Mantener el frigorífico ordenado no es solo una cuestión estética: influye directamente en la conservación y seguridad de los alimentos. Aunque muchos usamos los cajones inferiores para guardar frutas, verduras y otros productos frescos sin pensarlo demasiado, no todos los alimentos deberían compartir el mismo espacio. Mezclar productos incompatibles puede acelerar su deterioro, transferir olores o incluso favorecer el crecimiento de bacterias.
Frutas y verduras
Uno de los errores más comunes es guardar frutas y verduras juntas. Algunas frutas como manzanas, plátanos, peras o aguacates liberan un gas natural llamado etileno, responsable de acelerar la maduración y en muchos casos, la descomposición de otros alimentos. Si se colocan junto a verduras de hoja verde o hortalizas sensibles como el pepino, la lechuga o el calabacín, estas se pondrán blandas o amarillentas mucho antes de lo previsto.
Calabacines.
La mejor opción es usar cajones separados: uno para las frutas y otro para las verduras. Si el frigorífico solo tiene un compartimento, conviene mantenerlas en bolsas o recipientes distintos para reducir la exposición al etileno.
Las carnes y pescados, siempre aparte
Otro error frecuente es colocar carnes o pescados crudos cerca de frutas y verduras, ya que pueden liberar líquidos con bacterias que contaminan los alimentos de consumo directo. Estos productos deben ir en la parte más baja del frigorífico, bien tapados o dentro de recipientes herméticos, para evitar el contacto con el resto.
Una vez más se nos ha olvidado descongelar la carne, pero hay un remedio para salir del paso.
En ningún caso deberían guardarse en los cajones de vegetales, ya que el ambiente cerrado y la humedad favorecen la proliferación de las bacterias.
Alimentos aromáticos y lácteos
Cebollas, ajos o ciertos quesos desprenden olores intensos que fácilmente impregnan otros alimentos, especialmente los lácteos y frutas neutras como las uvas o las manzanas. Lo ideal es mantener los productos con olores fuertes bien cerrados o en la parte alta del frigorífico, lejos de alimentos que absorban aromas con facilidad.
Además, los lácteos, huevos y embutidos deben mantenerse en zonas más templadas (como las baldas superiores o centrales), mientras que frutas y verduras necesitan más humedad y menor temperatura.
Organizar correctamente los cajones del frigorífico no lleva más de unos minutos, pero tiene efectos visibles: los alimentos duran más, mantienen mejor su sabor y se evita el desperdicio. La clave está en separar según su tipo, olor y nivel de maduración.
Nunca mezcles frutas y verduras en el mismo cajón, guarda las carnes aparte y protege los alimentos más delicados del contacto con los más fuertes. Tu frigorífico olerá mejor, tu comida se conservará más tiempo y tu cocina será un espacio más higiénico y también duradero. Muchas veces, guardamos todo lo que compramos donde vemos que hay sitio ignorando que cada alimento tiene que estar en un lugar concreto para optimizar su estado durante el mayor tiempo posible.