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Todo empezó cuando Natalia Titarenko, residente en Donostia desde hace más de 10 años, buscaba productos didácticos para ayudar a su hijo en su proceso de alimentación.
“Me di cuenta de que no había muchas opciones diferentes, educativas y divertidas en el mercado, así que decidí crearlas yo misma”, explica la nacida en Moscú el 12 de septiembre de 1985. Fue así cómo surgió Txikihuerta. Y es que a través del juego, exploraban diferentes frutas y verduras, y aprendían sobre una alimentación sana y equilibrada. De esta forma, estimulaba a su hijo a incluir estos alimentos en su dieta diaria.
Frutas y verduras de la Txikihuerta.
Con el tiempo y, a medida que su hijo crecía, comenzaban a hacer pequeños proyectos dedicados a cada grupo de alimentos, por ejemplo: las verduras, para descubrir dónde crecen, qué son y cómo se cultivan. Poco a poco, fue ampliando la gama de productos y ahora no solo tiene frutas y verduras, sino también setas, dulces y piezas para adultos como pendientes y llaveros.
También realiza pendientes y llaveros.
Perfeccionamiento del proceso
Según nos cuenta Titarenko, “el aprendizaje básico no fue muy largo, pero el proceso de perfeccionamiento sí”. La artista considera que conseguir que las miniaturas se vean lo más reales posible requiere práctica, herramientas específicas y mucha paciencia. Aún después de tres años, cree que sigue aprendiendo cada día: “Invento nuevas formas de trabajar, pruebo técnicas distintas y me inspiro en otros artesanos que comparten su experiencia y consejos en las redes. Este mundo nunca deja de enseñarte cosas nuevas”.
Distintas comidas de la Txikihuerta.
Respecto al tiempo que invierte con cada una de sus creaciones, la residente donostiarra confiesa que “depende mucho de la pieza”. Algunas son más sencillas y puede terminarlas en unos 10 minutos, pero otras pueden llevarle hasta una hora o más, sobre todo si necesitan varias etapas de elaboración o detalles muy pequeños como la piña o la uva.
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El material más difícil de conseguir: la paciencia
Natalia Titarenko afirma que los materiales son sencillos de conseguir, además de bastante accesibles. Desde la arcilla hasta las herramientas básicas se pueden encontrar fácilmente. No obstante y, pese a todo, hay alguno que se complica un poco: “Lo más difícil de conseguir, sin duda, es la paciencia” (risas).
En caso de que alguien quisiera comenzar a realizar miniaturas como las suyas, la artesana aconseja: “Que tenga claro que es un proceso largo y que no se consigue todo en un solo día”. Y es que Titarenko explica que, además de crear las miniaturas, hay que llevar la contabilidad, hacer fotos, publicaciones, atender pedidos..., “¡son muchos trabajos en uno!”. No obstante, nos recuerda: “Pero si te apasiona, merece totalmente la pena”.
Las minaituras están hechas con arcilla y “paciencia”.
A pesar de todo, a la artesana le habría venido bien saber cuando comenzó que “no todo se trata de modelar”. Detrás de cada pieza hay muchísimo trabajo invisible: gestión, comunicación, fotografía, marketing... Sin embargo, Natalia Titarenko piensa que “con el tiempo aprendes a equilibrarlo todo y a disfrutar de cada parte del proceso”.
Natalia Titarenko: “La clave está en ser constante y disfrutar del proceso”
Las redes sociales han sido para la artesana su mayor fuente de visitas
En cuanto a las redes sociales se trata, Natalia Titarenko siente que le han ayudado a darse a conocer. De hecho, Instagram ha sido su principal escaparate y la mayor fuente de visitas tanto en su web como en sus redes. De todas formas, opina que también le ayudan mucho los mercadillos artesanales en los que participa, porque le permiten conectar con la gente cara a cara.
En el caso de que tuviese que vivir un día a día sin ellas, supone que sentiría que le falta algo. “En cada miniatura pongo mucho mimo y cariño, y me encanta recibir el feedback de otras mamás, papás o coleccionistas que valoran ese trabajo”, expone.
En este momento, cuenta con unos 2.000 seguidores aproximadamente y puntualiza que “no es fácil mantener el ritmo de publicaciones con todos los cambios de algoritmo”. Sin embargo, cree que “la clave está en ser constante y, sobre todo, disfrutar del proceso”. Ella lo tiene claro: “Cuando haces algo con pasión, eso se nota”.
Un pedido de lo más especial
Natalia Titarenko nos relata que una vez recibió un pedido de Barbra Streisand. “¡Sí, la mismísima Barbra Streisand! “, no puede evitar exclamar. Después de investigar un poco, descubrió que es una gran fan de las casas de muñecas y tiene una colección gigantesca. “Me hizo muchísima ilusión pensar que una de mis piezas podría estar en su colección”, concluye.