“Retransmitir los suicidios infantiles puede causar un efecto contagio”

"Muertes hay. Son muy dolorosas porque son niños, pero hay que sosegarse un poco". Tras los últimos casos públicos de menores que se han quitado la vida o lo han intentado, Cristina Blanco, socióloga y presidenta de la Asociación Vasca de Suicidología, Aidatu, invita a la reflexión, lejos del revuelo mediático.

"No quiero minimizar el problema, entre otras cosas, porque soy superviviente de la muerte por suicidio de una persona muy querida, pero se nos está yendo un poco de las manos. Las cifras de muertes no avalan este alarmismo", afirma y advierte de que "retransmitir cada suicidio infanto-juvenil puede causar un efecto contagio porque los adolescentes tienen una conducta imitativa muy importante".

Un adolescente de 15 años diagnosticado de autismo y dos hermanas argentinas de 12 años, una de las cuales había manifestado su deseo de que la llamaran con un nombre de chico, intentaron quitarse la vida el pasado mes en Catalunya. Desgraciadamente la última menor lo consiguió. El trágico desenlace, la corta edad de las víctimas y que todos hubieran sufrido bullying acrecentó el impacto en la opinión pública.

"Hablar de suicidio y autolesiones juveniles de esta manera, generar alarma sin poder poner unos medios reales puede llevarnos a lo que no queremos y por lo que hemos callado durante tanto tiempo, que es el efecto contagio. Hay que hablar, pero hablar bien", matiza, al tiempo que insta a realizar un "análisis sereno", ya que, "debido a la alarma social, se pueden poner en marcha soluciones poco pensadas, que son ocurrencias y no están bien fundamentadas".

"Coincidencia en el tiempo"

A juicio del psicólogo clínico y educativo Juanan Tejero, "la coincidencia en el tiempo" de los últimos casos de suicidios o tentativas de suicidio infanto-juveniles "ha hecho que creen mayor alarma", si bien también considera relevante que se haya pasado de "no tocar el tema del suicidio en los medios de comunicación a publicitarlo, de forma que parece que todos son suicidios infanto-juveniles. Llegará un momento en que nos regularemos", confía Tejero.

Respecto a cómo pueden detectar las personas más cercanas que un menor está en riesgo, explica que "cualquier cambio radical de comportamiento tiene que ser una pista para el entorno familiar y educativo porque una persona no pasa de ser alegre, extrovertida o estudiosa a ser triste, introvertida o no estudiar".

"El 'bullying' existe a lo largo del año"

La nacionalidad, la identidad sexual, sufrir un trastorno... "La violencia entre iguales es siempre en razón a la diferencia", corrobora Kepa Torrealdea, psicólogo clínico y coordinador del servicio de atención a la infancia y la adolescencia Zeuk Esan, para quien "no está ocurriendo nada más grave de lo que pudiera estar ocurriendo el año pasado o pueda ocurrir dentro de un año".

"El bullying existe de una forma más o menos publicitada, sostenida o latente a lo largo del año en la misma proporción. Ahora, hay veces en que incluso la propia noticia, lejos de prevenir, puede hacer un efecto perverso de llamada", advierte.

Pese a que "cuando sale a la palestra una situación de estas te duele, te enfada y te preguntas qué pasa aquí, antes ha ocurrido, está ocurriendo y luego ocurrirá. No deberíamos de darle una consideración de alarma mediática", reitera.

De hecho, de las 4.003 personas que se quitaron la vida en el Estado en 2021, solo catorce eran adolescentes, dos de los cuales eran vascos, aunque las tentativas de suicidio en jóvenes de entre 13 y 19 años se multiplicaron por 50 en Euskadi el año pasado.