Actualizado hace 8 minutos
En muchas casas empiezan a planificar los menús navideños, en especial los de las cenas del 24 y 31 de diciembre y las comidas de Navidad y Año Nuevo. Normalmente se suelen preparar platos muy elaborados, muy sabrosos pero que pueden dejar una sensación simultánea de satisfacción y de cierta pesadez en boca.
Por ello, antes de pasar a los tradicionales turrones, mazapanes y otros dulces típicos de estas fechas, sabrosos pero también contundentes, suele ser una buena idea dar un descanso al paladar, limpiarlo y refrescarlo para ponerlo de nuevo a punto y recibir los nuevos y caprichosos bocados con los que preparar la llegada del café y algún licor digestivo.
Para conseguirlo, las cremas, los sorbetes y las mousses suelen ser una buena y eficaz idea para conseguirlo. Si además tienen un punto ácido, la satisfacción es inmediata. Hoy traemos dos ideas, dos mousses frescas que además darán color a la mesa.
Una mousse de arándamos
Mousse de arándanos
Los arándanos llegaron a nuestras mesas básicamente en forma de mermelada y protagonizaron el primer boom de las tartas de queso frías. Arrasaron. Poco a poco se fueron incorporando a otros postres y a las ensaladas, también como acompañamiento para carnes asadas. Cuando se prepara como una mousse se obtiene un postre ligero y vistoso, ideal para poner un remate a una comida de celebración.
Ingredientes para tres personas
- 300 gr de arándanos
- 200 ml de nata líquida para montar
- 50 gr de queso crema
- 2 láminas de gelatina
- 40 gr de azúcar
Elaboración
Mientras se hidrata la gelatina en un bol o en una taza con agua fría, se trituran los arándanos para hacer con ellos un puré. Después se escurre bien la gelatina y se diluye en un poco de agua caliente, tras lo cual se añade al puré de arándanos y se reserva.
En un bol amplio se ponen el queso crema, la nata y el azúcar y se bate hasta lograr un punto en el que los picos que se formen se mantengan tiesos. Conseguido este punto, a ese mismo bol se incorpora el puré de arándanos y con una espátula o una cuchara se va mezclando con cuidado realizando movimientos envolventes hasta conseguir una masa homogénea de textura y color.
Esta mezcla se coloca en vasos o copas de cristal y se meten en el frigorífico un mínimo de cuatro horas. Después, solo queda sacar a la mesa.
Como punto plus, en el fondo del vaso se puede poner una galleta troceada para darle un toque extra. Y por encima se puede decorar con dos o tres arándanos frescos y un poco de ralladura de limón.
Una copa de mousse de limón.
Mousse de limón
Este es un clásico. Fresco, suave, ligeramente ácido y muy aromático. Entra muy fácil y para muchos, siempre es escaso. Además se prepara rápido, te saca de un apuro (siempre que tengas los ingredientes a mano) y es muy sencilla.
Ingredientes
- 3 yogures naturales
- 375 ml de leche condensada
- El zumo de 3 limones
- Ralladura de limón
- 200 gr de galletas tipo granola
- 6 frambuesas para decorar
- Hojas de menta para decorar
Elaboración
En un bol grande se vuelcan tanto los tres yogures naturales como la leche condensada. A continuación se mezcla con las varillas hasta integrar bien los dos ingredientes y obtener una pasta espesa y uniforme.
Sobre esta crema, se ralla la corteza de un limón, que después se exprime junto a los otros dos. Este jugo, debidamente colado para separarlo de la pulpa y las pepitas, se incorpora a la mezcla poco a poco mientras se remueve con suavidad.
Las galletas granola se machacan hasta que dejen trozos pequeños, pero sin reducirlas a polvo. Con estos trozos se cubre el fondo de los vasos o las copas en las que se vaya a presentar el postre y sobre ellos se rellena con la mezcla. Los vasos rellenos se meten en el frigorífico hasta la hora de sacar a la mesa. La decoración con la frambuesa y la hoja de menta se puede hacer tanto antes de meter en la nevera como después.