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Un jubilado de Elizondo pierde 200.000 euros en pocos días por culpa de una estafa en una inversión ‘trading’

“Me he quedado sin los ahorros de toda mi vida y desgraciadamente va a ser casi imposible recuperarlos”
“Me he quedado sin los ahorros de toda mi vida y desgraciadamente va a ser casi imposible recuperarlos”

Las estafas en inversiones trading y CDF (Contratos por Diferencia) son ya una gran amenaza real, que están poniendo en jaque a todos los cuerpos policiales, al causar perjuicios económicos de muchos miles de euros a ciudadanos particulares que, buscando una gran y rápida rentabilidad a su dinero, acaban perdiendo sus ahorros e, incluso, endeudándose con préstamos de gran envergadura, al entrar en una espiral de engaños y fraudes.

Como ejemplo, el caso de Iñaki (nombre ficticio), un caso paradigmático de una víctima de una estafa en una inversión trading. Este vecino de Elizondo, de 69 años, ha sufrido en los últimos meses un fraude de unos 200.000 euros, al ser víctima de múltiples mentiras, engaños y un auténtico juego de trileros. “Me he quedado sin los ahorros de toda mi vida. Va a ser casi imposible recuperarlos”.

Todo comenzó a mediados de noviembre de 2022. “Navegando por internet veo una noticia en un diario digital en la que Rafa Nadal comenta lo magníficamente bien que le va invirtiendo en la plataforma financiera Millenium One. Me meto en la web de Millenium One, hago un recorrido por la página y hago la preinscripción”. Para ello, “me piden fotos del DNI por las dos caras, de una tarjeta bancaria con la numeración tapada, factura reciente del gas o electricidad, número de teléfono, domicilio y algunos datos familiares”.

A partir de ahí, Iñaki propone comenzar la operativa “con 1.000 euros y a los cinco minutos me llama una chica diciéndome que la cantidad era excesiva para iniciar la cuenta y que lo hiciera con 250 euros. Los transfiero y veo en los días siguientes como la inversión mejora entre un 3 y 5% diario. Era increíble, pero viendo la evolución de las criptomonedas durante esos días, no lo vi tan imposible”. Pocos días después, “me llama un tal Adriá Castellá diciéndome que invirtiera 10.000 o 15.000 euros para mejorar los ingresos. Decido invertir 10.000 euros y me da su WhatsApp. Además, me indica que baje una aplicación para hacer uso remoto de mi ordenador y yo la instalo. Aún no sé cómo no fui más prudente”.

Transcurridas dos semanas y “después de muchas llamadas del tal Adriá Castellá, el 2 de diciembre descuelgo el teléfono y me cuenta lo bien que iba la inversión. Estuvo varios días ganándose mi confianza y diciéndome lo creativo que era, hablándome de los grandes beneficios futuros, etc, hasta que el día 6 de diciembre me pide que acceda a mi cuenta bancaria y, tras revisar mis inversiones, me propone liquidar algunas de ellas, a lo que accedo”.

La espiral sigue creciendo. “El 19 de diciembre me cuenta que el Banco Central Europeo ofrece unos beneficios exagerados por invertir 100.000 euros en criptomonedas con reembolso en solo cuatro días, todo realizado con bancos europeos. Pese a mi incredulidad y resistencia por presiones familiares, el 22 de diciembre transfiero 90.000 euros a una cuenta en un banco lituano”. Tras la apertura de una cuenta en Bitcoin, en la web de Binance, “de la que no me dio la clave, ya que según él era temporal y estaba sincronizada con la cuenta de Millenium One, pasa la cuenta a otra web llamada Atomic Wallet”.

Préstamos bancarios

Pero transcurridos los cuatro días para el reembolso del dinero, “oh sorpresa, me cuenta que para evitar el lavado de dinero el Banco Central Europeo exige demostrar que tengo fondos, por lo que he de ingresar 50.000 euros en la cuenta de Atomic Wallet mediante una cuenta en un banco polaco. Me dice de no hacerlo sería prácticamente imposible recuperar la inversión. Así que te planteas qué hacer: perder lo invertido, que eran 100.250 euros, o arriesgar otros 50.000 euros. Evidentemente, acabé transfiriendo esos 50.000 euros. Para juntarlos tuve que pedir un préstamo de 20.000 euros”.

Pero ahí no acaba el ensañamiento de los estafadores. “Dos días después me vuelve a pedir 46.000 euros. Me habla de un problema con el IVA, los impuestos y no recuerdo qué más zarandajas. Para reunir semejante cantidad pedí otro crédito de 30.000 euros que, junto a los 16.000 euros de mi cuenta, envié a un banco búlgaro. A los tres días los veo reflejados en la página de Atomic Wallet”, recuerda Iñaki.

El 2 de enero de este año, el vecino de Elizondo llama varias veces al tal Adriá Castellá y no contesta. “Le mando whatsapps y no responde, y con la mosca detrás de la oreja, el 10 de enero bloqueó electrónicamente la cuenta del banco y el 16 de enero no puedo transferir a mi cuenta el dinero que hay en Atomic Wallet, por lo que le mandó un whatsapp comunicándole que, de no contestar, pondré una denuncia por estafa, cosa que hago ese día en el banco y al día siguiente en la Guardia Civil”.

A partir de esta fecha, el acoso de los estafadores arrecia. “Comienza a llamarme el tal Adriá Castellá desde diez teléfonos diferentes y un tal Sergio desde otros cuatro números distintos diciendo que retire la denuncia si quiero recuperar el dinero, ya que tenían la cuenta bloqueada. Les contestó diciéndoles que ingresen el dinero y yo al día siguiente retiraré la denuncia ante el banco y ante la Guardia Civil”.

Desde ese momento, cesan las comunicaciones y comienza el trabajo de los especialistas de la Guardia Civil, que consiguen bloquear unos 21.000 euros de Iñaki en un banco de Lituania. “Me he quedado sin los ahorros de toda mi vida y desgraciadamente va a ser casi imposible recuperarlos”, concluye el vecino de Elizondo, al que una promesa de grandes beneficios le ha arruinado la vida.

2023-08-15T07:38:03+02:00
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