Navarra

Una segunda oportunidad para las mascotas

RESET abrió sus puertas en febrero de 2020 convirtiéndose en el primer centro de rehabilitación para perros y gatos de toda Navarra
Andrea Iriarte Vallés, fundadora de RESET, con 'Junior', un gato callejero al que ha adoptado tras la terapia de rehabilitación.
Andrea Iriarte Vallés, fundadora de RESET, con 'Junior', un gato callejero al que ha adoptado tras la terapia de rehabilitación.

Saton es una de esas “espinitas clavadas’’ que impulsan a la gente a crear grandes proyectos. Se trata de la mascota de Andrea Iriarte Vallés, veterinaria licenciada especialista en rehabilitación, fisioterapia y quiropráctica que en febrero de 2020 abrió RESET, la primera clínica veterinaria de rehabilitación de Navarra. Cuando ella empezó a hacer medicina interna, su perro se iba haciendo mayor. El animal tenía hernias discales que no se podían operar. “Llevaba todas las combinaciones de fármacos habidas y por haber. Otros compañeros con experiencia me comentaban que no había nada más que se pudiese hacer”. Ahí es cuando empezó a interesarse por la rehabilitación de animales. “Si esto lo hubiera podido hacer antes, mi perro habría tenido otra vida completamente distinta, no llegué a tiempo con él, pero lo voy a hacer con muchos otros”.

El nombre de la empresa hace precisamente referencia a la labor que cumple: “RESET quiere decir que cuando te encuentras en un punto malo en el que piensas que no hay solución, tengas la oportunidad de volver a ser tu mejor versión”, explica la veterinaria. En el centro trabaja únicamente Andrea. Admite que sacar la empresa adelante sin ninguna ayuda es complicado: “Ha sido muy costoso y ha hecho falta mucho trabajo. Pero al final, la especialidad me gusta tanto y es tan vocacional que he tirado sin problema”.

Empezó siendo autónoma como empresa independiente pasando consulta tanto en diferentes clínicas veterinarias como a domicilio. Pero finalmente, se decantó por abrir su propio centro en la Chantrea: “En febrero de 2020 cogimos el local, convirtiéndonos en la primera clínica de referencia de rehabilitación veterinaria en Navarra”.

Firmó el alquiler un mes antes del confinamiento. Define el inicio como “apoteósico y maravilloso”. En aquel momento, embarazada de su segundo hijo y con una niña de año y poco, consiguió sacar el negocio adelante: “Fue echar coraje de todos lados y tirar como pude. Al final con esfuerzo y trabajo todo sale. Ya teníamos cartera de clientes hecha y eso fue lo que nos salvó. Nosotros ya habíamos empezado con el servicio y estábamos muy contentos con los clientes que teníamos”.

Andrea Iriarte, en su clínica de la Txantrea.

Andrea Iriarte, en su clínica de la Txantrea. Oskar Montero

Las ventajas principales de tener un centro físico, explica, son la comodidad a la hora de desplazar el material y la posibilidad de hacer terapias o sesiones más completas: “Al final, la cantidad de recursos que tenemos en el centro, no son los mismos que los que podemos llevar a un domicilio porque no te puedes llevar, por ejemplo, una cinta para correr”. Por lo que tener su propio espacio le permite trabajar con un mayor número de clientes al día.

En otras ciudades como Madrid o Barcelona, la rehabilitación de animales lleva muchos años practicándose, pero en Navarra esta empresa ha sido la primera. “Es cierto que en España hemos ido un poco más retardados frente a otros países y en Navarra nos ha costado todavía más. A mí me pasó que cuando empecé a ejercer de veterinaria, siempre se me quedaba la sensación de que algo más se podía hacer. En humanos se hacía rehabilitación y por qué en animales no. Entonces empecé a investigar, a ver que existía la rehabilitación en veterinaria, y a hacer las especializaciones. Me di cuenta de que nos faltaba en Navarra”, explica. “Soy consciente de que habrá gente a la que la rehabilitación de un animal le parezca un disparate, pero para los que tenemos animales y los consideramos parte de nuestra familia, es importantísimo ver que tu mascota cuando se hace mayor mantiene la calidad de vida”.

"Para los que tenemos animales y los consideramos parte de nuestra familia, es importantísimo ver que tu mascota cuando se hace mayor mantiene la calidad de vida”. Andrea Iriarte Vallés - Fundadora de RESET

Cuenta que son tres los caso más recurrentes que tratan en el centro. Por un lado, los de geriatría, animales de avanzada edad que acuden con esperanza de ganar calidad de vida: “Llegan más flojitos, no andan lo mismo que antes y no se encuentran bien”. Suelen llegar también animales que acaban de someterse a alguna cirugía: “Tanto fracturas como cirugías de rodilla, hernias discales… Porque los dueños cada vez están más concienciados de que igual que para nosotros, para los animales la recuperación es mucho mejor con rehabilitación, e incluso podemos evitar problemas de futuro”. Por último, añade, atienden a muchos animales con déficits neurológicos que, por ejemplo, no pueden caminar bien: “Contribuimos mucho en la recuperación”. Recuerda el caso de un perro de 15 años al que acababan de operar de una hernia cervical: “Los cirujanos no daban un duro por él”, explica. Pero lo consiguieron levantar, “y todavía sigue vivo y con casi 18, años ahí sigue, dando guerra”.

Constante evolución

Para la veterinaria, “en el momento que un animal entra por la puerta ya es uno más de la familia”. Haciendo memoria, admite: “Hemos tenido muchísimos casos bonitos y otros no lo han sido tanto, pero nos quedamos con la satisfacción que nos da, por ejemplo, un perro que llega no pudiendo caminar, arrastrándose con las dos patas de atrás y lo consigues levantar. Con esos primeros pasos que da, se nos saltan las lágrimas. Por ello, afirma: “Vamos a estar aquí. Tenemos intención de quedarnos mucho tiempo ofreciendo el servicio”. Explica que está en constante evolución: “Yo me sigo y me seguiré formando porque creo que es fundamental”. Por lo que anima a la gente “que ve que su perrico ya no es el que era” a que se acerque al centro.

2022-07-30T17:29:03+02:00
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