El ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, avisó este domingo de que más de 1.000 gendarmes van a impedir "el tiempo que haga falta" que se cree un campamento de protesta junto a los campos en los que se está construyendo un embalse de riego en el departamento de Deux-Sèvres, en el centro de Francia.
Darmanin, que compareció ante la prensa un día después de que los choques entre las fuerzas del orden y varios miles de manifestantes en la localidad de Sainte Soline donde se llevan la cabo las obras de ese embalse causaran cerca de un centenar de heridos, calificó lo ocurrido como "ecoterrorismo".
"Una gran parte de esa manifestación fue extremadamente violenta", subrayó antes de recordar que más de 60 gendarmes resultaron heridos, 22 "seriamente", al ser alcanzados por cócteles molotov y diferentes proyectiles lanzados con morteros. También hubo una treintena de heridos entre los manifestantes.
El ministro aseguró que una cuarentena de los que participaron en los altercados y que fueron identificados en la zona están fichados por pertenecer a grupos violentos de extrema izquierda.
Una decena de personas fueron detenidas y un centenar multadas por participar en las protestas ya que durante todo el fin de semana la Prefectura (delegación del Gobierno) había prohibido las manifestaciones con el argumento de que tenía informaciones que apuntaban a la presencia de grupos radicales que pretendían provocar altercados.
Ante las denuncias de los convocantes de la protesta por el dispositivo de seguridad (se habían movilizado 1.700 gendarmes en esa zona rural a una cincuentena de kilómetros de la ciudad de Niort, en el centro de Francia), el ministro defendió la acción de los gendarmes y dijo que su trabajo es "respetar el orden republicano".
Por eso mismo, repitió que se mantendrá allí un contingente de más de 1.000 agentes para evitar que se constituya lo que en Francia se conoce como una ZAD, que son las siglas en francés de Zona para Defender.
El concepto de ZAD se hizo particularmente conocido cuando se constituyó un gran campamento de protesta en la zona de marismas de Notre Dame de Landes, donde se tenía que construir un nuevo aeropuerto para la ciudad de Nantes, que fue abandonado por el Gobierno francés en enero de 2018 ante la virulencia de la oposición.
El sábado se concentraron en Saint Soline 4.000 personas, según las autoridades, y 8.000, según los organizadores de la protesta.
El Gobierno de Emmanuel Macron, por boca de sus ministros de Interior y de Agricultura, Marc Fesneau, defendieron la regularidad del proyecto de embalse, que ha obtenido todas las autorizaciones y que -destacaron- fue objeto de un proceso de concertación en la región.
El desencadenante de esta protesta, que cuenta con el respaldo en particular del partido Europa Ecología Los Verdes, es el plan para excavar un embalse destinado al riego que se llenaría con agua recogida durante el invierno para, según sus promotores, evitar tener que hacerlo en verano cuando es más escasa.
En concreto, es uno de los 16 embalses que se quieren construir en la zona, con capacidad para hasta 650.000 metros cúbicos cada uno (equivalentes a 250 piscinas olímpicas), para abastecer las explotaciones de unos 400 agricultores de la región.