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La esperanza de vida de Euskadi retrocede hasta niveles de 2017 por el calor y el covid

La ‘sobremortalidad’ de 2022 rompe la curva ascendente de la longevidad, pese a que es superior a la media de la UE
La estrategia Vasca con las personas mayores se rige por los principios de igualdad, diversidad, equidad, autorrealización, co-creación y solidaridad entre generaciones
La estrategia Vasca con las personas mayores se rige por los principios de igualdad, diversidad, equidad, autorrealización, co-creación y solidaridad entre generaciones

La esperanza de vida en Euskadi ha retrocedido hasta niveles de 2017. Detrás de esta sobremortalidad hay dos razones de peso: el covid-19 y las olas de calor. Así lo explica el Instituto Vasco de Estadística (Eustat) en su último informe demográfico. Pero a pesar de esta disminución, la esperanza de vida de los y las vascas continúa siendo más elevada que la media de la Unión Europea. En concreto, los hombres viven de media 80,5 años, mientras que las mujeres lo hacen 86,1 años, casi tres años más que la media de la población europea.

En concreto, desde el año 1976 (69,6 años y 76,9 años para hombres y mujeres, respectivamente) ha crecido la esperanza de vida 10,9 años entre los vascos y de 9,2 años entre las vascas debido a las mejoras que han experimentado las condiciones de vida. Pero la pandemia, primero; y las olas de calor, después, han roto esta curva ascendente de la longevidad.

Cabe recordar que durante las olas de calor registradas en verano de 2022, Euskadi se derritió con temperaturas que –sin llegar a ser récord– superaron los 40 grados. Y lo más alarmante es que las previsiones apuntan a que hasta 2100, la duración de las rachas de calor se triplicarán en Euskadi, lo cual impactará directamente en la salud, sobre todo, de las personas más vulnerables.

Evolución de la esperanza de vida de los vascos en las últimas décadas.

Evolución de la esperanza de vida de los vascos en las últimas décadas. Eustat

Según el Instituto de Salud Carlos III, entre junio y septiembre de 2022, se produjeron en nuestra comunidad 146 muertes debido al calor, frente a las 29 del mismo período del año anterior, lo que representa un aumento en la mortalidad por esta causa del 403%. El Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) informaba entonces de que entre enero y septiembre hubo 156 muertes atribuibles a las temperaturas en Euskadi. En junio se registraron 38, en julio, 69, en agosto, 28 y en los primeros días de septiembre, 11. A estos fallecimientos por causa del calor se sumaron otros 10 muertos como consecuencia de las temperaturas, 7 en mayo y 3 en enero.

En todo el año 2021, siempre según los datos del Instituto Carlos III, se contabilizaron 41 muertes por esta causa, de las que 29 se concentraron en los meses más calurosos: 6 en junio, 5 en julio, 2 en agosto y 16 en septiembre. Además, desde enero hubo en Euskadi 1.642 muertes más de las esperadas para ese periodo por diferentes causas, como la pandemia asestando sus últimos golpes.

Los especialistas coinciden en que los golpes de calor apenas representan entre el 2 y el 3% de las causas de fallecimiento imputables a las altas temperaturas. Lo que hacen, sobre todo, es agravar las patologías previas, sobre todo cardiovasculares y respiratorias. Y es que, el calor somete al cuerpo a un estrés térmico que se agudiza de noche, de modo que el exceso de temperatura nocturno aumenta el riesgo de morir. Así lo puso de manifiesto un estudio de 2021 sobre los 'Efectos de las noches calurosas en la mortalidad en el sur de Europa'.

CONSECUENCIAS SOBRE LA SALUD

De acuerdo con este artículo, la mortalidad diaria está asociada con temperaturas que superan los 20ºC de noche, independientemente de las diurnas. Con el problema añadido, de que el cambio climático está trayendo consigo un aumento de las máximas, pero sobre todo de las mínimas. Según la Sociedad Española del Sueño (SES) si el calor extremo tiene consecuencias para la salud, dormir mal también, de modo que las noches tropicales o tórridas suponen un doble riesgo.

A corto plazo las consecuencias de una mala higiene del sueño son conocidas, como cansancio, somnolencia, irritabilidad, problemas de concentración, de rendimiento laboral, un agotamiento que también puede provocar accidentes laborales o de tráfico. Pero dormir poco y mal también causa estragos a largo plazo. Pasar varios días e incluso semanas con estas mínimas nocturnas puede provocar alteraciones hormonales, en el sistema inmune, en la tensión arterial, lo cual puede favorecer los eventos cardiovasculares y cerebrovasculares, infartos de corazón o ictus.

En corto

Cáncer

Es estudio ‘Indicadores para el análisis de los fenómenos demográficos’ publicado ayer por el Eustat concluye que los tumores son la principal amenaza para esperanza de vida. Tanto es así que si se consiguiera eliminar el cáncer de la ecuación, los hombres prolongarían su vida 3,9 años y las mujeres tres años. 

Mortalidad

Euskadi registró en el primer semestre de este año un descenso de la mortalidad del 6,3% en comparación con igual periodo de 2022. Entre las principales causas de muerte, destaca el aumento experimentado por las enfermedades del sistema respiratorio en un 23,1%, mientras que el mayor descenso se dio en las dolencias de sistema nervioso, según datos del Instituto Nacional de Estadística.

2023-12-20T10:06:04+01:00
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