Segunda parte de nuestra charla con Antonio Álvarez de Villena, etólogo y educador canino al frente de En nombre del Perro, quien nos ofrece su valoración sobre ideas, a menudo no basadas en ciencia ni evidencia, sobre los perros. Y es que, en la convivencia diaria con los perros siguen muy presentes ideas heredadas de la cultura popular y de formatos televisivos que poco tienen que ver con los conocimientos actuales.
El perro "domintante": el "sambenito" omnipresente
Uno de los errores más frecuentes es etiquetar a un perro como "dominante" cuando ladra, tira de la correa o reacciona de forma exagerada ante otros perros. Álvarez de Villena es claro al respecto: "todo aquello que los humanos calificamos como dominante en perros tiene que ver con inseguridades". Según explica, los perros que muestran conductas más aparatosas suelen ser los más inseguros, mientras que un animal equilibrado no necesita imponerse ni demostrar nada. La figura del "macho alfa", tan difundida durante décadas, carece de sentido en la convivencia cotidiana con perros domésticos.
Castración y conducta
Otro mito extendido es considerar la castración como una solución universal a los problemas de comportamiento. El educador señala que esta intervención puede, en algunos casos, desestabilizar emocionalmente al perro. Las hormonas sexuales cumplen una función reguladora y aportan seguridad; su supresión puede incrementar la inseguridad del animal. "A veces nos falta paciencia y conocimientos para gestionar etapas como la adolescencia", afirma Álvarez de Villena, recordando que en entornos naturales son los perros adultos quienes ayudan a regular a los jóvenes, una referencia que suele faltar en contextos urbanos.
Cachorros y hábitos higiénicos
En el caso de los cachorros, persisten prácticas educativas obsoletas, como regañarlos o restregarles el hocico cuando hacen sus necesidades en casa. El experto subraya que, si un cachorro orina en el hogar, no es por desobediencia, sino porque aún no se siente lo suficientemente seguro en el exterior como para relajarse. "Echarle bronca es lo menos importante y puede ser lo más perjudicial", explica, insistiendo en la importancia de paseos tranquilos y de generar un entorno de confianza.
Lo (único) importante es como lo eduques
Frente a la idea de que cualquier perro puede comportarse de cualquier manera si se le educa correctamente, Álvarez de Villena recuerda que las razas son productos artificiales creados mediante selección genética para desempeñar funciones concretas. Un Border Collie, por ejemplo, ha sido seleccionado por su alta sensibilidad al movimiento, lo que lo hace más activable y nervioso que otras razas. Ignorar estas predisposiciones genéticas supone, en su opinión, un error de base en la comprensión del comportamiento canino.
Ejercicio, estrés y falsas soluciones
También resulta habitual pensar que un perro con mucha energía necesita únicamente más ejercicio físico. Sin embargo, actividades como correr largas distancias con correa y a ritmo constante pueden aumentar los niveles de adrenalina y cortisol, generando más estrés. Los perros, explica el educador, necesitan actividades con sentido, con un inicio y un final claros, que les permitan experimentar una sensación de autoeficacia y equilibrio emocional.
Humanizas, humanizas, humanizas
Por último, Álvarez de Villena desmonta el temor a la llamada "humanización". Dormir cerca del perro, acompañarlo emocionalmente o apoyarlo cuando siente miedo no supone tratarlo como a una persona, sino respetar su naturaleza social y gregaria. "Tener en cuenta la emoción de un mamífero que vive con nosotros es tener en cuenta su esencia", concluye, animando a los tutores a observar y comprender al perro desde lo que realmente es, y no desde ideas heredadas y desactualizadas.