Vida y estilo

Anglet, un destino vascofrancés con magníficas playas

Ubicada en la costa vasco-francesa y conocida por sus bellas playas y sus grandes espacios naturales, Anglet no solo se visita en verano, cualquier época del año es ideal para descubrir su estimulante estilo de vida. Desde su bienestar marino hasta su amp
En imágenes: Anglet, un destino vascofrancés con magníficas playas

Apodada La pequeña California francesa por su estado de ánimo, su forma de vida, y su cultura del surf, Anglet (no te olvides de pronunciar la t) es la primera ciudad de la costa vasco francesa que se extiende entre Baiona y Biarritz. Aunque no tan famosa como ésta, la ciudad ofrece un sinfín de actividades al aire libre y en el interior de sus centros culturales y artísticos. No en balde Napoleón III se interesó por ella y por su convento del Refugio, y donó miles de francos en oro para crear el Bosque Chiberta. El emplazamiento de la Chambre d´Amour, puesto de moda por la literatura romántica, fue uno de los lugares preferidos por la pareja imperial instalada en Biarritz.

La leyenda de la Chambre d’Amour nació en el siglo XIX. Basada en una historia dramática del siglo VII, inspiró a los poetas. En 1817, Etienne de Jouy, en L’Hermite en province, ambienta los amores frustrados de Saubade y Laorens. Éste, joven pescador huérfano, y Saubade, hija de un rico granjero de la región, estaban enamorados desde hacía tiempo. A pesar de la oposición de su padre, se encontraron en una cueva frente a la inmensidad de las olas. Allí juraron amarse hasta la muerte. Un buen día, estalló una tormenta en el Golfo y el mar, impulsado por el viento, se elevó más rápido de lo habitual, llevándose a los amantes. La gruta y su preciosa playa, que hoy atrae a enamorados y curiosos, recibió el nombre de Chambre d’Amour.

Fachada del Castillo de Brindos. Tourisme Anglet

De ser, hace décadas, un simple pueblo pintoresco, Anglet ocupa ahora el tercer puesto de las ciudades más grandes de los Pirineos Atlánticos, por detrás de Pau y Baiona. Actualmente, lo que la ciudad ofrece es muy atractivo y diverso. Aparte de sus nada menos que once bellas playas, con opciones incluso para los amantes del naturismo como es la Plage des Dunes, tiene un hermoso paseo marítimo de 4,5 km. frecuentado por corredores y paseantes que reciben saludables bocanadas de aire fresco oceánico. Un remedio soberano que consigue despejar todas las preocupaciones que te trajiste de casa.

Pauline Ado. Rémi Blanc

Vivir entre olas

Son muchos los amantes del surf que acuden a las privilegiadas olas de Anglet. En este sentido, Pauline Ada es la atleta local más conocida y se le puede ver en ellas preparándose para participar en la Olimpiada de París 2024. Pero son muchos y famosos los surfistas que la precedieron: Romain Laulhe es otro campeón que vive y trabaja en Anglet y que posee su propia escuela (Powe Surf Center). Está enamorado de la costa vasca y lo confiesa así: “Me encanta vivir aquí, tiene un lado californiano o australiano”. La vinculación de Anglet con el surf surgió cuando, hace muchos años, surfistas tan emblemáticos como Jean Pierre Starn, Sarry o Eric Rouge se instalaron en estas playas. Joël Badine, otro surfista local, describe este deporte “como la libertad absoluta en el agua y un vínculo directo y puro con la ola”. La pasión por este deporte es tal que en 2018 se inauguró un Hollywood Boulevard, en versión surf, con las huellas de varias leyendas mundiales en sus aceras. Aquí, por la noche, es otra forma de ver las estrellas.

Pistas para bicicletas. Rémi Blanc

Amor por la naturaleza

Si el mar está demasiado tranquilo para practicar surf, se pueden descubrir los tres bosques de coníferas: Pignada, Lazaret y Chiberta. Los tres cuentan con vías verdes, itinerarios de arborismo, senderos salvajes, y circuitos saludables para pasear tranquilamente, lejos del bullicio de la costa. Aunque no debes sorprenderte si en sus senderos te cruzas con algún zorro, conejo o ardilla.

El amor por la naturaleza de esta ciudad se muestra en todo su esplendor en el Parc Izadia. Es un parque natural protegido ubicado en la desembocadura del Adour, ideal para descubrir la biodiversidad local. La flora y fauna de este ecosistema en miniatura se puede observar en un espacio de 15 hábitats, con mamíferos, aves, peces, crustáceos y reptiles. Y también por otro hecho: cuando se incendió la Pignada, los pájaros desaparecieron, y para paliarlo, el Parc Izadia introdujo treinta casas para que anidasen de nuevo los pájaros. Con sus cantos y vuelos danzantes las aves volvieron a Anglet. Pareciera que los angloys y las aves no pudieran vivir los unos sin las otras.

El paseo de la costa. Rémi Blanc

El ‘dolce far niente’

Anglet tiene un interminable programa de eventos deportivos y culturales. Desde los torneos de pelota vasca, volley, rugby, surf, golf –la costa vasca es famosa por sus campos de golf y Anglet cuenta con dos entre el mar y el pinar– , hasta los conciertos nocturnos de Chambre D´Amour, festivales internacionales de cine, proyecciones de películas al aire libre... Otra opción es darse una vuelta por las Halles de 5 Cantons. Seguro que te llevas un recuerdo gourmet como jamón, queso de oveja, pastel vasco o salchichas.

También se puede visitar el mercadillo de antigüedades el cuarto sábado de cada mes en la plaza Quintaou en busca alguna ganga. Y uno no se arrepentirá de ir a deleitarse con la puesta del sol en el acantilado de cap Saint Martin.

Y si después de este abanico de opciones se desea un respiro, siempre se puede encontrar un lugar en cualquiera de las terrazas de la Avenida del Surf, donde saborear un café o un aperitivo con ricos pintxos. Todo ello frente al inmenso océano.

Cabaña flotante en el Lago Brindos. Tourisme Anglet

Las cabañas flotantes en Brindos

Quién desee disfrutar de un verdadero descanso en cualquier época del año, Anglet cuenta con una excelente oferta hotelera en la propia ciudad o en el extrarradio. Una de ellas, ubicada en el viejo e histórico castillo de Brindos, exquisitamente remodelado como por arte de magia y respetuoso con el medio ambiente, ofrece un espectacular alojamiento en cabañas flotantes en el propio lago, todas con nombres de hadas, según la misteriosa historia lacustre: María, Flora, Aveline, Titania, Christaline y Navy. El acceso a ellas se realiza en lanchas eléctricas desde el muelle a su propio embarcadero. Este privilegiado y bucólico entorno representa una visión humanista de los valores de la hospitalidad en plena naturaleza y los valores del art de vivre francés. 

01/04/2024