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"Salí saltando por los coches y de repente todo era fuego"

Se cumplen 30 años del accidente de Amorebieta
Imágenes de ertzainas, bomberos y personal de emergencias trabajando tras la colisión en cadena de 25 vehículos registrada en la autopista Bilbao-Behobia, a la altura de Amorebieta, el 6 de diciembre de 1991, hace ahora treinta años. En el accidente murie
Imágenes de ertzainas, bomberos y personal de emergencias trabajando tras la colisión en cadena de 25 vehículos registrada en la autopista Bilbao-Behobia, a la altura de Amorebieta, el 6 de diciembre de 1991, hace ahora treinta años. En el accidente murie

SALÍ saltando por los coches y de repente todo era fuego". María Dolores Pereda escapó por los pelos del mismísimo infierno. No en vano viajaba "justo en la mitad" de los 25 vehículos que colisionaron en cadena y ardieron en Amorebieta hace ahora treinta años. Su marido no quiere recordar, pero ambos pueden contarlo. Los dos amigos con los que compartían viaje y otras dieciséis personas no.

Lo primero que dice María Dolores, a sus 77 años, desde su domicilio, en Balmaseda, es que ha transcurrido tanto tiempo que no sabe lo que dará de sí su memoria. Pero estas tragedias marcan y, una vez se adentra en el relato, parece que fue ayer. "Íbamos a pasar el día a Francia. El amigo y mi marido, delante, y su mujer y yo, detrás. De pronto noté un estruendo al chocar, oía golpes, teníamos coches medio encima", cuenta retrotrayéndose a aquella jornada en la que un telón de niebla convirtió a la autopista Bilbao-Behobia en una trampa mortal.

Una mujer herida contempla, sujetada por otra, los coches ardiendo en la autopista. Foto: Luis García de Diego

Su marido, que iba de copiloto, no dudó en romper con las manos el cristal delantero. "Cuando salí, no sé cómo, lo que vi era dantesco. Había una chica llorando junto a un fallecido en el suelo, la gente corría, no veía más que aquellos coches ardiendo... Crees que eso solo pasa en las películas y, por desgracia, no".

Mientras María Dolores buscaba a su esposo, vio "aparecer" a la mujer de su amigo. "La pobre tenía la cabeza y la espalda quemadas y gritaba: Mi marido, Lalo, que está allí. Y allí se quedó. No sé si estaría inconsciente o qué, pero no le dio tiempo a salir. Enseguida se prendió todo. Ella falleció al de dos semanas", lamenta. Fue la víctima mortal número 18.

Por suerte, María Dolores y su marido solo engrosaron la cifra del medio centenar de heridos. "Yo tuve una quemadura grande en una pierna y me tuvieron que hacer un injerto, tenía media cara raspada, un ojo me quedó un poco caído... Mi marido, unas costillas rotas, las manos... Pero, bueno, salimos los dos", dice, sabiéndose afortunada.

De vuelta sobre el asfalto, María Dolores recuerda que alguien la llevó al arcén hasta que los sanitarios la trasladaron al hospital de Cruces. "Aquello era un caos terrible. Como no era de los peores, me hicieron una cura y me sentaron allí. Dos chicas me hicieron compañía hasta que fueron mis hijos. Nunca tendré palabras para agradecérselo. Hasta me dieron dinero para llamar a casa. Supongo que les daría las gracias, pero me gustaría saber quiénes eran porque me ayudaron mucho mientras estaba en aquella sala con aquella tragedia", cuenta emocionada.

2021-12-07T09:55:01+01:00
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