Vida y estilo

El error que cometes antes de dormir y te está robando el sueño

La pantalla en la cama retrasa la melatonina, activa el cerebro y convierte “cinco minutos” en media hora sin que te des cuenta

Actualizado hace 4 minutos

Hay un gesto muy común que muchas personas hacen cada noche y que, sin darse cuenta, les está quitando sueño: mirar el móvil en la cama. El problema es que el móvil, justo antes de dormir, combina varios elementos que juegan en contra del descanso: luz, estimulación mental y pérdida de control del tiempo. Y cuando esto se repite a diario, se crean una dificultad para conciliar el sueño, despertares nocturnos o despertares sin energía.

Qué le pasa a tu cuerpo cuando te expones a pantallas por la noche

El sueño no empieza cuando cierras los ojos. Empieza antes, cuando el cuerpo va entrando en modo descanso y aumenta la producción de melatonina, una hormona que ayuda a regular el ritmo entre el sueño y la vigilia. El uso del móvil en la cama interfiere en ese proceso de dos maneras: por la luz de la pantalla y por el contenido que consumimos. Aunque bajes el brillo, el estímulo luminoso del móvil manda la señal de que todavía es de día al cerebro. El resultado es que la melatonina puede retrasarse y el momento en que te entra sueño se atrasa.

Dormir con el teléfono en la cama o cerca de la almohada puede interferir en la producción de melatonina, la hormona que regula el ciclo de sueño.

Dormir con el teléfono en la cama o cerca de la almohada puede interferir en la producción de melatonina, la hormona que regula el ciclo de sueño. Freepik

A esto se suma que el móvil mantiene la mente en modo alerta. Basta con saltar entre vídeos, mensajes o titulares para que el cerebro se mantenga activado, cambiando de foco cada pocos segundos. Ese patrón es justo lo contrario de lo que necesitas para dormir.

Además, el móvil tiene la trampa extra de que rompe tu percepción del tiempo. Muchas apps están diseñadas para que el contenido llegue en cadena, sin un final claro.

Qué hacer para dormir mejor

La solución no es demonizar el móvil, sino cambiar el momento y el lugar en el que se usa. Funciona muy bien separar “cama” de “pantalla”. Un ajuste simple es dejarlo fuera del alcance de la mano, idealmente en otra habitación, o al menos lejos de la almohada. Si lo usas como despertador, un cargador en un punto fijo de la habitación ayuda a cortar el impulso de darle un vistazo más.

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Otra medida efectiva es crear una transición de 20 a 30 minutos sin pantalla antes de dormir. No tiene que ser perfecto y con reducir la exposición al mismo ya se nota. Si necesitas algo para bajar revoluciones, es mejor elegir estímulos que no te enganchen, como una lectura ligera en papel. Y si no puedes evitar el móvil, prioriza bajar el brillo, evitar contenido que active emociones fuertes y poner un límite claro de tiempo. Para ello, muchas apps tienen la opción de limitar el tiempo en las mismas, de modo que al pasar ese lapso de tiempo la app se bloquea y no puedes volver a usarla hasta el día siguiente.

Cuando el móvil deja de usarse en la cama, muchas personas notan mejoras en pocos días: se duermen antes, se despiertan menos y, sobre todo, recuperan esa sensación de sueño de forma natural. En un contexto donde dormimos menos de lo que necesitamos, evitar este error sencillo puede ser una de las decisiones más rentables para la salud de tu sueño.

2025-12-30T20:12:32+01:00
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