¿Cuál es la seta más buscada en nuestros bosques en otoño?

Setas y hongos. ¿Son lo mismo? Aunque muchas veces se utilizan como sinónimo, no son lo mismo. El hongo es la parte que no se ve, el micelio que crece bajo tierra y se extiende por el suelo del bosque, mientras que la seta es el cuerpo reproductor.

Pero hay una excepción a la hora de usar estos términos, “aquí, a las setas de los Boletus se les llama hongos. Sería menos confuso llamarles setas, pero el nombre de hongos está muy arraigado”, afirma Janet Torrea Urbeltz, licenciada en Biología y Ciencias ambientales, del Parque micológico Erro-Roncesvalles, quien nos da una serie de claves para conocer mejor este preciado tesoro natural.

Varios ejemplares de Boletus en un monte del valle de Baztan. Ondikol

Y es que el Boletus Gr. Edulis es la seta más buscada del otoño. Pero... ¿por qué tiene tanto éxito? “Sin duda, es el más apreciado por su sabor intenso, por su tamaño y porque fructifica de manera general y en grandes cantidades. Además estéticamente es muy agraciado. ¿Qué hay más bonito que un hongo?”, bromea Torrea.

Características

Un tamaño bastante grande, con un sombrero en tono marrón o rojizo, un llamativo pie grueso con una redecilla llamada retículo en la parte alta y una carne blanca que no cambia de color, son cualidades que convierten al Boletus en una seta fácil de encontrar e identificar.

Hay mucha diversidad de setas comestibles y apreciadas en esta época. Eneko Elkano- TRILUMAK

Dentro de la familia, hay cuatro especies de Hongos (Boletus gr. edulis): Boletus aestivalis y Boletus aereus (estivales) y Boletus edulis y Boletus pinophilus (otoñales). Como indican desde el Parque Micológico Erro-Roncesvalles, estos dos últimos son especies otoñales típicas del hayedo. “A principios de septiembre, con el paso de los primeros frentes de lluvia comienzan a salir, primero lo hace en los hayedos más altos, para poco a poco generalizarse al fondo del valle hacia el mes de octubre. Requiere de temperaturas frescas y de mucha humedad”, especifican.

Aunque es una especie muy famosa y conocida por el aficionado en general, no está de más recordar que puede haber riesgo de confusión con Bei-Onddoak (Boletus gr. luridus), una “especie sospechosa de ser tóxica, y que se distingue por sus poros rojo-anaranjados con retículo en el pie y porque su carne al corte azulea”.

Temporada alta

Ahora que acaba de empezar el otoño, la temporada fuerte para recolectar setas y hongos, son muchos quienes salen al monte en busca de los mejores ejemplares.

Como explican desde el Parque Micológico Erro-Roncesvalles, la temporada ha arrancado muy bien: “Hay mucha diversidad de setas comestibles y apreciadas como las trompetas de los muertos (Cratarellus gr. cornucopioides), que han sido las reinas esta temporada, y las zizohori (Cantharellus gr. cibarius) que llevan fructificando desde el verano de manera generosa. En cuanto a los Boletus gr. edulis de momento hay fructificaciones puntuales, en algunas zonas abundantes pero no generalizadas”.

Cada semana, tanto en la web como en las redes sociales publican un parte micológico con las setas que están saliendo y una estima de la recolección posible, para que aficionados y profesionales puedan estar informados y encontrar el momento ideal para salir a recolectar.

Las más buscadas

Existen muchas especies comestibles de muy buena calidad, además de los Boletus. Además de las mencionadas anteriormente ahora también es temporada de níscalos (Lactarius deliciosus), gibelurdines (Russula gr. cyanoxantha) y galampernas (Macrolepiota procera). También Trompeta de los muertos, Ziza hori/Rebozuelo, Amanita caesarea/Gorringo, Gibelurdin/Carbonera, Amanita rubescens, Ilarraka, Senderuela, Seta de cardo (especialmente en la zona sur de Navarra). Y si hablamos de primavera, a esta lista también hay que añadir el Perretxiko y la Colmenilla.

Trompeta de los muertos, otra especie muy apreciada en otoño. Eneko Elkano- TRILUMAK

“En cualquier caso lo más importante es respetar su crecimiento y tener presente que por dejar setas en el monte no se están desaprovechando, todo ser vivo tiene una función en la naturaleza. Y ante la duda mejor no recolectar”, concluye Janet Torrea Urbeltz.