Polideportivo

Aitor Calle, entrenador del Sestao River: “Me cuesta dormir incluso cuando gano”

Aitor Calle se define como un entrenador al que le apasiona su profesión, aunque “desgasta mucho”, y quiere crecer en los banquillos con el ascenso del Sestao River, al que dirige por segunda campaña consecutiva
Aitor Calle, entrenador del Sestao River

Aitor Calle (Bilbao, 28 de junio de 1976) huye de la euforia. Reconoce que el Sestao River, líder destacado del grupo II de Segunda RFEF está en una situación “privilegiada” para lograr el ascenso directo, pero tira de prudencia. “Queda un mundo. El año pasado Osasuna Promesas nos sacaba diez puntos al cierre de la primera vuelta y terminamos a dos de ellos”, expresa el entrenador verdinegro, que apunta que no ha pedido ningún refuerzo, aunque matiza que Carlos Lasheras, el director deportivo, “está trabajando el mercado”.

Han cerrado la primera vuelta como líderes y con una renta de ocho puntos sobre el segundo clasificado. ¿Cómo argumenta el éxito de este Sestao River?

—Hemos terminado la primera vuelta con 38 puntos de 51 posibles y quiere decir que hemos hecho bien muchas cosas. Siguen la mitad de la plantilla del año pasado y el cuadro técnico, que es un punto que puede tener mucha incidencia. Tuvimos una experiencia amarga el curso anterior al quedarnos a un paso del ascenso, pero también es constructiva. Hicimos una liga perfecta, sacamos 70 puntos y no fuimos capaces de ganarla. Fue un aprendizaje y lo tenemos interiorizado.

¿Y las cualidades futbolísticas?

—La plantilla ha dado un salto de calidad, mantenemos el bloque que diríamos titular de la campaña anterior, porque queríamos darle continuidad. La gente que se ha incorporado esta temporada al proyecto nos está dando esa plusvalía que quizá nos faltaba y el inicio de la temporada al sumar las primeras seis victorias seguidas fue también un paso importante.

¿Han tenido un buen ojo a la hora de acertar en las incorporaciones?

—Estamos contando con Carlos Lasheras (director deportivo del Sestao), al que no vamos a descubrir ahora. Ha confeccionado proyectos similares al de este River y con éxito. El venir al River siempre es atractivo para los futbolistas, por el campo e Las Llanas, la masa social y a los que se suma que el año pasado estuvimos cerca de ascender.

También han podido disfrutar de la Copa, en la que incluso tutearon al Athletic.

—Disfrutar y sufrirla también. Ha sido un experiencia muy bonita. Es un legado que nos ganamos el año pasado y al igual que en liga hemos dado un gran nivel. La Copa es un reflejo de esa línea competitiva independientemente del rival.

Lo cierto es que al River desde fuera se le ve ya como un equipo de Primera RFEF. ¿Hay temor a fallar, a que se les suba a la cabeza?

—No visualizamos más allá que seguir haciendo las cosas. Queda un mundo, si bien es cierto que ofrecemos buenas sensaciones y estamos afianzados en el liderato desde la quinta jornada. Sería un error pensar que el ascenso está hecho cuando quedan 51 puntos por delante, y puede pasar de todo. El año pasado Osasuna Promesas nos sacaba diez puntos al cierre de la primera vuelta y terminamos a dos de ellos.

¿No lograr el ascenso directo supondría un fracaso?

—¿Fracaso? No pienso en ello, sino en intentar sacar el próximo partido, ser fiables y al final del curso debemos poner las notas. Estamos en una situación privilegiada, pero nadie nos ha regalado nada. Auguro una segunda vuelta aún más complicada que la primera, con rivales directos, el average, los conjuntos de abajo apretarán más...

¿Sus dos primeros partidos de esta segunda vuelta frente al Tarazona y el Utebo pueden ser determinantes para que den un golpe prácticamente definitivo?

—El mes de enero lo teníamos marcado en el calendario. Va a poner las cosas muy en su sitio. Van a quedar 15 jornadas por delante y si somos capaces de sumar, vamos a dar un paso muy importante.

El River se ha puesto en el escaparate por sus resultados pero también su entrenador. ¿Cuál es el ideario de Aitor Calle?

—A mí me gusta ganar y me definiría como un entrenador al que le gusta sacar el máximo rendimiento a sus jugadores. Los entrenadores podemos tener muchas ideas y nuestro estilo, pero las plantillas te determinan el quehacer. Debemos adaptarnos a los jugadores que disponemos. Es una categoría en que cada partido es diferente, por la superficie de los campos, por las dimensiones, perfiles de los rivales…

¿Y su sistema preferido?

—Trabajo mucho el 4-2-3-1 o el 4-4-2, aunque también he utilizado el 4-3-3. Me gusta sorprender, cambiar, si bien en estos dos años en el Sestao no lo he hecho tanto, pero sí en los equipos anteriores. Me gusta enriquecer al jugador, que el equipo tenga recursos y diferentes registros. Me definiría como ganador.

Dice que es un ganador. ¿Concilia el sueño cuando no vence?

—Me cuesta dormir incluso cuando gano. Me identifico con Xabi Alonso, que en una entrevista afirmaba que a veces se levanta a las dos de la mañana para apuntar cosas que le vienen a la cabeza. Te tiene que gustar esta profesión y la verdad es que desgasta mucho. Como se suele decir, sarna con gusto no pica.

¿Se ve preparado para dar el salto al banquillo de un equipo de superior categoría?

—Me gustaría dar ese salto, quiero seguir creciendo como entrenador. La manera de saberlo es estando. Hasta la fecha los saltos de categoría los he dado con los equipos a los que he entrenado. Empecé en el Deusto en División de Honor y ascendimos a Tercera; con el Haro ascendí a Segunda B y ahora quiero hacerlo en el proyecto del River. No soy para nada conformista, sino que soy ambicioso hasta donde llegue. Tienes que hacer las cosas muy bien y aún así puede que no lleguen las oportunidades.

Porque quizá es un mundo de tiburones, agentes, amistades…

—El fútbol en general es un mundo de tiburones. Desde hace unos años a esta parte, con la llegada de dinero ha entrado mucha gente que no es del fútbol y hay muchos intereses creados. Se están perdiendo valores, por lo menos como me he criado yo en el fútbol.

19/01/2023