear la victoria en el 2000, en Arcalís. Unai Etxebarria tomó el relevo de Laiseka en el palmarés de 2003. Samuel Sánchez y Laiseka triunfaron en 2005. El asturiano repitió en 2006 y al contador de victorias se sumó Igor Antón.
Samuel logró un triplete de victorias en 2007. Mikel Nieve se asomó a la gloria en 2010, al igual que Antón, que se hizo con dos etapas ese mismo año. La última victoria de Euskaltel-Euskadi se produjo en 2011 cuando Igor Antón conquistó la Gran Vía de Bilbao. Diez años después de aquel triunfo, el Euskaltel-Euskadi sueña con repetir esa hazaña en la Vuelta de su regreso.